martes, 31 de agosto de 2010

un poema de Julia Piera

Sueño blanco. Entre el amor y la cocaína
en busca de la parálisis del sol

un vientre llamado a las sendas del Este

condenado por un ejército de enanos
mitadniño-mitadmono

a convocar
manchas de noche cerrada,
oscuro séquito clic
poliformes, a sus muertos







[de Puerto Rico digital, 2009]

jueves, 26 de agosto de 2010

Satoshi Kon


Hace un par de días murió el autor japonés Satoshi Kon, tenía 46 años. Ese dato nos puede hacer pensar en lo mucho que aún le quedaba por ofrecer, la de obras que se habrán quedado en el limbo de lo no escrito. Habrá que conformarse con lo que sí nos legó, que ya es mucho. Para los que no lo conozcan el campo de Kon era el anime japonés. Los dibujos animados. Firmó largometrajes como Perfect Blue o Millenium Actress, donde vemos un acercamiento a las paradojas temporales y a los vericuetos del subconsciente que anticipa en cierta manera conceptos trabajados en la serie Lost de JJ Abrams o en el reciente taquillazo Inception, de Cristopher Nolan. No obstante, es en el formato televisivo donde, a mí entender, Satoshi Kon nos dejó una sólida obra maestra, una de esas seies que hacen mella en el ojo y en la mente. Paranoia Agent. Cada capítulo es una pequeña joya que habla desde las entrañas del Japón, desde su neurosis más profunda, que una vez destilada también se convierte en la nuestra. El chico del bate va tras nuestros pasos, siempre, eso no se nos olvida con facilidad. Paranoia Agent es una serie con mayúsculas, y para buscarle un semejante sólo se me ocurre hablar de Twin Peaks. Parece que con esos tres nombres puedo aclarar (no definir) a los profanos de qué materia está hecha esta serie: Abrams, Nolan y Lynch. Me quedo con Satoshi Kon. Y os grito que debéis ver Paranoia Agent. Descanse en paz.

jueves, 19 de agosto de 2010

DANZA SERPENTINA (Hermanos Lumière)


Bienvenidos al siglo XIX, bienvenidos al ojo trémulo del cinematógrafo. Con ustedes los hermanos Lumiere. Con ustedes la danza, la masa, la abstracción matérica de la carne y el tejido. ¡Los efectos del windows media! gritan desde el fondo de la habitación. Vale. Puede que eso también. Yo por mi parte quiero decir varias cosas. 1)en los Lumieres había un simple afán científico-documentalista, captar los efectos, el movimiento. 2) mejor ver el vídeo sin sonido, como fue, como es, como debe. 3)el paso del tiempo, las quemaduras de la película, el parpadeo de la luz, le dan al film un matiz de belleza inesperada, indeseada por sus autores, necesaria. 4) entornar un poco los ojos y prescindir de que hay una mujer bailando puede inducir incendios, abanicos, medusas, explosiones subacuáticas. 5) pura vanguardia, casualismo, el ojo del huracán, guiñado. 6) pulsa play, déjate envolver, y cuando lo hagas regresa a tus cosas.

miércoles, 11 de agosto de 2010

JIMMY CORRIGAN, EL CHICO MÁS LISTO DEL MUNDO, de Chris Ware


Por si hay alguien por ahí que no sabe qué leer estas semanas que quedan de verano, intentaré ofrecerle una solución a su problema. Pueden leer, por ejemplo, Jimmy Corrigan, la novela gráfica de Chris Ware. Seguramente si eres aficionado a los comics no te esté descubriendo nada, aunque una relectura nunca viene mal. Sobre todo de libros como este con tantas capas y estratos de los que alimentarse. Para empezar, la renovación del género volviendo precisamente a sus raíces. El paladín del cómic posmoderno toma como referencia aquellas primeras tiras cómicas de hace (sí, tanto) más de un siglo. Eso nos puede hacer pensar en esa especie de bucle aparente en el que han entrado las artes desde la eclosión de las vanguardias, daría para un par de buenas charlas. Pero pasamos. En Jimmy Corrigan además de una apuesta estética hay una historia. Y es una de esas historias tristes, reales, quirúrgicamente descorazonadoras y auténticas. Todos hemos sido niños. Todos hemos tenido padre, por ausencia o por excesiva presencia. Todos hemos querido ser un hombre con capa que saliera volando desde las azoteas grises de nuestra vida. Alguna vez. Hay momentos que la historia duele. El paso de las generaciones. El hilo de hastío que une al hijo con el padre con el abuelo. La crueldad, los formatos del amor y la incomprensión. La longitud de los pozos interiores. Bueno. No sé si he convencido a nadie. Pero leer Jimmy Corrigan puede ser una manera óptima de acabar el verano con un viaje a las profundidades de uno mismo.

miércoles, 4 de agosto de 2010

Un poema de Alda Merini

Todos buscan endulzar la tristeza y el dolor, pocos han entendido que también el gozo necesita deconselo. La persona que se regocija, que toca el acmé de la felicidad, que se perdió en Él, debe reencontrar la senda de la vida.
Pero en ese momento, en ese momento de gran abandono en el amor, necesitamos que alguien nos acaricie, porque también la dulzura es una gran bestia mansa y un enorme unicornio que vuela hacia el Cielo en el amor.





[de Cuerpo de amor]