lunes, 9 de mayo de 2016

POESÍA (NO SÓLO) QUINCEMAYISTA.


TODO ESTÁ EN TODO, Ernesto García López, Amargord Ed, Madrid, 2016. 146 pp.



Decía Antonio Machado que la poesía es palabra en el tiempo, pero hay libros, como este de Ernesto García López (Madrid, 1973), que demuestran que también puede ser palabra contra el tiempo, una cuña que paralice el engranaje de lo histórico, y de lo vivido, y lo coloque frente a un espejo con la distorsión exacta. No es casual la anécdota de Picasso y el oficial nazi en torno al Guernica que abre el volumen, el arte también se hace a la contra de la barbarie y del expolio, también puede ser un arma política, de vida, o al menos de dudas. Así se construye Todo está en todo, urdiendo en una misma trama lo colectivo con lo íntimo y la Historia con la memoria, porque no hay separación posible, y porque además en toda política subyace una poética, y viceversa. El libro recorre un camino de aprendizajes, así en plural, a través de la memoria compartida, las derrotas y las renuncias, las luchas y las preguntas que la vida deja caer a nuestro paso. Todo está en todo significa también que se hace indistinguible si el autor habla de una experiencia amorosa o de la poesía, o de la política, porque las tres cosas son al cabo las tres caras de un mismo prisma imposible y necesario. El amor, en resumen, como las otras dos, es aquello con (por) lo que escribimos el mundo, lo que lo transforma y nos transforma en el proceso. Ese todo que está en todo.
El García López activista no traza fronteras con el poeta, desnuda su memoria-camino, que también es la de los últimos treinta años de este país, a través de los poemas y de sus necesarias y contundentes anotaciones. Y son necesarias no porque haga falta un apoyo para entender el poema sino porque, como decía Enrique Falcón, la poesía política debe ir anotada, para contextualizar los hechos, para atarse al mundo que se critica o se pretende transformar. Y contextualizar también es ser texto con los textos, es ser parte del poema y del sentido. Así las fechas y sus resonancias son fundamentales para entender el camino, especialmente 1986 con el Referéndum de la OTAN, que amalgamó a una izquierda post-Transición que ya nació derrotada y que fue diluyéndose ante la voracidad de la revolución neoliberal, llegando a la despolitización general de finales de siglo, ese “ese exterminio minucioso de la conciencia” (p.46) contra el que parece rebelarse este libro. Ese punto de disociación contemporánea (vidas solas y pensamientos atomizados, lejos de todo aquello que implique lo comunitario), se aprecia gráficamente en los poemas rotos de la sección Apnea, que reflejan una vida escindida que se cuestiona a sí misma, pero que al cabo también tienta su propia reconstrucción: “océano/ de incompletud// y esta inercia/ diaria// hacia el extravío”.
Esa es la deriva hasta que rompe el 15M, y se erige como nuevo límite y como un pliegue desde el que pueden partir todos los recomienzos posibles. Ahora ya no es la crónica de una derrota más sino una vivencia candente que podría darle respuesta a las viejas preguntas, un repensar(se) todo para construir por fin algo. Así latía la vida igual que la escritura, asamblea a asamblea (ver los poemas así titulados): escribiendo, tachando, reescribiendo, sin otra solidez en el suelo que la que dibujen tus propios pasos cada día.
Hay en este libro algo de testimonio, y de tributo, generacional y afectivo a ese momento crucial de nuestra Historia reciente, esa cuña contra el tiempo que lo acaba desfigurando todo. Ante eso dejar constancia de que “la plaza fue retomada”(p.94) y de que aquella fue la “hora de mirar a los ojos/ aproximarte”(p.99), que toda revolución, igual que la poesía o que el amor nunca fue otra cosa que “las respuestas no detenidas/ que se propulsan hacia/ un escribir en el mundo”(p.109). El 15M fue la expresión de un impulso histórico que se tradujo en viejas/nuevas formas políticas, pero también un relato de amor colectivo que dio frutos como este libro, que cualquier estudioso del fenómeno que pretenda ser riguroso tendrá que leer para entender qué pasó.


 
(reseña aparecida en el número de mayo de 2016 de la revista Quimera)