viernes, 24 de julio de 2009

un poema de Idea Vilariño

Qué horror
si hubiera dios
y si esas dos estrellas
pequeñas parpadeantes y gemelas
fueran los dos ojitos
mezquinos
acechantes
malévolos
de dios.






[1964]





Otra de las voces insustituibles que nos abandonaron este año, un pequeño poema como una pequeña vela roja encendida. Hoy ha hecho mucho calor, ¿un buen verso puede ser cómo una ráfaga de aire polar?

12 comentarios:

Stalker dijo...

Vilariño es una de mis debilidades y sí que creo que la poesía es siempre refrescante. Te refresca de la prosa, de las noticias, del anodino acontecer del mundo. Te saca de ti y te obliga a sentir la lengua de otro modo, enfriando su temperatura y velocidad en el mundo humano. El verso también puede calentarse, acelerarse, pero de algún modo será siempre refrescante, nos ayudará a quitarnos la herrumbre de tanta palabra muerta.

Salve.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Qué poema de Vilariño te elegiste, Raúl. Un dios con minúscula, un dios menor, que se regocija de nuestros infortunios. Sí, un buen verso es una ráfaga de aire polar, que lava, purifica y se lleva con él, en el mejor de los casos, la mugre de nuestros días y la mierda añejada en nuestro cerebro. Welcome back from Prague!

Esther Cabrales dijo...

Pues si esos son los ojos mezquinosacechantesmalévolos de dios (de dios con minúscula), entonces los miraré fijamente, los retaré esta noche sin estrellas.

Más que una ráfaga de aire polar, yo diría que son, los buenos versos, son...
ráfagas polares
brisas marinas
vendavales ardientes
torbellinos, borrascas, ciclones...
son lo que anhelamos, y lo que tememos, y lo que soñamos, y lo que pensamos después de haberlo leído, lo que nunca estuvo antes en nuestro pensamiento, eso creo.

raúl quinto dijo...

stalker,

veo que vuelves por tus fueros, sin esas onomatopeyas inextricables que te produce la pintura checa. Qué razón tienes con eso de que la buena poesía nos ayuda a quitarnos la herrumbre de tanta palabra muerta. Ahí lo has clavado, socio.


Mariel,

dios es siempre con minúscula, el que lleva mayúscula sí que produce pavor estén sus ojos flotando el cielo o no. Allí en Argentina no estaréis sufriendo la canícula insaciable, pero aquí lo de ayer fue demasiado, mucha poesía necesitaríamos para enfriar tal aire.




Esther,

retar a los dioses es lo mejor que el ser humano aprendió a hacer, estoy seguro de que el que acabará parpadeando será ese que está en el cielo. Y sí, la poesía son tantas cosas, por ejemplo: aquello que siempre estuvo dentro de nuestro cerebro y que nadie antes había dicho. Leerlo es poesía.

Látigo Verde dijo...

Desde luego que sí: "una ráfaga de aire polar".

Helado e inquietane, pero tan bello.

Gracias por el poema.

Saludos,

Martha.

raúl quinto dijo...

martha,

los pueblos de alrededor están ardiendo, tenemos el nuestro lleno de refugiados. Hace falta esa ráfaga.

Látigo Verde dijo...

Qué lástima lo de los incendios...

La semana pasada ardió el mío, en la sierra de Madrid.

Menudo verano.

raúl quinto dijo...

pues sí, es como una plaga rutinaria de cada verano.en primavera la vegetación verdea y da flores y en verano arde. Lo peor es q más de la mitad de esos incendios son evitables.

rubén m. dijo...

Excelente aquí Idea, el comienzo es una brutalidad, ¿quién se atreve a escribir un poema que empiece diciendo: "qué horror / si hubiera dios"? Muy grande...

raúl quinto dijo...

la verdad es que el poema tiene una sencillez y una mala baba tremenda, muy de ella.

y tiene razón, si hubiera un dios que nos vigilara y nos juzgara continuamente, qué horror...

m dijo...

estoy de acuerdo con rubén. el poema es cojonudo, pero el comienzo más.

raúl quinto dijo...

maría,

yo estoy de acuerdo con los dos. Cuánta unanimidad veraniega!