lunes, 26 de diciembre de 2011

RITMO CERO (Marina Abramovic & María Salvador)



ritmo cero


la percusión marca el inicio del ritual: demasiados dedos para un espacio tan pequeño, demasiada sangre para el arte. el cuchillo, cerca del ombligo, sitúa su firma con trazo rudimentario.

la voz se apaga; los intrusos
componen su voz con alcohol y ceniza.








[de El origen de la simetría, 2007]

sábado, 17 de diciembre de 2011

un poema de Marcos Canteli

quien mutila su corazón y quien lo deja crecer

y cómo todos llevamos un miedo y ligaduras
un miedo que todo sea pequeño

esta experiencia de metáforas

tengo arroyos y calor
lechos de caliza

de cuando era escaso porque aprendía a vivir








[de Es brizna, 2011]

viernes, 9 de diciembre de 2011

Idioteca según Babelers e Idioteca según Jorge Díaz Martínez

Surfeando por la red he encontrado esta ¿reseña? de Idioteca, que comparto con vosotros. Me alegra ver que el libro sigue dando sombra y fruto. Y justo después una reseña fotográfica que realizó Jorge Díaz Martínez.




"Raúl Quinto, Idioteca y el museo imaginado


Idioteca de Raúl Quinto es uno de esos raros libros tocados por la gracia y el esplendor. A medio camino entre media docena de géneros y subgéneros, los veintidós textos de Quinto se internan en un camino intermedio y a menudo más interesante (y menos previsible) que una mera hibridación genérica.

Sin duda, lo que le otorga a la obra un valor propio, y que la haría destacar en una librería de sus compañeros de estante, es la impresión continua que el lector recibe al comenzar cada micro-ensayo de estar ante las puertas de un catálogo de un museo imaginario, de una guía de viajes de un país interior.

No es casual que el primer texto reciba el nombre de “pórtico”; ya que la puerta se convierte aquí en la metáfora por excelencia de la maquinaria que hace girar cada texto (cada forma de mirar la realidad).

El eclecticismo, así como la exuberancia de temas y tratamientos, nos lleva desde la antigüedad a la pantalla del televisor, en un camino inédito, lejos de las aburridas superposiciones de imágenes a que nos tiene acostumbrados la literatura última. En estos textos el autor se despereza y reinventa a Goya, a Lovercraft, a Cave, toma pulso y los hace convivir en un espacio común con Sonic Youth, con Kepler y hasta con la selección de Dinamarca, en un fino hilo de pensamiento.

Pero insistimos que no debe el eclecticismo ocultarnos el valor sustancial de la obra, que nos es más (ni menos) que el de encontrarnos ante una puerta, ante una búsqueda entre materia y realidad, ante el descubrimiento constante en la reelectura; y lo más importante ante la posibilidad de hacer del mundo un lugar menos previsible.

Acuda a su librería más próxima, encárguelo, insista si la distribución no es rápida, acuda a su casa, cierre la puerta tras de sí: deje el prólogo para más tarde si quiere, vaya a la página 17, meta la nariz entre el texto y respire a pulmón abierto. Se sentirá mejor. "



miércoles, 30 de noviembre de 2011

POEMA DEL FEO- Banderín sobre EL BUENO, EL FEO Y EL MALO.

En Almería hay pocas instituciones poéticas, la ciudad es escasa en tamaño y mitos . Pero si hay algo que lleva sobresaliendo, resistiendo contra viento y marea, durante los últimos años, es el proyecto de Los Banderines. Un espectáculo que mezcla poesía, música y cine/artes plásticas cada dos martes más o menos en la noche del Zaguán. Y va tirando hacia adelante ofreciendo toda clase de autores, dando la alternativa a jóvenes y aficionados y también acercando a autores de cierto renombre, sin un euro, con la sola y tremenda voluntad de Antonio García Fernández, aka Sr. Curri. Algún día esta ciudad reconocerá lo mucho que le debe a este fanático de la cultura posible. Pues eso. Entre los momentos memorables del año cultural almeriense, al menos para mí, siempre está El Banderín Especial sobre Cine, donde en cursos anteriores se rindió homenaje a películas impagables como París, Texas o Amanece que no es poco. Esta vez tocaba la obra maestra de Sergio Leone: El bueno, el feo y el malo (1966), rodada en gran medida en el desierto de Tabernas. Participamos cuatro escritores, Curri (El Bueno), yo (El Feo), Miguel Ángel Muñoz (El Malo) y Juan Manuel Gil (El desierto), y entre nuestras intervenciones se iban intercalando la narración del actor Andrés Erreeme, la música de la banda sonora tocada en directo por los Carmona Conection y una serie de cortes del film, como piezas de una mitología necesaria. Os dejo la intro de la película, espectacular. Y después mi poema sobre El Feo, ese filósofo sucio de la frontera, interpretado pro Eli Wallach.






El Feo




Me llamo Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez y trafico con mi muerte.
Y lo hago porque la muerte es una estrella de arena que vive dentro de las monedas.

Y sé que la belleza es hermana del miedo.

Me llamo Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez y soy el hombre ahorcado mil veces.
Y las cicatrices de mi piel forman un laberinto de tiempo roto del que nunca podré salir.

Y sé que la belleza en el desierto no es nada.

Me llamo Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez y tengo todas las respuestas.
Y la palabra traición como un templo bajo el agua, y la palabra oro como una diosa ciega.

Y sé que la belleza no tiene balas.

Ni un corazón de alabastro.

Ni agallas.

Me llamo Tuco Benedicto Pacífico Juan María Ramírez y este revólver también soy yo.

viernes, 25 de noviembre de 2011

un poema de Jorge Riechmann

Inútil amor
el que no engendra amor

Inútil saber
el que no pone coto a la destrucción

Inútiles días
los de quien sólo se lamenta y no actúa






[de El común de los mortales, 2011]

jueves, 17 de noviembre de 2011

Grietas, para descarga gratuita.



En otoño de 2001, hace pues una década, comencé a escribir los poemas de mi primer libro: Grietas. Vivía en el Albaycín bajo granadino, en una casa que ya no existe (lo comprobé el fin de semana pasado). El Mundo era distinto pero idéntico al de hoy. El 11S, las noches infinitas en el bar La Tertulia. Los amigos y el amor que dejaron de estar. En fin, la vida. Ahora ya somos otros, el libro y yo. No se me ocurre mejor forma de celebrar este décimo aniversario que ofreciendo sus 24 poemas a todo aquel que quiera descargárselos. Podéis hacerlo en este enlace http://www.mediafire.com/file/uqmkdz0ciritmr7/GRIETAS%2C+Ra%C3%BAl+Quinto..pdf o pinchando el enlace que aparece en la parte superior derecha de este blog, al igual que los Poemas del Cabo de Gata. Espero que lo disfrutéis. Tenía 23 años cuando lo escribí.

domingo, 13 de noviembre de 2011

La trinchera al fondo de la mente.



CONTRA ATAQUE,Siegfried Sassoon, (trad. Eva Gallud) El Desvelo, Santander, 2011. 120pp





La guerra fue un demonio que paró nuestros relojes/ aunque la conocimos sonriente y alegre. Dos versos de Contra Ataque, un libro escrito por Siegfried Sassoon (1886-1967) con los regueros de pólvora, barro y miedo que poblaban las trincheras de la Gran Guerra. Un turbio caleidoscopio arrojado al centro del mito bélico para desmontarlo: desde diferentes puntos de vista el poeta atraviesa con escalpelo la verdadera cara de toda guerra. Un canto desde el horror para decir las cosas con el nombre que la Historia ha ocultado sin éxito. Ningún estamento de esa obscena maquinaria queda impune (mandos, prensa, patria, iglesia...) y sólo la camaradería se eleva como luz casi extinta en mitad de los escombros de lo humano. Los soldados son ciudadanos de la tierra gris de la muerte. Sabemos que Sassoon fue condecorado como héroe en una guerra que abominaba, que conoció el rostro del Horror y quiso contraatacar. Aquí están sus armas en la única lucha admisible, la de la paz y la palabra.








(publicado en la Revista Quimera en octubre de 2011)


domingo, 6 de noviembre de 2011

impresiones acerca de La Novia de King Kong, de David Mena

Quiero saber qué se siente, y que vaya calando como lluvia fina en mi cerebro, cuando los personajes de los cuentos y las películas están fuera de plano. Quiero saber qué palabras suenan dentro del corazón de los videojuegos o de las viejas melodías del jazz. Ahora sé que hay hombres que desean que Borges nunca hubiera existido para poder llorar durante siglos su pérdida, también hay otros que dicen ser Eliot del mismo modo en que hay poesía en los circuitos de la robótica y la ciencia ficción. Películas de terror de serie B, fábulas griegas, viejos tebeos de superhéroes o gente que vive en los libros y sale de ellos para poder mirarse en un espejo. Tantas cosas, teñidas de belleza tranquila y melancólica precisión, nos encontramos en La Novia de King Kong (Berenice, 2011), un libro de ¿microrrelatos? ¿poemas en prosa? de David Mena que no puedo dejar de recomendar. La Novia de King Kong o los planos sutiles de un laberinto de afectos y hermosas mentiras, milenios de mitos que pudieron ser de otra manera, que cada día lo son si se miran con los ojos idóneos. Los de Mena, por ejemplo.


Si alguien quiere tomar un aperitivo del libro puede bucear un rato en esta página web.


sábado, 29 de octubre de 2011

RACAILLE ET RESTAU DU COEUR (Diego Doncel)

Nosotros no pensamos, nosotros consumimos pensamientos.

La industria de la comunicación y la industria cultural son quienes piensan por nosotros.

El frío cae con fuerza sobre el humo de los neumáticos que han prendido
los jóvenes inmigrantes para desafiar a la policía.

La noche es una inmensa mancha de spray, un móvil que no deja de grabar escaparates rotos, robo de vehículos, palizas a chicos de piel blanca que después llenarán las páginas de los diarios gratuitos.

El programa revolucionario del gueto copia la estética de un logotipo de ropa deportiva.

Alguien grita Smoke y la revolución empieza en una tienda de chinos donde además es barato comprar toda clase de bebidas alcohólicas.

A esa hora, un mendigo en el centro de París, dice que va transportando el mundo, poco a poco, hasta su habitación.

Que el infinito cabe en un contenedor de basura, que la revelación del alma de los hombres se encuentra aquí, entre las cosas abandonadas.

Tiene las uñas sucias de tanto buscar el rastro de todo lo que se perdió.

Ni siquiera aquí el universo es ciego, dice.

Ni siquiera aquí la mente está sola.

Ni siquiera aquí la experiencia es un estado vulnerable.

Espera cada noche a la puerta de los hipermercados espirituales lo que ha cumplido su fecha de caducidad.

Trata de evitar que la dimensión espiritual del hombre sea un código de barras.

Que cualquier intento de transformación una estrategia de mercado.

Soy viejo, dice, pero me mantengo alerta.

Y aquí, entre estos restos, pensar vuelve a ser digno, el pensamiento no se separa de las cosas, nada es una pulsión inútil.

Los pasos atruenan en un callejón de los suburbios como sckras en una mesa de mezclas. En las comunicaciones policiales hay un grito de alarma:

se está atacando la realidad.

Pero lo real se ha apartado de los consejos de los psicólogos sociales y se ha refugiado en las pantallas de los cíbers.

Alguien takea con ácido las imágenes de la nueva filosofía.

Alguien dice que el arte de grabar la violencia es una forma extrema de placer.

En los vídeos los chicos aparecen con la capucha de la sudadera cubriéndoles la cabeza,
hacen cosas inquietantes, tienen una botella de gasolina en la mano.

No hay pensamientos, no hay alma, sólo dimensiones nerviosas.

Más tarde la pantalla de todos los ordenadores mostrarán el autobús ardiendo, el estado de shock de los viajeros en la acera, el centelleo de los bomberos y de las ambulancias.

No digas palabra alguna porque no hay nada que decir.

No preguntes dónde está la realidad porque la boca se te llenará de niebla.

No mires profundamente porque serás detenido por la policía.

Recoge tus cosas y no quieras saber si serán salvados estos enfermos de vacío porque se reirán de ti.

No hay vacío, dirán con razón, sólo una inmensa abundancia de realidades y un deseo extremo.

Sentado en el asfalto, junto a las líneas sucias del aparcamiento, el viejo mendigo grita perdón, ¿alguien me puede perdonar ?

Mira dentro de su carro y mira lo que ha rescatado esta noche de la basura.










[de Porno Ficción, 2011]

sábado, 22 de octubre de 2011

notas al pie de página de una secuencia de Kubrick

final de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (S. Kubrick) 1964



¿Recuerdas cuando hubo un tiempo que cada día podía ser el último? ¿Recuerdas el color brillante intenso de mil soles desbordando el cielo? El fin del mundo no llegó y sin embargo quieren que sigamos viviendo con miedo. No temas, baila conmigo el baile de la destrucción. Baila conmigo hasta que se caigan todas las estrellas al mar. ¿Recuerdas los pasos?

viernes, 14 de octubre de 2011

un poema para el 15 de octubre

Ya no quiero su anestesia,
ni el perfume embustero de su música.
Ya no quiero su danza ni su miedo.
Todo su oro es arena.
Toda su inercia un muro.

Ya no quiero esa luz
que nos impide vernos los unos a los otros.

Ahora quiero caminos, voces, tú.
Ahora quiero escribir un libro nuevo
con la tinta de tantos como yo.

¿Acaso no lo ves?

Para cumplir los sueños
es necesario despertar.
Para alcanzar la luna
hay que mirar de frente al Sol.

Y hoy es el día.

Un mar de manos agitándose
en el idioma sordo del futuro
recorre las calles y las plazas
exigiendo una vida a la altura del hombre.

¿Acaso no lo ven?




(fotografía tomada el 19 de junio en la Plaza de las Velas de Almería por Miguel Ángel Marín)

jueves, 6 de octubre de 2011

Conversaciones con el dios tartamudo

ALDOUS HUXLEY.POESÍA COMPLETA. Jesús Isaías Gómez López (trad y de). Cátedra, 2011.




Aldous Huxley (1894-1963): autor de Un mundo feliz, tal vez la novela distópica más célebre. Puro siglo XX, ensayista profuso. Suyas son algunas de las páginas más citadas sobre psiquedelia o religiones orientales que tanto impacto causaron en la cultura beat y sus derivas. Aldous, el hermano de un suicida, el hijo de una larga saga de intelectuales ingleses. Compartiendo el té con el grupo de Bloomsbury y mesa y mantel con Eliot. Huxley el viajero impenitente del cuerpo y de la mente, de los países y las formas místicas. El hipnotista que intentó usar ese método para curar el cáncer de su esposa. Huxley y el LSD. Huxley muriendo mientras le recitan El libro tibetano de los muertos al oído. Dice el prólogo de este libro que anduvo clínicamente ciego durante casi dos años en su temprana juventud, y que desde ese momento la búsqueda, a veces literal, de la iluminación fue una de sus obsesiones. De ahí tantos caminos. La poesía fue el primero de ellos, fagocitado desde 1941 por su prosa.


Poesía Completa: Jesús Isaías Gómez lópez nos presenta la primera edición no anglosajona de todos los textos poéticos producidos por Huxley, completando aquel volumen que él mismo publicara en 2009 en la Univ. de Almería. Ya de por sí esto es un hecho imponente. Además los poemas van acompañados de un trabajo de erudición notable, y por momentos excesivo. Por su parte las traducciones mantienen el pulso musical en castellano y funcionan con solvencia. Lo que no compartimos es la decisión de dividir el poemario Leda en dos partes (poemas en verso, y poemas en prosa dentro de un apéndice al final del volumen), Gómez López lo hace para “mantener el ritmo y metro convencionales a lo largo de esta edición” (p. 599). Nos resulta arbitrario y distorsionador. Cada libro es ante todo una unidad, también rítmica. Pero mejor unamos las piezas del puzle y leamos.




Mixticismo: Leemos seis libros y una multitud de poemas sueltos, de textos en revistas a anecdóticos poemas epistolares o en francés, y todos cosidos con un mismo hilo cuyo origen podemos encontrar en la madeja simbolista: Baudelaire, Laforgue, o el suntuoso ornamentalismo de Verlaine. Huxley suele entender la máquina del poema como una gema tallada que hay que llenar de brillo y palabra densa, como ejercicios de metro y rima que tenderán a la descripción lujosa de detalles y paisajes, así como a enciclopédicas referencias culturalistas (perfectamente glosadas en las notas). Digamos que en las estanterías de la tradición poética española Aldous Huxley podría haber sido el décimo novísimo.


Pero aquí el lujo es una herramienta más de búsqueda trascendental. Un camino más a la luz, como el de Jonás saliendo de la ballena. Lo que subyace a esta poesía, como campo previo o paralelo a su obra en prosa, es una búsqueda del absoluto, o una explicación del mismo en su dialéctica con lo material. Huxley entiende que la eternidad está en Dios (y sus múltiples formas religiosas), en el amor (incluyendo el sexo como explosión de infinito en la carne) y el propio arte (de ahí el formalismo lujoso de los poemas). Un nuevo misticismo pues, al que llamaremos mixticismo por su impuro mestizaje. Sujeto a una dialéctica continua donde los contrarios se agreden: Platón/Aristóteles, virtud/pecado, oscuridad/color, etc. que se lleva incluso al plano formal enfrentando dos campos textuales muy definidos: poemas de tono elevado frente a poemas de tono irónico. La mixtificación comenzará a ser más precisa a partir de Leda y el magistral poema Soles Occidere et Redire Possunt (pp 435- 479), alcanzando su culmen en Arabia Infelix, cuando ambos registros acaben fundidos en un mismo cuerpo, uniendo los contrarios en collages de reminiscencias eliotianas. El final del camino hacia lo trascendente pasará por la contaminación. Un sensualismo superior, en las propias palabras del poeta. Una acercamiento a la perfección de lo sublime desde el mundo y sus taras. Poder llegar a hablar cara a cara con Dios y descubrir que es tartamudo.





















(publicado en la revista Quimera de septiembre de 2011)

sábado, 1 de octubre de 2011

NAPOLES, 50 C (Tim Parchikov)


Subimos las escaleras. Entramos en la sala donde están expuestas las fotografías de Parchikov. Son de gran formato, colores brillantes, por momentos el papel pudiera ser incandescente. Ciudades y paisajes entre la geometría y el desierto posmoderno, lleno de signos y luces. Parchikov juega a la precisión y a la elusión, y a veces se cae al vacío inane. Puede que tal y como sucede con el mundo contemporáneo. Doy tres pasos y veo esta fotografía. Es enorme. Es armoniosa y clásica. El espacio neutro rodea el telescopio como si fuera una solitaria columna jónica, o una mancha gris en medio del lienzo azul. Clasicismo, serenidad, monumentalismo. El ojo agradece el reposo. El ojo y la forma se anestesian. Pero algo arde. Tanta paz esconde una lectura terrible y certera del mundo que nos están construyendo. Para mirar el horizonte hay que introducir 50 céntimos. Para llegar al futuro hay que pagar. El cielo está privatizado, la belleza o el porvenir. El mañana está hipotecado. Ese es el mundo que nos quieren regalar. Imponer. Dejo de mirar la fotografía, justo a unos metros hay otra de un mimo vestido de rey sentado en un rincón sucio, pidiendo limosna.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Miguel Hernández, Cara-B

El año pasado fue el centenario del nacimiento del poeta Miguel Hernández, y entre el mucho o el poco ruido que se hizo al respecto, Jesús Aguado organizó este volumen (No sabe andar despacio, CEDMA, 2010) con reflexiones de poetas "jóvenes " sobre el orihuelano. Mi aportación fue el ¿ensayo? que a continuación podéis leer:

"



Miguel Hernández, Cara B.


Piensa en Miguel Hernández. Escribe sobre Miguel Hernández. Es el centenario de su nacimiento: aplausos, discursos institucionales para el hombre muerto por las instituciones. No importa , que la fiesta no cese, como el rayo. Desempolva a Miguel Hernández. Sus libros están al fondo de la estantería. Las páginas crujen al separarlas. Es el sonido del tiempo, es la artrosis del papel. Vamos a pasear el espectro de Miguel Hernández por las plazas de los pueblos, es el centenario de su nacimiento: 1910 queda lejos, esto es ya el siglo XXI, los grandes mitos de la Historia son figuras recortables de una revista infantil, las ideologías, nos dicen, son dibujos fantasma unidos con puntos suspensivos. Pero no importa. Nada. Pienso en Miguel Hernández.

Miguel Hernández en mí. No es una poesía que ahora me interese, tampoco es un poeta que considere importante en mi formación. No lo ubico en los estratos geológicos de mis posibles influencias. Estimo que hay una zanja muy grande entre su dicción y el sonido que agradece mi oído. Y sin embargo tengo que reconocer que él estaba allí mucho antes que otros, en el tiempo lento durante el cual las cosas suceden y significan para bien o para mal. Entonces estuvo. Recuerdo que yo tenía unos dieciséis o diecisiete años. Recuerdo que quería ser Rimbaud y que había pocos libros de poemas a los que tuviera acceso. Sé que un día de invierno me fui a la playa con un libro de Miguel Hernández y cerveza, y que seguramente también fumase algo. Recuerdo la ebriedad y la sensación de habitar esos poemas, supongo que hubo algo de comunión con lo escrito. Tal vez lo que sucedió fue que me intoxiqué y la belleza del momento fuera un efecto secundario. Eso ocurrió. Una antología negra de Cátedra, un adolescente desorientado en la playa de un pueblo. Casi lo había olvidado hasta que tuve que rebuscar en la memoria razones para escribir sobre Miguel Hernández. El centenario no basta, eso son excusas institucionales para justificar presupuestos. Cuando llegue 2011 el centenario habrá pasado, pero mi cita con sus poemas en la playa permanecerá. O ni siquiera eso. La playa cada año es distinta.




Miguel Hernández en ti. Léelo en la escuela. Muestra a tus alumnos el dibujo hecho en la cárcel por Buero Vallejo. Se adivina la calavera bajo los trazos. Lo hizo Buero Vallejo el radiografista. Di que en tus tiempos era un poeta prohibido y tuviste que hacerte con una edición de Losada en el mercado de los imposibles. Identifícate en tu lucha ficticia con su lucha real. Leer un libro clandestino es una forma de resistencia, una pequeña trinchera en el fondo de la mente. Reconocerás a los tuyos por el gusto a cebolla de sus miradas. Somos bastantes y somos mejores. En el fondo se trata de sentirse parte de una tribu. Podemos comprar una camiseta con un eslogan o un verso camuflado. Podemos darle la vuelta al disco de Joan Manuel Serrat y poner por fin la cara-B. Imagina que ese silencio sucio entre canción y canción es el espíritu del poeta reclamando su dignidad desde el ultramundo. Bueno. Con eso pocas bromas, con la dignidad ni medio chiste. Reconstruye el mito del hombre que brotó de la tierra como una raíz de carne atada a lo más profundo de lo bueno y noble que puede haber en un hombre o en una tierra. En el dibujo de Buero Vallejo se adivina la calavera, los ojos oscuros. Mira la mirada. Mira la fanfarria de la democracia, el confetti sobre los muertos y las banderas de los muertos. Ahora estudiemos a Miguel Hernández, aprendamos su vida como preguntas para un examen. Toquemos con una guitarra la elegía a su amigo Ramón ante tres decenas de niños aburridos. Hagamos un premio de poesía y llenémonos los bolsillos. Celebremos el centenario, que ya toca.

Miguel Hernández en mil. La dignidad, el mito. Con esto ni un gramo de ironía. Me pongo de pie para escribir su historia, me siento otra vez para corregir las erratas. Un hombre nace en 1910 en Orihuela, hijo de campesino. Quiero decir que Miguel Hernández nunca fue un burgués jugando a revolucionario. No había posibilidad de pose. Era fruto de su tiempo y de su condición. También es cierto que hay reminiscencias arcádicas en la imagen del joven pastor devorando libros bajo un encina mientras las cabras rumian el atardecer. Queremos ver un halo de pureza, una limpieza, seguramente impostada por nuestro complejo tecnológico, por lo bien que vivimos y lo lejos que nos queda todo ese mundo. Igual que su amistad con Ramón Sijé. A saber. Escribe un poema definitivo y la vida, y la muerte, y cualquier matiz verista queda neutralizado. He escuchado decir: la entrañable camaradería, la orfandad posterior, el amor fraterno a pesar de la distinta extracción social y la consiguiente deriva ideológica. A saber. Hay tanta falacia en este tipo de mito laico. No puede ser casual que mito y timo tengan las mismas letras. Pero queda el poema. Ese poema en concreto, que es ya un icono , una marca de lo poético tradicional. Oye, tú, la poesía sirve para cantar la amistad y la pena y esas cosas entrañables que, efectivamente, se nos mueven en las entrañas a los seres humanos, ¿lees esta elegía? ¿percibes el dolor y la belleza? Busca tres metáforas y una aliteración, relaciónalo con el ambiente cultural de su época y la biografía del autor, busca la rima, y para casa escribís vuestra propia elegía. En la siguiente clase hablaremos ya no del poeta cabrero y sus amigos muertos,sino de la guerra.
Porque es necesario que exista un poeta de la guerra para que podamos estudiar los poetas de preguerra y los poetas de postguerra. Toma una etiqueta manchada de sangre y barro. Declama un panfleto rojo contra el viento. Canta y lucha. El canto como forma de lucha, el lenguaje como trinchera real. El dorado de las estatuas se descascarilla y deja a la vista pintura de camuflaje, el silbo de los pájaros se transforma en el de las balas. Nos han machacado tanto con la Guerra Civil. Los mitos, los símbolos, los emblemas. Los himnos. Andaluces de Jaén, emocionaros con el verde ceniciento de los olivos que al parecer fuisteis, y al que habéis quedado unidos por el verbo. Dinamiteras, yunteros, paisajes tricolores que alimentan la nostalgia de los que no estuvieron allí. Nos contaron un cuento de vencedores y vencidos, de humillación y castigo. Ahí también encajaba perfectamente la figura de Hernández, como la de Lorca: no hay nada mejor que un poeta como mártir. Y es verdad que recuerdo que de pequeño en el colegio me contaron la historia y leímos las Nanas de la cebolla, y que aquello fue emocionante. Y que aquello parecía profundamente verdadero. Y al final del cuento el poeta moría en la cárcel.

Miguel Hernández en lid. Una vez estuve en un acto donde se leían poemas de Hernández y escuché a alguien gritar: los fascistas lo dejaron morir en la cárcel, lo mataron. Y a otro: no fue así, simplemente no había medicamentos, pero no fue alevoso. Y yo mientras tanto bostezaba.




Miguel Hernández en sí. Parece, según lo leído hasta aquí, que el poeta es sólo un símbolo, promovido para asentar ciertos valores e ideas, un elemento pedagógico del sistema; o bien una muleta sentimental en la que apoyar algún momento de nuestra biografía. Estoy seguro de que esto no es del todo cierto. Aparte del relato que hemos construido sobre el poeta y sobre sus poemas como segregaciones simbólicas de dicho relato, podemos preguntarnos si hay poesía o no hay poesía. Si nos vale o no. Y entonces recuerdo unos cuantos versos, alguna imagen que me retuerce por dentro. Al fin y al cabo la poesía debe provocar incendios neuronales. El crujido, el cortocircuito, la convivencia de lo posible con lo imposible. Eso es en gran medida la poesía, ¿se da ese fenómeno en Miguel Hernández? Propongo que sí. Y tomaré como ejemplo un fragmento de un poema. Los cobardes. El típico poema panfletario de Vientos del pueblo, escrito durante la guerra, con toda la mala uva del mundo. Poema duro, divertido, absolutamente accidental para un purista. Tal vez demasiado largo, posiblemente por eso pierda fuerza. Da igual. Citemos el fragmento en cuestión:

Valientemente se esconden,
gallardamente se escapan
del campo de los peligros
estas fugitivas cacas,
que me duelen hace tiempo
en los cojones del alma.

Los tres primeros versos son objetivamente muy pobres, fáciles; la contradicción entre los adverbios que indican valor y los actos que se le atribuyen a un cobarde es digna de un poeta primerizo (o de un poeta obligado por las circunstancias y la propaganda, como es el caso). Sin embargo la cosa cambia con los tres siguientes versos. No he encontrado a nadie que no esboce una sonrisa ante “estas fugitivas cacas”: ese es el valor de la sorpresa, del humorismo que tan difícil es de solventar con tino en un poema. Pues ahí Hernández lo clava. Estupendo. Pero son los dos últimos versos los que alcanzan la altura que justifica tanta devoción. Los cobardes le duelen al poeta en un sitio muy concreto. Y la poesía es el arte del lenguaje preciso. Los cojones del alma. Sabemos claramente de qué está hablando Miguel Hernández cuando dice eso, y sabemos que no se podría haber dicho de mejor forma. Precisión poética. Altura literaria, incluso en medio de un poema circunstancial e impregnado de bilis.
La mezcla de lo espiritual (el alma) con lo más absolutamente terreno (los cojones), sería una versión guerracivilista del famoso encuentro del paraguas y la máquina de coser. O tal vez no. Tal vez sean lo mismo cojones y alma, y el verso impacte por redundancia. Tal vez lo que pasa es que la poesía sea una cuestión de eso, de cojones y de alma.

sábado, 17 de septiembre de 2011

PIC COMA DE VARILLES, 2758m (Joan de la Vega)

Donde los seres
y las cosas
reoelen sus nombres,
me encuentro.
Sin más clemencia
que un sol
demoledor.
Bajo la nube
grave
que desparrama
de granizo
los suelos.
Ahí,
donde puedas
llamarme
sin pronunciar
palabra alguna,
me encontrarás.





[de La montaña efímera, 2011]

viernes, 9 de septiembre de 2011

LA INVENCIÓN COLECTIVA (René Magritte)


Sabemos que las sirenas no existen, pero creemos en ellas, conocemos cómo son. Hemos heredado una convención sobre la base de una mentira: no existe ese animal híbrido entre mujer y pez. Pero las sirenas son medio pez medio mujer. Y sin embargo nos creemos la mentira asumida y en cuanto se la desajusta un poco (tal vez sólo el orden de las partes) nos entra pánico, el desconcierto nosn cuestiona nuestras propias certezas. Magritte sabe que las sirenas son medio mujer medio pez, y que la invención colectiva del mito, la convención social heredada acerca de este embuste dice que carece de piernas y en su lugar tiene cola de pez. Le da la vuelta y demuestra que todo es falso, que el absurdo también planeaba sobre la primera opción. De acuerdo. Apliquemos esto de la sirena magrittiana a tantas y tantas supuestas verdades que nos han contado a lo largo de nuestra vida. Operemos un leve cambio y descubramos el vacío. Cualquier cosa. El dinero. Dios. La Democracia. La Belleza. Nuestro Yo.

lunes, 29 de agosto de 2011

A LA ESPERANZA (John Keats)

Cuando me siento al lado del solitario fuego del hogar
y odiosos pensamientos cubren el alma de melancolía;
cuando no hay bellos sueños que vislumbre mi mente
y el desnudo zarzal que es toda vida no ofrece ningún fruto,
dulce esperanza, envuélveme con un etéreo bálsamo
y agita sobre mí tus plateadas alas.

Cuando vague, caída ya la noche,
entre espesos ramajes, cerrados a la luz de todo astro;
cuando a mi discurrir lo asuste entonces un desaliento triste
que, ahuyentando la dicha me haga fruncir el ceño,
con los rayos lunares fíltrate por el techo de hojas,
y manten alejado tan feroz desaliento.

Si el desengaño, fuente de la angustia,
se esfuerza en conquistar mi confiado pecho;
cuando, como una nube, aquel ocupe el aire
dispuesto a abalanzarse sobre la inerme presa,
esperanza, hazle huir con tu vivo semblante,
aléjalo lo mismo que la aurora a la noche.

Siempre que de los seres que me son más cercanos
mi temeroso pecho oiga una triste historia, oh, esperanza,
con brillo en tu mirada reconforta mi enferma fantasía,
préstame unos instantes tus más dulces consuelos,
derrama en torno mío tu celeste esplendor
y agita sobre mí tus plateadas alas.

Si un amor desdichado me oprime el corazón
- sus despiadadas causas, su implacable belleza -,
o, déjame pensar que no es del todo vano
recitar, suspirando, sonetos en la noche.
Dulce esperanza, envuélveme con un etéreo bálsamo
y agita sobre mí tus plateadas alas.

Ante el largo horizonte de los años que vengan,
no permitas que muera el honor de mi pueblo:
vea yo nuestra tierra conservando su alma,
orgullo y libertad - no una sombra de esta -
derrama especial brillo de tus brillantes ojos
y cubre mi cabeza con tus alas.

No permitas que vea el legado más grande de los míos,
la libertad - ¡qué grande con su humilde ropaje! -,
con la púrpura vil de una corte opresora,
bajando la cabeza, ya dispuesta a espirar.
Déjame que te vea descender desde el cielo con tus alas,
que llenan los espacios de plateada luz.

E igual que, en rutilante majestad, una estrella
logra adorar la cumbre de alguna oscura nube
y, allá a lo lejos, ilumina el rostro medio oculto del cielo,
así tú, si amortojan mi espíritu sombríos pensamientos,
dulce esperanza, vierte tu celestial influjo,
y agita sobre mí tus plateadas alas.




jueves, 25 de agosto de 2011

un poema de Luis Gámez

Tu cabeza es un bosque vivo
lleno de pájaros dormidos.
Calma: no quiero enloquecer mientras te hablo.
Calma: voy a hablarte con otra voz.
Calma: con una voz mucho más fría.
No tengas miedo.







[de El libro de las transformaciones, 2011]

lunes, 15 de agosto de 2011

Poemas del Cabo de Gata, para descarga gratuita.



En 2007 reedité mi primer libro, Grietas, y le añadí un pequeño cuadernillo con poemas sobre el paisaje desolado del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Yo soy fruto de esa tierra y de esa luz. Ahora he subido los poemas a la red para que os los descarguéis gratuitamente. El enlace es este: http://www.mediafire.com/download/cmd317zd3tbixv9/POEMAS+DEL+CABO+DE+GATA%2C+Ra%C3%BAl+Quinto.pdf y seguirá apareciendo en la esquina derecha del blog. Si veo que hay muchas descargas seguramente vaya subiendo otros libros. El Cabo sigue amenazado, las agresiones son continuas. Empezar a amarlo es empezar a protegerlo. Disfrutad (o no) de los versos.

miércoles, 10 de agosto de 2011

TIOVIVO (Mark Gertler)




Hola 1916. Hola 2011. Hola viento que despeina el cerebro por dentro, súbete al lomo de esta montura divertida. Hola pequeñez de lo grandioso. Buenas noches princesa de lo efímero, de los colores vivos. Viva el eje de este círculo que nos gira. Dije hola. El mundo está podrido. Yo saludo desde mi caballito a los malos momentos por venir, aquí estoy girando, no me podéis hacer daño porque esto es una vacuna contra el miedo y contra el mundo. Hola plástico de los muñecos que me cubre el rostro. En Somalia la gente muere de hambre, en Inglaterra los jóvenes besan a la destrucción en los labios, en España golpean a la gente que sólo quiere alzar la voz. Pero yo giro y sonrío, plástico hierático, saludando a todo el mundo. Hey. Hola. Aquí arriba no me toca la mano negra del mundo. Aquí arriba soy un idiota que gira. Ciego, sólo por hoy. Feliz, sólo por hoy. Antes de arrojarme de nuevo al barro. Pero no hoy. Hoy es 1916, en plena Gran Guerra, giramos por encima de las trincheras. Como muñecos estúpidos. Felices, sólo por hoy. Hola, qué tal. Súbete aquí arriba conmigo, que el suelo mancha.

domingo, 31 de julio de 2011

Un largo relato de amor y explotación



POESÍA COMPLETA (Volumen I) Javier Egea. Bartleby, Madrid, 2011. 514 pp.



Me quedo solo, pero no me vendo. Julio de 1999. El siglo XX agoniza. Javier Egea, que lleva nueve años sin publicar ningún libro, decide disparar su escopeta de caza y acabar con todo. En ese momento Granada acaba de generar su último poeta mítico. Su nombre, su presencia, será una de las claves que identifiquen a cualquier joven que comience a interesarse por la poesía en dicha ciudad. Los mitos se construyen a base de tópicos, de ruido y de silencio. El mito Egea dice que fue un poeta cuyo afán era la consecución de una escritura materialista, efectivamente revolucionaria; que era incapaz de transigir con la seducción del mercado y sus leyes apaciguadoras, y que por eso acabó aislado y enajenado. El mito Egea dice que su hambre era tan vasta que le resultaba difícil ceñirse a una sola propuesta, que las escuelas y los grupos eran sólo estrecheces para el que tiene cosas que decir. También dice el mito que la bebida y la noche hicieron estragos, que las crisis, el silencio y la tormenta de dentro eran demasiado imponentes. El mito dice eso: poeta libre, irredento, experimental, comprometido, borracho, suicida. Los mitos suelen ser tópicos de ruido y silencio, casi siempre falsos. Lo que convoca y no traiciona es su poesía, por fin reunida.



Un lugar por encima del humo. Tras más de una década de turbias polémicas entre herederos y “amigos”, se iba haciendo más urgente su rehabilitación. Esta edición evita revanchas y se ciñe a decir que hay un poeta, e importante; y es sólo el primer tomo de un proyecto que comprende sus prosas, diarios y poesía inédita, y que aquí presenta todos sus libros publicados, incluyendo el póstumo cuaderno Sonetos del diente de oro. Un viaje insólito desde el clasicismo temprano hasta el verso irracional o de ribetes pop de su última época, pasando por lo obscenamente político, el realismo narrativo y soft de la experiencia o la búsqueda de una poesía materialista que fuera capaz de denunciar los mecanismos ideológicos oculto en el lenguaje y en el arte. Demasiados caminos para ponerle un nombre. Demasiado vasto para algo tan estrecho como la crítica de este país. Destaca Manuel Rico en su acertado prólogo lo llamativa que resulta la ausencia de Egea en los recuentos oficiales de las tres últimas décadas. El canon lo deja fuera. Lo cual puede confirmarnos que lo más interesante sigue escribiéndose en los márgenes.

Francisco Javier Egea. En 1974, con unos escasos veintidós años Egea publica su primer libro: Serena luz del viento. Con esa edad es muy complicado construir un discurso poético sólido y aquí encontramos la prueba. No hay aún rastro de la revolución y el hambre voraz. Sin embargo este libro es una escuela que nunca abandonará: la del clasicismo, entre Garcilaso y Góngora, los secretos de la música. La importancia de conocer los engranajes de un idioma y un arte para poder más adelante subvertirlos. Primera lección. Dos años después publicará A boca de parir, donde ya desde el títulose nos presentan algunas de las facetas que luego eclosionarán en el poeta maduro: lo irracional, la presencia de una cotidianidad inquietante, y la pulsión política . “Hacia otra lucha nueva/ un nuevo leningrado de palabras.” Con poemas que aún son indicios junto a otros ya plenamente conseguidos como Sístole (pag. 145). Aparecen temas y palabras recurrentes: el asedio, el dolor, el amor como refugio y condena. Pero no deja de ser otro libro de aprendizaje, no es casual que estos dos primeros estuvieran firmados por Francisco Javier Egea. Aún no era del todo.



Toda la muerte vestida de payaso. Durante la Transición el ciudadano Egea se convertirá en un activista del comunismo. Su obra será un campo de batalla para demostrar determinadas tesis. Sus ideas, sus versos, ambos cosidos por el mismo hilo para retratar la realidad y transformarla. El ejemplo de Pavese o Pasolini. La lección ineludible del profesor Juan Carlos Rodríguez y su Teoría e Historia de la producción ideológica: la poesía e incluso los sentimientos están sujetos a las estructuras de poder, hay en todo una falacia y una ficción para nada inocente. De ahí en parte vendrán los presupuestos de aquella Otra Sentimentalidad que Egea compartió con García Montero y Álvaro Salvador. De ahí su búsqueda, única, y tal vez fallida, de una poesía materialista, desnuda y consciente de que la literatura implica el disfraz, y de que muchos disfraces son cómplices de la explotación y el expolio. Desde ese punto de partida se puede chillar, por ejemplo, contra “tanto general y bigote” como en Argentina 78, que no es sino un grito urgente y circunstancial contra la dictadura, escrito desde la rabia y la ironía. Pero eso fue un pronto, una anécdota frente a los conatos de poesía grande que va a tentar en el resto de sus libros.


La luz de las ruinas. A principios de los años 80 Egea entra en una de sus frecuentes crisis fruto del alcohol y la vida, y decide aislarse en la entonces remota Isleta del Moro almeriense. Allí escribe Troppo Mare. En este libro se cruza la música extraña de Lorca con la búsqueda del poema materialista a través de ese paisaje extremo y desolado. Se constata que el interior y su lenguaje están manipulados por la misma ideología que corrompe el exterior. Respiramos “el hedor de las palabras muertas”, sabemos que no hay más remedio que “abrir la brecha,/ cruzar las líneas,/ romper el cerco” . Vivimos en el pueblo sumergido, esperamos la inminencia agresiva de La Nube. Porque en Javier Egea siempre hay una presencia amenazadora fuera de campo. Siempre hay algo oculto que aguarda su momento para el zarpazo. Puede que sea la soledad que todo lo arrasa, como esta luz de las ruinas interiores que ilumina de penumbra tanto mar. Y sin embargo, a pesar de que parezca que “siempre es tarde”, el último verso de este libro basta para definir una obra, una vida, un lugar en el mundo: “Hoy sólo sé que existo y amanece”.



Otro Romanticismo. Denunciar los engranajes, intentar cambiar la mecánica de la sociedad, pero desde la más absoluta de las soledades (título de una frustrada antología). Tener conciencia de ello y hacerlo desde el compromiso estético. La poesía de Egea es por momentos como unos de esos cuadros sobre lo colectivo que pintara Genovés, pero con alguien solo en el centro. Algo así sucede en Paseo de los tristes, un libro casi paralelo a Troppo Mare donde traslada el escenario a la ciudad y sus sombras de oficinas, pensiones, fábricas y explotación. Aquí el amor también es víctima del mercado. “Aquí habita el dolor”. Los pájaros de Bécquer vuelan desnortados sobre las ruinas, y los viejos códigos no valen. Encontramos una ráfaga de pequeños poemas como de pólvora que desmontan tópicos y seducen con el escalofrío de la belleza y lo terrible. También el resto, siguiendo el rastro lectivo de Gil de Biedma y aparentemente en la misma acera que tanta poesía de la experiencia posterior, pero llegando más allá. Mucho más lejos, mucho más adentro.

Envenenadas flores. Del mar a la ciudad hasta llegar al inconsciente. Javier Egea se somete a sesiones de psicoanálisis y acaba escribiendo Raro de luna. No hay límites de escuela ni caminos pactados para esta obra. En el fondo son los mismos temas de siempre: la soledad, la explotación, el amor, la amenaza invisible; pero bañados por el surrealismo controlado y algunas estructuras estróficas clásicas que van del típico soneto al más raro ovillejo. Aquí, como en los Sonetos del diente de oro introduce referencias de raigambre pop como la figura trágica e irónica del vampiro o la serie de historias y extraños personajes femeninos que pueblan el cuaderno póstumo. Otro paso más. No admite etiquetas fáciles, su obra es una oda a la mutación desde el compromiso estético y político. Como Alberti, pero solo. Y nosotros, “pájaros angustiados ante la miserable caravana de espejos”, lo que vemos es el rostro de Javier Egea confundido con el nuestro. “Es preciso hacer un alto en la derrota” y leer el mundo con sus ojos deformes.




(publicado en la revista Quimera de los meses de julio-agosto de 2011)

miércoles, 20 de julio de 2011

SUICIDIO EN LAS TRINCHERAS (Siegfried Sassoon)

Conocí a un soldado raso
que sonreía a la vida con alegría hueca,
dormía profundamente en la oscuridad solitaria
y silbaba temprano con la alondra.

En trincheras invernales, intimidado y triste,
con bombas y piojos y ron ausente,
se metió una bala en la sien.
Nadie volvió a hablar de él.

Vosotros, masas ceñudas de ojos incendiados
que vitoreáis cuando desfilan los soldados,
id a casa y rezad para no saber jamás
el infierno al que la juventud y la risa van.






[de Contraataque, 1917]

jueves, 14 de julio de 2011

un poema de José Ángel Valente

Imágenes de imágenes de imágenes. Textos borrados, reescritos, rotos. Signos, figuras, cuerpos, recintos arrastrados por las aguas. Piedras desmoronadas sobre piedras. Lugar que ahora sobrevuela el polvo. Morada sin memoria, ¿quién te tuvo? Tiempo hambriento de ser empozado en la noche. Siembras palabras y responden ecos, ecos de ecos en la bóveda incierta de la desolación. Dará todo el aire por un grito, la posesión del reino por un solo gemido. Abrieron los augures las entrañas del dios y entregaron su cuerpo lacerado a los depredadores.







[de No amanece el cantor, 1992]

sábado, 9 de julio de 2011

FIGURA AHOGADA (Charles Benefiel)



Charles Benefiel ya ha visitado en caída libre este blog. Sabemos de él que contribuye a tejer la sombra de los márgenes. Se le llama arte outisider a aquel que la norma expulsa por miedo o desequilibrio. De acuerdo. Charles Benefiel está oficialmente loco. Y podemos entender sus extraños muñecos como efluvios malsanos de una mente desquiciada, y podemos equivocarnos, mucho, al pensar que para llegar al centro de las cosas sólo es válido el camino marcado con tiza por la mayoría. Míralo bien: la llanura es inmensa, inlcuso entre las zarzas y saltando agujeros y ramas caídas es posible el avance. No llegar a un destino, sino moverse. Charles Benefiel está loco y sus muñecos son la segregación de nuestro miedo a perder el control. Y por eso nos atraen. Muñeco es igual a infancia. Muñeco es igual a pasado irrecuperable, a trauma agazapado, alerta, esperando el momento oportuno para desplegar sus brazos y asfixiarnos. ¿Y este en concreto? Ahogado en el líquido amniótico de nuestro miedo. Su cara es mi cara, tu cara, la cara del miedo cosida con hilo sucio a tu cara, a la mía, a la cara del miedo a ti, del miedo a mí. Del miedo a Charles Benefiel y sus muñecos obscenos.

lunes, 4 de julio de 2011

Epístolas de un transeúnte

Correspondencia completa. César Vallejo (Edición de Jesús Cabel), Pre-textos, Valencia, 2011.



Existe un debate entre aquellos que leen la obra de un autor y aquellos que intentan leer al autor en su obra. Sucede que hay poetas, como Vallejo, cuya sombra vital tiene tanta densidad que por momentos oscurece también sus escritos. Se hace complicado leer de manera autónoma sus poemas sin imaginar que es él mismo quien los recita con una voz salida de su propia boca fantasmal. Su vida es una vida que ya hemos hecho nuestra, como un fetiche o una certeza. Entonces partimos de dos tópicos, que tal vez sean verdad: César Vallejo es uno de los poetas insustituibles del siglo XX y César Vallejo representa, con su biografía, un papel necesario, humano, con el que empatizamos desde la admiración y la compasión. Un mito más de carne que de mármol. Así que, a estas alturas, vida y obra están anudadas, y es por ello que se hace urgente desliar la madeja hasta saber qué hilos pertenecen a qué parte de su corazón bicardiaco, y es ahí donde la aparición de esta Correspondencia (in)completa resulta oportuna.









En las cientos de cartas que ha recopilado Jesús Cabel, que van del temprano 1911 hasta la víspera de su muerte en 1938, encontramos a César Vallejo en una dimensión más amplia, como ciudadano y poeta. Eso sí, tampoco es un Vallejo real el que encontramos aquí, por mucho que las cartas sean reales y la mayoría de experiencias e impresiones contadas también lo sean. Una carta es una elaboración, algo que acaba rozando por definición con lo ficticio: leemos lo que Vallejo ha querido contar, compartir o hacer creer. No es la verdad, aunque esté cerca. Así podemos hacernos una idea aproximada de lo que fue su vida y su pensamiento. Podemos leer el volumen, y se hace con interés, como si fuera una biografía escrita a pausas, un puzzle lleno de huecos en blanco que acaba componiendo el rostro, o la máscara, de César Vallejo.
Su vida la conocemos bien, y aquí intuimos cómo la vivió. Sabemos que se fue a estudiar a Trujillo y que allí se hermanó con la poesía y con varios poetas. Y aquí leemos el entusiasmo con el que compartía sus impresiones con los camaradas de esos primeros tiempos de carne ciega y lujuria cotizable, en líneas escritas que por momentos parecen auténticos poemas en prosa (p.ej: Carta a Óscar Imaña, 2. pp 94 y 95). Sabemos que estuvo cien días en la cárcel por un altercado en el que no tuvo nada que ver. Y aquí leemos su desesperación, cómo se muerde los codos de rabia, incluso podemos demorarnos en el Recurso de Queja que planteó infructuosamente a un tribunal sordo. Sabemos que en Lima publicó cosas pero no fue muy estimado por la intelligentsia peruana. Sabemos que retorció el cuello del castellano hasta que este gritó Trilce. Pero aquí leemos que en Lima el ambiente más que literario es letrero, cursi y falso, y que ante tamaña revolución está tan sordo como el juez trujillano. Y entonces, es verdad, se fue a París a buscarse la vida, y sabemos que por mucho que buscó apenas la encontró.







Vallejo en París, con aguacero. Vallejo embarcándose en mil proyectos truncados, siempre en vísperas eternas de un día mejor que nunca llega. Vallejo pidiendo prestadas cien, doscientas, cincuenta, miles de pesetas a lo largo de las páginas. Vallejo pidiendo favores para poder comer o vivir simplemente, haciendo trampas o insinuando traiciones a sus ideas que nunca cumplió. Su mala salud, su buena miseria. Vallejo haciéndose revolucionario por experiencia vivida, gritando ¡Viva el Frente Popular! Y entre medias manuscritos guardados con cerrojo, que cuando se abra nos dejará a todos mudos. Vallejo hablando de mujeres y poesía con Juan Larrea, de mil cosas de la vida y los libros con Pablo Abril, celebrando los versos de sus amigos, de cualquier poesía que considerase nueva y fuerte. Porque esas dos cosas le bastan.
En definitiva esta antología de brillos y mucha miseria, no va a conseguir cortar el cordón umbilical que une sin remedio sus poemas a su vida y a la nuestra. Será que César Vallejo no puede dejar de ser César Vallejo.








(reseña aparecida en la revista Quimera del mes de junio)

miércoles, 29 de junio de 2011

GRECIA MURIENDO EN LAS RUINAS DE MISSOLONGHI (Eugene Delacroix)







Francis Fukuyama dice que llevamos veinte años de Historia finita. Cuando no hay alternativa visible a la invisible voracidad del sistema. Todo es parte de todo. Totalitarismo no es sólamente una expresión basada en uniformes y banderas estridentes. Totalitarismo es cuando no hay otra opción. Corrijo. Cuando dicen que no hay otra opción. Fukuyama dice que el horizonte es una línea de meta por la que ya hemos pasado. que ahora le toca recoger el premio a los ganadores. Los ganadores no somos ni tú ni yo. Tú y yo si acaso somos Grecia. Fukuyama habla del pensamiento único, de la uniformización neoliberal. Y tiene mucha razón, salvo en una cosa. No estamos ciegos, sabemos que el horizonte aún está a nuestro alcance y que esta partida aún no ha terminado. Fukuyama nos declara vencidos y esa parece ser la verdad. En Grecia las ruinas ya no son las del Partenón. Ni siquiera la de sus finanzas. ¿Finanzas? Dicen en twitter: corre la sangre en las calles y el champán en las bolsas. Da miedo. Da vértigo. Claro que sí. Sin embargo el vértigo nunca puede impedir subir una montaña cuando se está acompañado. Hay quien grita: ¡Eh! ¡Francis Fukuyama!¡La Historia no ha acabado aún, la Historia no ha hecho más que empezar!

domingo, 26 de junio de 2011

LA DUDA RETÓRICA (Luis Bagué Quílez)

He empezado a dudar,
a concebir la vida como cálculo
de probabilidades:
voy sumando fachadas
en el alba,
divido transeúntes
entre perros rabiosos
y evito las baldosas amarillas.

He aprendido
la duda razonable
que se cumple en el centro del poema
y conduce a otra duda.

Hoy vivimos detrás del escenario,
jugando a cabalgar
con los cuatro jinetes
a lomos del caballo ganador.
Hemos atravesado
los campos de magnolias
y el silencio de Auschwitz.

Ya sabemos la última pregunta.
Aunque tal ve nos falte
capacidad para pensarla.






[de Página en construcción, 2011]

martes, 21 de junio de 2011

Idioteca según Agustín Fernández Mallo

Agustín Fernández Mallo, el autor del proyecto Nocilla, recomienda en su blog una serie de lecturas para el verano, entre ellas mi libro Idioteca, en los siguientes términos:

"IDIOTECA, de Raúl Quinto, (edit El Gaviero). Este libro extraño y brillante del poeta almeriense, cuyo título alude a la memorable canción Idioteque, de Radiohead, se editó en 2010 y no lo había leído hasta ahora. Las concatenaciones teóricas, derivas emocionales, discurso acerca del sentido de las imágenes -imágenes que en otras manos serían imposibles, como la relación entre la pintura de Goya y el ruidismo de Sonic Youth, y que Raúl Quinto convierte en plausible-, así como el pulso narrativo del excelente poeta que es el autor, lo convierten en uno de los libros más interesantes que he leído en mucho tiempo. Una feliz mezcla de pensamiento audaz, narrativa de precisión y poseía sintética en lectura transversal de la contemporaneidad. Ah, se me olvidaba decirlo: es ficción. (Prólogo a cargo de Alberto Santamaría"

miércoles, 15 de junio de 2011

ALMERÍA (Aldous Huxley)

Los vientos aquí no tienen insignias en movimiento, pero recorren
una vacía oscuridad, una destemplada luz;
ramas que no se doblan, nunca una flor torturada
se estremece, raíces agotadas, a punto de volar;
alado futuro, marchito pasado, ni semillas ni hojas
dan fe de esos veloces pies invisibles: corren
libres por una tierra desnuda, cuyo pecho recibe
todo el fiero ardor de un sol desnudo.
Tú tienes la Luz por amante. ¡Tierra afortunada
que concibe el fruto de su divino deseo!
Mas el seco polvo es todo lo que ella da a luz,
esa hija de arcilla creada por el perpetuo fuego celestial.
Por lo tanto venid, suave lluvia y delicadas nubes, y calmad
este amor radiante que tiene la fuerza del odio.





[de Las cigarras y otros poemas, 1931]

jueves, 9 de junio de 2011

otro poema de César Vallejo

Pienso en tu sexo.
Simplificado el corazón, pienso en tu sexo,
ante el hijar maduro del día.
Palpo el botón de dicha, está en sazón.
Y muere un sentimiento antiguo
degenerado en seso.

Pienso en tu sexo, surco más prolífico
y armonioso que el vientre de la sombra,
aunque la muerte concibe y pare
de Dios mismo.
Oh Conciencia,
pienso, si, en el bruto libre
que goza donde quiere, donde puede.

Oh escándalo de miel de los crepúsculos.
Oh estruendo mudo.

¡Odumodneurtse!





[de Trilce, 1922]

miércoles, 1 de junio de 2011

ESCRIBIR CON UNA ESPADA (Carlos Edmundo de Ory)

Escribir con una espada.
Acariciar sin tener manos.
Encontrar pedazos de luna en los bolsillos.
Comprar una playa con gritos.
Ir al infierno a ver un amigo.
Enviar una mano a su amada.








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viernes, 27 de mayo de 2011

La luz de bengala de la Vanguardia.









José de Ciria y Escalante, prosas y poemas (1919-1924) Juan Antonio González Fuentes y Alberto Santamaría (Eds).Icaria, 2010


En noviembre de 1919 un chaval de dieciséis años asiste en Santander a una conferencia de Gerardo Diego sobre la necesidad imperativa de vanguardia en España. Cinco años después muere de tifus en una lujosa habitación de hotel madrileña. En ese intervalo trascurre la escritura de José de Ciria y Escalante: es la fiebre del Ultraísmo, el hambre de modernidad dando dentelladas por los cafés y las imprentas. Una estrella fugaz, brillo intenso y breve. Una bengala. Trece poemas que parten de la imitación modernista para desatar “un collage de nombres, gestos y preguntas” ultraísta. El reino lúdico de la metáfora porque sí. Los árboles gimnastas/ que han saltado en la pista/ van recogiendo aplausos con el pico. La sombra chillona de Apollinaire. La insolencia de la juventud detenida en pleno apogeo de su descaro e inmadurez. Digamos que la literatura de Ciria no es ni mucho menos necesaria, demasiado poca, demasiado en pañales. Como aquella vanguardia ultra que se disolvió a la misma velocidad de sueño con la que brotó. Pero lo importante en la escalera son los peldaños. Lo importante es la posibilidad de soñar.













"






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(reseña aparecida en la Revista Quimera del mes de mayo)

jueves, 19 de mayo de 2011

OTRO HORIZONTE ES POSIBLE.

Si quierees adherirte al manifiesto "Por otro horizonte"envíanos un correo a porotrohorizonte@gmail.com con tu nombre y tu actividad o profesión. Gracias por tu colaboración.










POR OTRO HORIZONTE


Algo imparable ha comenzado este 15 de mayo: la sociedad civil ha despertado de su sueño narcótico. Nos enseñaron la palabra democracia y algunos creímos en ella. Somos muchos los ciudadanos que hemos dicho basta. Seguimos creyendo en esa palabra, en nosotros reside el poder para gobernarnos, por eso nos indigna el paisaje al que nos enfrentamos día tras día. Partitocracia, mercatocracia, son palabras que se ajustan más a la realidad. No estamos de acuerdo, exigimos nuestro derecho al grito y nuestro derecho a conservar nuestros derechos. Desde el mundo de la cultura no podemos ni queremos cerrar los ojos a todo lo que está sucediendo. Decimos basta. Porque otro futuro es posible, otro horizonte, que nos pertenezca a todos. Decimos basta a esta política ensimismada y corrupta, decimos basta a la dictadura de los mercados y a la impunidad de la banca. Pedimos democracia en el sentido real de la palabra. Que nos oigan, porque sin nosotros no existe ni la política ni el mercado, porque somos lo único imprescindible, y nos dejan de lado. Algo ha comenzado este 15 de mayo, algo serio, algo inevitable. Y los abajo firmantes expresamos nuestro más sincero apoyo.

viernes, 13 de mayo de 2011

un poema de Marcos Canteli

actúa tu edad/ este año lleva la marca retuvo hueso el enjambre, entre formas de ascesis y fantasía▀ instancia/ bien en diáspora de corazón (fondo enigmático que por ti salía del sueño, fondo acorazado), bien en cicatriz que fuera de regreso hacia un póstumo (siempre) pulmonar de escritura ▀ pulso antiguo por delante, sin remedio orgánico/ fractal tu hora que de amor supura pero escribe en piedras candentes ▀ el mismo pelaje en el gesto ético del traductor, esa casi inadvertida forma de claridad hiriendo la certeza de raíz y sustancia, en la más tensa escritura ▀ decirlo en dictum: la muerte es eléctrica / bueno es estar a oscuras / bucear en vilo o con Wittgenstein: que no todo se alcanza mediante una escalera



[de Catálogo de incesantes, 2009]

lunes, 9 de mayo de 2011

Textropías + Refugios

La primavera suele venir cargada de polen y eventos literarios. A mí me sube la alergia y la capacidad de estar en varios sitios casi a la vez. Por ejemplo, mañana martes 10 de mayo a las 20h en el Centro de Arte del I+CAS de Sevilla, dentro del encuentro Textropías, dictaré una conferencia con el título de Poesía después de Internet. A ver si consigo aclarar(me) si hay o no hay una poesía típica de la era Internet. Fuera de mi intervención la cosa tiene mejor aspecto, pues durante esos días circularán por allí gente como Juan Francisco Ferré, Agustín Fernández Mallo, Vicente Luis Mora o el mismísimo Lee Ranaldo de Sonic Youth. Tiene muy buena pinta.


Como la tuvo lo del jueves pasado en la Escuela de Artes de Almería, donde hubo poetas, músicos, pintores, flamencos, grafiteros, fotógrafos, cineastas y diseñadores de moda haciendo causa común. Mi parte del pastel fue la lectura de algunos textos acompañado por la banda The Dry Mouths. Uno de ellos coincidía con la proyección de un corto de David del Águila y Mariquina Ramos sobre los refugios de la guerra civil. Para este vídeo escribí este texto (sin la música de los Dry Mouths no es lo mismo, pero os podéis hacer una idea):


















Dicen que dentro del corazón humano hay un laberinto, como las raíces deformes de un árbol de piedra. Dicen que el miedo es un animal pequeño que te muerde lento. Dicen que el miedo viene del cielo y se agarra fuerte al aullido de las sirenas, que el miedo es la sombra de un ruido que viene del cielo. Que el cielo es un aullido de piedra que nos encierra dentro. En un laberinto, en un corazón arañado. Dicen que dibujar el miedo es empezar a vencerlo. Que bajo la tierra unos ojos azules son la primera ola del mar. Y que el mar siempre atrona más fuerte que las sirenas y las bombas. Eso dicen las paredes, los túneles, el sueño.

martes, 3 de mayo de 2011

AUTORRETRATO CON CABEZA DE MUERTO (Daniel Hirts)



Aquí habrá que considerar algunas cosas antes de pararsse a juzgar. Lo primero: describir la obra. El artista entra en una morgue y toma la cabeza de un muerto para hacerse una fotografía de tintes humorísticos, se ríe como un histrión. Lógicamente no tiene gracia. O sí, tanta que es de mal gusto reírse. El caso es que toca una fibra sensible, un tabú: no bromear con los muertos, no nos los tomemos a la ligera. La muerte es grave y profunda, no es para trivializarla así. La carne muerta es sagrada. Eso es lo que discute esta foto, de acuerdo. La cabeza de un muerto como un trofeo. Pienso en los niños que se hacen fotos junto a Mickey Mouse en Disneylandia. Pienso en la futilidad del icono, en las líneas paralelas que se trazan en el arte y la propaganda para (des)significar los símbolos. Pienso en la muerte como trofeo, en la muerte como fiesta. Pienso en el mundo occidental celebrando con regocijo el asesinato a sangre fría de Bin Laden. De Bin Laden el monstruo. Miro la foto y miro a Hirts y al muerto, y pienso cuál de los dos atesora la dignidad y cuál la monstruosidad. Pienso que nuestros ojos equilibran y ponen nombres. No me apetece juzgar, al fin y al cabo parece que eso ya no está de moda. Me están dando ganas de partirme de risa.

viernes, 29 de abril de 2011

DECISIÓN (Edith Södegran)

Soy una persona muy madura,

pero nadie me conoce.

Mis amigos se hacen una falsa imagen de mí.

No soy mansa.

He sopesado la mansedumbre en mis garras de águila y la conozco bien.

¡Oh, águila! ¡Qué dulzura hay en el vuelo de tus alas!

¿Vas a guardar silencio como todo?

¿Quieres quizá escribir? Tú ya no escribas más.

Cada poema será el desgarramiento de un poema,

no poemas, sino huellas de garras.









[1920]

domingo, 24 de abril de 2011

Fatena Al-Gurra y los bordes quemados de los mapas

El pasado viernes salió publicada en La Voz de Almería mi presentación de la conferencia Poesía y Exilio, que dio Fatena Al-Gurra en la Universidad de Almería el pasado 5 de abril. Fatena ha sido un vendaval que ha pasado por España durante el mes de abril, un viento fresco del desierto y la carne: Almería, Málaga, Córdoba, Madrid. Por ahí han ido rebotando sus versos y sus bailes. Recuerdo que la tarde que la recogimos del aeropuerto no paraba de decir que todo le resultaba un sueño. Qué bien que haya gente que sea capaz de hacer realidad los sueños. Desde aquí mi cariñoso aplauso para Ana Santos y Pedro Miguel, editores, trastornados y hacedores de sueños.
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Fatena Al-Gurra y los bordes quemados de los mapas


"Lo que vemos. Lo mismo que hay dentro de nuestros bolsillos, también dentro de nosotros: el mundo del que formamos parte, el mundo que somos. Un mundo cuyo mapa tiene los bordes quemados. Sabemos que a pesar de los rigores de la crisis nuestro mundo no deja de ser una excepción. Que la parte más amplia del mapa es la que se convirtió en ceniza. Somos una isla fértil rodeada por mares inabarcables de decepción, pobreza, violencia, miedo. La realidad y sus aristas desolladas. Sabemos las palabras pero no muy bien su significado. No podemos conocer la realidad fuera de este cercado de lujo que nos engorda y nos ensordece. Solo imágenes, palabras y cifras, y el hueco que deja la voz al decirlas. Palabras como Gaza, conflicto palestino, ocupación. O exilio.

Fatena Algurra no es solo una palabra, es una mujer. Yo la conocí en 2005 en uno de esos viajes que le cambian a uno por dentro. Un intercambio entre poetas andaluces y palestinos, primero allí y unos meses más tarde aquí. A aquella zona muchos la llaman Tierra Santa, otros el ombligo del mundo. Nunca un lugar tan breve fue tan pródigo en acontecimientos. Por mi parte fueron cinco días para conocer de la mano de los palestinos cuál era su mundo, toda su luz y toda su sombra en los ojos. Uno de esos días llegamos a Gaza, tras pasar incómodos controles y ariscas alambradas, incluso uno de nosotros fue retenido por los militares sin una explicación coherente, al ser invitados de la Autoridad Palestina todos éramos sospechosos. Acabábamos de trazar un camino desde la Jerusalén judía, con su lujo occidental y su rigor de piedra, atravesando el desierto hasta llegar al subdesarrollo. A pocos kilómetros. No eran ya palabras. El camino estaba minado de paranoia. Porque es verdad que el miedo y la rabia se reparten a un lado y al otro de la frontera, como también es cierto que la pobreza solo tiene rostro palestino.

Una vez en Gaza conocimos a los poetas que ya habíamos leído. Poesía entre el grito rebelde juvenil contra la opresión y el largo poema discursivo al amparo del magisterio de Darwish. No deslumbran. No hace falta. Son poetas, eso debe bastar. Ya es suficiente alimentar la llama de la poesía entre escombros y alambre de espino. Tal vez aquí es cuando se hace necesaria. Ese día leemos en un centro escolar, los alumnos nos muestran sus cicatrices de bala, pero también notamos que están vivos y que sueñan con intensidad. Yo noto que mis poemas se deslíen, que pierden sentido ante tanta realidad. Entonces aparece Fatena, como un cristal destellando entre las ruinas. Dos poemas, como dos golpes bien dentro de lo que somos. Al oírlos noto cómo se activan los mecanismos de la poesía que conmueve por sí misma, sin añadidos. Mis compañeros de viaje también han sufrido el alud. Sin aviso. Hay una poeta gigante en la pequeña Gaza.

Y descubrimos que tras los versos hay una mujer hermosa con un brillo negro en la mirada. Es una mujer fuerte, quiere beberse cada gramo de conversación, aprehender cualquier cosa que salga de esos visitantes. Estoy conociendo a un ser excepcional. Después comemos en un restaurante frente al puerto que la UE ha construido dos veces, las mismas que Israel lo ha bombardeado. Cuando el sol amenaza con irse Fatena se excusa y desaparece: su familia no permite que ande en la calle con la noche vencida. Tampoco la dejaron participar en el intercambio: solo hoy se cobra esta deuda de venir a España. Se había ido la mujer magnética. Ex-presentadora de radio y TV, activista por los derechos de la mujer. Doblemente sometida, por el integrismo islámico y por Israel. Meses después la llegada del islamismo radical de Hamash al poder en Gaza la sentenciará al ostracismo total. Y allí es cuando comienza su particular travesía del desierto. El exilio. Primero en Egipto, después en Bélgica, malviviendo en centros para refugiados. Y ahora está aquí para contarnos con palabras vivas su vida. Aunque antes que su cuerpo sus versos llegaron a España de la mano del Gaviero. Hoy Fatena nos va enseñar lo que hay tras las palabras, lo que hay más allá de los bordes quemados de nuestros mapas. Hoy espero continuar con ella aquella conversación que la puesta de sol impidió. Hoy que, al menos aquí, la noche es imposible."

sábado, 16 de abril de 2011

EL INCENDIO DEL PARLAMENTO (Joseph Turner)


1- Un parlamento en llamas. El otro día se cumplieron 80 años del comienzo de la II República. Hoy sale en prensa que Gadafi usa bombas de racimo fabricadas en España. No tengo ni idea de cuál es la respuesta al acertijo que propone tanta cara estúpida, tanta mentira calculada y tanto muro en el corazón. En esta imagen hay unparlamento en llamas, o al menos las casas cercanas. Habrá quien piense en V de Vendetta, pero no es momento de guiños pop ni de intertextos más allá de la necesaria mirada al fondo del contenedor de basura: donde están las ideas. Insisto en que no tengo la respuesta, en que sólo tengo la indignación, y a veces eso ya es suficiente. 2- El agua refleja el fuego, uno de las dos imágenes quema de verdad. Podemos hablar de querencia romántica por los desastres, podemos hablar de lo sublime y el ojo borroso de Turner. Podemos traducir el color y quedarnos en blanco. Podemos buscar el incendio, en la calle, dentro, en el pecho. 3- Londres se me presenta como la candidata idónea para mi próximo crimen. Desde allí escribiré cartas como Jack the Ripper, ¿desde el infierno? ¿sobre?¿contra?¿hacia?

martes, 12 de abril de 2011

un poema de Javier Egea

- ¿Sabe quién mató al Sr.Egea?

- Lo sé.

- ¡Pues dígalo inmediatamente!

- Yo me arrojé al vacío
desde la estrella muerta
y ya no tengo miedo a morir.






[de Paseo de los tristes, 1982]

miércoles, 6 de abril de 2011

El Romanticismo Sucio de Georg Trakl

. EL ROMANTICISMO SUCIO DE GEORG TRAKL. Poesía completa . Georg Trakl (trad. José Luis Reina Palazón) Trotta, 2010.





Estrellas muertas: Morir a los veintisiete años de sobredosis de cocaína. A la misma edad que Jim Morrison o Kurt Cobain. Parece que el suicidio a esa edad es un salvoconducto al mito. Georg Trakl (1887-1914) responde a ese perfil de artista cuya vida puede acabar por desfigurar o devorar su obra. Drogadicto, atrapado en una relación incestuosa con su hermana pequeña, testigo de los horrores de la Gran Guerra y los terrores de sus batallas interiores. Suicida. Parece complicado leer a Trakl sin el filtro deforme del malditismo. Leerlo en tanto que maldito, su obra como correlato exclusivo de su azarosa vida. Y sin embargo, su poesía no necesita de esa intensa puesta en escena exterior, por mucho que para alguno la extrema biografía pueda suponer un estímulo para asomarse al vacío como aquella figura del cuadro de Friedrich. En este caso el abismo está más bien dentro de los poemas. Es cierto que dicen que la diferencia entre Trakl y otros contemporáneos que escribieron sobre la turbulencia y el límite es que Trakl sí que vivió aquello que escribía. Puede ser. La pregunta es si eso realmente importa. La biografía es una música que puede confundir y distraer, en Trakl la letra es ya de por sí apabullante .


Trakl de bolsillo: En menos de 250 páginas caben todos los poemas de una vida. Posiblemente habría sido preferible una edición bilingüe, sobre todo si se quiere que este libro sea el libro de referencia sobre el autor. El esfuerzo de reunir en un volumen toda la obra (libros, colaboraciones en revistas, poesía póstuma, versiones y fragmentos) era considerable y necesario. No obstante, algo nos dice que esta no va a ser la edición definitiva y canónica de la poesía de Trakl, que también ha pasado por manos de traductores como Jesús Munárriz y sobre todo Jenaro Talens, cuya edición de 2006 de Sebastián en sueños y otros poemas en Galaxia Gutenberg sigo entendiendo como el acercamiento más logrado hasta la fecha (Trakl es más potente y sus poemas no son sólo la intuición de un original inmenso sino textos que funcionan con amplia solvencia en castellano). Reina Palazón, como decíamos, ha acometido una empresa meritoria, como ya hizo por ejemplo con Paul Celan, y hay que valorarla en su justa medida, ahora bien, decisiones estratégicas globales como la de mantener la rima consonante provoca alguna deformación y algún ripio totalmente evitable. Por otro lado el prólogo establece una serie de comparaciones del poeta con sus contemporáneos más cercanos (Hugo von Hofmannsthal, Adolf Loos, Oskar Kokoschka y Karl Kraus fundamentalmente) bastante interesantes y oportunas para contextualizar a Trakl en la Austria de su tiempo, presa de las tensiones entre la incipiente vanguardia, el conservadurismo y la decadencia del Imperio. Trakl es fruto de su tierra y de su tiempo, pero claramente es un fruto extemporáneo. Trakl es una rareza tan moderna como anacrónica.





Etiquetado: No lo entiendo, pero sé que es genial, dijo Wittgenstein. Se habla de que Trakl sometía al lenguaje y a la vida a “una idealización por el sufrimiento”, que le daba la razón a Freud enhebrando al Eros en la aguja del Tánatos, que, como decía Rilke, en él: la caída es la excusa para la ascensión imparable. Por su parte el propio Trakl puede también hablar de sí mismo pero su yo se disuelve en la contemplación de un paisaje absolutamente connotado. Correspondencias simbolistas a lo Baudelaire, tal vez junto a Hördelin la referencia más evidente. Paisajes emocionales, mapas de la turbulencia y de la calma con el mismo mecanismo que las pinturas de un Meidner o un Kirchner. Ya nos van sonando las etiquetas: malditismo, simbolismo, expresionismo. Pero claro, esas etiquetas si se sumergen en la ciénaga acaban borrándose. Hablamos de los pilares de la modernidad y también de la carcoma que los pudre. Hablamos de Romanticismo Sucio.

Insisto en esa idea. En los poemas póstumos abunda una primera persona del singular que está casi ausente en sus publicaciones voluntarias en libros y en revistas. El yo evidente es un tema íntimo y en bocetos, ejercicios y experimentos asoma sin pudor, sin embargo en los libros el sujeto se transparenta en el paisaje hasta desaparecer, es la escena, es el poema. Los cuervos, las ratas, el humo de las tabernas, las aldeas cenicientas, las trincheras de Grodeck. Un sistema de referencias emocionales y físicas que comienzan siempre en la hora violeta del crepúsculo y crece como una mancha a lo largo de la noche. Ese es su mundo. El camino turbio entre el umbral y el interior, Sabe que en medio de un apacible prado de arroyos claros y hierba fresca se puede esconder la atrocidad y el crimen. Comprende que la enfermedad y la podredumbre acaba con arrasarlo todo. Que tal vez la vida no sea sino una lenta putrefacción.

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Poemas al óleo, canciones que sangran: El volumen incluye sus dos colecciones de poemas (Poesía, de 1913, y Sebastián en sueño de 1915), los textos aparecidos en revistas como Der Brenner y una (des)ordenada secuencia cronológica de poemas inéditos a su muerte que incluye primeras versiones y esbozos de muchos de las obras mayores de Trakl. Esta segunda parte tiene un indudable valor arqueológico pero también nos ofrece algunas gemas ocultas que bien merecen el rescate por sí mismas. Valga como ejemplo esta segunda versión de un homenaje a Novalis (página 179): "En oscura tierra reposa el santo extranjero./ De oscura boca le tomó un dios la queja,/ cuando cayó en la flor de sus años./ Una flor azul / sobrevive su canto en la nocturna casa del dolor. " Poemas sobresalientes en un conjunto que debe ser leído más como tentativas y aproximaciones a la obra ya depurada por el autor para su publicación. Trakl es todo, ciertamente, pero Trakl es sobre todo lo que Trakl quiso que se publicara de Trakl. Y es allí donde encontramos desarrollado un estilo inconfundible donde Baudelaire acaba revolcado en el fango de la ciénaga y Hörderlin pudriéndose en una noche más tranquila y terrible. Donde se comienza apegado a la estrofa tradicional para terminar deshaciendo rima y metro en largos poemas en prosa como el magistral Sueño y entenebrecimiento (pag. 95) en cuyas líneas encontramos indicaciones para ahuyentar a los ángeles a pedradas. Sintomático: hay en toda su poesía una problemática relación con lo sagrado en sus múltiples formas: el ángel, los santos, la hermana. Es la misma inestabilidad de los paisajes interno-exteriores, probablemente la misma inestabilidad de un mundo moderno que va de cabeza a la barbarie, que no puede dejar de cuestionar los cimientos sobre los que ha sido construido. Lo hemos dicho, el mundo descrito por Trakl es un mundo enfermo que se desmorona, es el manso azul del lago tachado por la sangre roja de un ciervo degollado. Contrastes. Colores. Un ojo descarnado que ve el tuétano de las cosas. Leemos en estos poemas el trazo salvaje de los pintores de El Puente o los agresivos colores de El Jinete Azul. Porque Georg Trakl es quizás más un pintor que un poeta expresionista, porque aquí el color grita indecentemente y no hay matices, hay sólo “una canción que sangra”. Como esta al muchacho Elis (página 62) que puede dejar bien claro que no estamos ante un mito vacío del malditismo, sino ante un poeta mayor, necesario más que nunca en estos tiempos de penuria: "Elis, cuando el mirlo en el negro bosque llama,/ es tu declinar. / Tus labios beben el frescor de la fuente azul de las rocas. // Deja si tu frente sangra suave/ antiguas leyendas / y el oscuro sentido del vuelo de las aves. // Pero tú entras con tiernos pasos en la noche/ que cuelga cargada de uvas purpúreas, / y más bellos mueves los brazos en el azul. // Un espino suena / donde están tus ojos lunares. / Oh, hace tanto tiempo, Elis, que has muerto. // Tu cuerpo es un jacinto / en el que el monje hunde los céreos dedos. / Una negra gruta es nuestro silencio // de la que sale a veces un manso animal/ y deja caer lentos los pesados párpados./ Sobre tus sienes gotea negro rocío,/ el último oro de estrellas declinantes."


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(reseña aparecida en la revista Quimera del mes de marzo)