jueves, 30 de septiembre de 2010

Idioteca según Óscar Curieses+fiebre mediterránea+el fake de Quimera

Llega el otoño y el calor poco a poco se va fugando como las horas de luz. Aquí en Almería menos, para qué mentir, aquí llega el otoño y es una estirada natural y sin traumas del verano, no se sabe cuándo termina y cuándo empieza ninguna estación por aquí, la luz siempre es sobrenatural. Pero son ya fechas de menos playa y de un ludismo distinto, otros movimientos. Por ejemplo, para gusto de los aficionados y tormento de los reacios, ha comenzado la nueva temporada futbolística. La primera tras la formidable resaca de saberse campeones del Mundo. Digamos que yo también ando contribuyendo a esta inquietante fiesta del balón y el despilfarro económico y emocional que es el futbol; desde la segunda jornada de liga publico una columna de crónica distinta en el periódico La Voz de Almería. Se llama Fiebre Mediterránea e intenta explicar(me) qué es lo que hace cada partido la UD Almería, ese equipo de rayas rojas y blancas que juega en un estadio donde el otoño vendrá cuando nadie le espere y el verano es una certeza y un enigma. Suele salir un par de días después de cada encuentro, o así ha sido hasta ahora. Ni idea de lo que durará el asunto.


Por otro lado la vuelta a los horarios razonables y medidos, a la rutina laboral y sus rituales, hace que vuelva también la actividad sedada durante el veraneo. Idioteca da nuevas señales de vida, concretamente el escritor Óscar Curieses realiza en su blog un alegato, breve, intenso e inmerecido, a favor del libro que copio aquí:

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IDIOTECA de Raúl Quinto (El Gaviero, 2010) es uno de los libros más originales e innovadores que he leído últimamente. En él por fin cuajan todos los registros culturales posibles, no es un collage, es una fusión total. Es genial una obra en la que lo pop (no "lo canónico pop") se unta y confunde con lo que algunos consideran la tradición canónica. Sonic Youth y Miguel Ángel por fin juntos de paseo por el libro... y de la manita (cortada)... Y además, el Correcaminos, la tele, Goya, y muchos otros. Como decía Superrratón, "no se vayan todavía... aún hay más":

http://idioteconomia.blogspot.com/
http://www.koult.es/2010/05/raul-quinto-idioteca/"
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También en el blog de Curieses se ha colgado íntegro uno de los capítulos del libro, por si alguno no lo conoce y quiere abrir boca. Puede leer Arena y distorsión. AQUÍ.
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Y pocas más novedades publicables aquí puedo recordar, si acaso recomendar el último número de la revista Quimera dedicado a falsificaciones y literatura, que ha resultado ser un divertido e intrigante ejercicio de talento por parte de Vicente Luis Mora, quien ha suplantado íntegramente a toda la redacción de la revista, inventando escritores, libros a reseñar, etc. en un secuestro en toda regla de muchas de las nociones de autoría, credibilidad y rigor que damos por sentadas. En su blog él mismo se justifica, y da poderosas y sugerentes razones. Esa Quimera se me antoja el primer golpe de aire fresco del incipiente otoño. Vendrán más, espero. Volveremos a asomarnos al interior del vértigo como ya es costumbre o condena.

viernes, 24 de septiembre de 2010

JUEGO DE LUCES NEGRO BLANCO GRIS (Laszlo Moholy-Nagy)

Moholy-Nagy, el mismo húngaro de hace un mes. El mismo profesor de la Bauhaus. No lo dijo pero pudo: la vanguardia es un virus, el hielo puede ser una forma de vida. La palabra técnica es constructivismo, en este caso también podemos hablar de cine abstracto. Aunque filma algo concreto, su "Accesorio lumínico para un escenario eléctrico". Esos sintgamas en los años 30 sonaban a pura ciencia-ficción. Se trataba de escribir el futuro, de esculpirlo. Filma su objeto, concretamente una máquina inservible, un ábaco surrealista, y en la grabación lo que escribe es su fantasma, concretamente el fantasma de la luz y el fantasma de la materia. Sueños inconexos de la industria, iconos deformes de los sueños colectivos de la sociedad industrial de los años previos a la guerra, cuando toda deformación anticipaba la pesadilla real de la máquina contra el hombre, el fin, la susodicha guerra. Todas esas cosas. Y lo abstracto, por supuesto, lo que nos arrastra a algún lugar de dentro de nosotros. Propongo que veas el vídeo al modo de pantalla completa y que apagues la luz de tu cuarto, déjate rodar ábaco adentro durante los seis minutos que dura el film y si acaso, después, me cuentas.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

un poema de Eduardo Lizalde

El tigre real, el amo, el solo, el sol
de los carnívoros, espera,
está herido y hambriento,
tiene sed de carne,
hambre de agua.
Acecha fijo, suspenso en su materia,
como detenido por el lápiz
que lo está dibujando,
trastornada su pinta majestuosa
por la extrema quietud.
Es una roca amarilla:
se fragua el aire mismo de su aliento
y el fulgor cortante de sus ojos
cuaja y cesa al punto de la hulla.
Veteado por las sombras,
doblemente rayado,
doblemente asesino,
sueña en su presa improbable,
la paladea de lejos, la inventa
como el artista que concibe un crimen
de pulpas deliciosas.
Escucha, huele, palpa y adivina
los menores espasmos, los supuestos crujidos,
los vientos más delgados.
Al fin, la víctima se acerca,
estruendosa y sinfónica.
El tigre se incorpora, otea, apercibe
sus veloces navajas y colmillos,
desamarra
la encordadura recia de sus músculos.
Pero la bestia, lo que se avecina
es demasiado grande
-el tigre de los tigres-.
Es la muerte
y el gran tigre es la presa.









[de El tigre en la casa, 1970]

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Claude Cahun




Lucy Schwob nació en Francia en 1894. Sobrina de Marcel Schwob, y qué. Lucy se enamoró de su hermanastra y vivió ese amor hasta su muerte. Lucy era judía y lesbiana, y decidió afeitarse la cabeza en plenos años 20. Si la gente murmura que sea ya con todos los motivos posibles. Lucy Schwob decidió que quería ser otra persona y se inventó un nombre que ser. Ahora soy Claude Cahun, le dijo al espejo y el espejo le sonrió con malicia. Claude imaginaba que era escritora y se dejaba fotografiar por su amante, y posaba para sí disfrazada de equívoco y umbral. Sin embargo el feminismo rescató a Claude Cahun como paradigma plástico de la lucha por la igualdad y la visibilidad. Cuesta creerlo si uno sabe que la mayoría de sus fotos eran para consumo privado (el de ella y su amante), sin embargo la crítica es experta en reubicar las obras, en dotar de cuerpo a los espíritus del aire. Este caso, por ejemplo. Claude Cahun, la musa del transformismo. Suponemos que Beatriz Preciado le pone velas un martes sí y otro no. Claude es un nombre ambiguo, que puede ser tanto de varón como de mujer. Claude Cahun jugó a romper los moldes genéricos, destrozó con ironía las convenciones sexuales. Dejó claro que el ser hombre o ser mujer muchas veces no es más que un relato, una etiqueta marcada con unos signos (opresores en ocasiones). Eso quiso hacer, o ese papel le otorga la crítica moderna. Porque Cahun apenas fue conocida en su tiempo, y murió sin que casi nadie sintiera un temblor bajo los pies, y pasaron muchos años hasta que alguien encontró en ella (en él) el motivo para justificar sus tesis. El caso es que llegó. Volvió. El ángel del tercer sexo. Y llenó de autorretratos la conciencia de los límites. Y se convirtió en una gran pregunta, en un dedo acusador, invisible, de los que agrandan la llaga. Hombre. Mujer. Historia. Estructuras sagradas, o no tanto, ¿verdad, Lucy? No. Os dije que me llamaba Claude, Claude Cahun. La misma que escribió: “Esta noche, te lo juro, por el mismo Gran Sacerdote, ante nuestros pueblos reunidos, yo, Dalila la infiel, me haré circuncidar.”

viernes, 10 de septiembre de 2010

un fragmento de Henri Michaux

Gestos más que signos
comienzos

Despertar
otros despertares

MEDIANTE TRAZOS

Acercarse, explorar mediante trazos
Aterrizar mediante trazos

exponer
alterar mediante trazos

suscitar erigir
liberar mediante trazos

Deshacer
desviar

atraer hacia sí
apartar de su lado

arrugar
Insignificar mediante trazos

Atravesar
empujar
buscando
buscando siempre LA SALIDA DE LA MADRIGUERA

Para liberar
Para aflojar
para desecar
para desbloquear
para hacer estallar








[de Mediante trazos, 1984]

lunes, 6 de septiembre de 2010

Una obra de Atsuko Tanaka



Querría hablaros de la hilazón, de la madeja invisible que une un aliento con otro. Vamos dejando rastros, escribimos caminos, cada puerta abierta es una senda que crece y se expande, cada puerta cerrada es un nuevo giro, un nuevo nudo desde el que partir. Vivimos, luego construimos caminos, queda dicho. Avanzamos soltando como una sombra el hilo de nuestra Ariadna interior, nos cruzamos con el resto del mundo, saludamos, reímos, amamos, escupimos, pasamos, y seguimos hacia delante, cada cual con su madeja desliándose. Como un hálito. Eso ya lo sabemos todos, es fácil darse cuenta. El laberinto es el hilo, sus interminables cruces, sus colores brillantes. La vida, cuando las soledades se anudan, eso pienso que pintó Atsuko Tanaka. Mejor dicho, eso veo en esta pintura hoy que me encuentro el cabo de mi propio hilo frente a mí.