domingo, 26 de agosto de 2012

un poema de Robert Juan-Cantavella

Sancionan  invierten  prescriben  descuellan vindican  ultrajan  los sonetos  describen  invierten  vinculan  husmean  dormitan los sonetos incluyen los cocodrilos fenecen succionan degüellan restringen fustigan difieren concluyen injertan basculan deliran inquieren presencian sugieren  admiran  sustentan  postulan  los  sonetos te acusan de cualquier cosa y condenan perdonan descansan intuyen auguran ese último aliento, para consumirlo.

muerto.





[de Los sonetos, 2011]

domingo, 19 de agosto de 2012

NEW YORK (OFICINA Y DENUNCIA) (Federico García Lorca)

Debajo de las multiplicaciones
hay una gota de sangre de pato.
Debajo de las divisiones
hay una gota de sangre de marinero.
Debajo de las sumas, un río de sangre tierna;
un río que viene cantando
por los dormitorios de los arrabales,
y es plata, cemento o brisa
en el alba mentida de New York.
Existen las montañas, lo sé.
Y los anteojos para la sabiduría,
lo sé.  Pero yo no he venido a ver el cielo.
He venido para ver la turbia sangre,
la sangre que lleva las máquinas a las cataratas
y el espíritu a la lengua de la cobra.
Todos los días se matan en New York
cuatro millones de patos,
cinco millones de cerdos,
dos mil palomas para el gusto de los agonizantes,
un millón de vacas,
un millón de corderos
y dos millones de gallos
que dejan los cielos hechos añicos.
Más vale sollozar afilando la navaja
o asesinar a los perros en las alucinantes cacerías
que resistir en la madrugada
los interminables trenes de leche,
los interminables trenes de sangre,
y los trenes de rosas maniatadas
por los comerciantes de perfumes.
Los patos y las palomas
y los cerdos y los corderos
ponen sus gotas de sangre
debajo de las multiplicaciones;
y los terribles alaridos de las vacas estrujadas
llenan de dolor el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.
Yo denuncio a toda la gente
que ignora la otra mitad,
la mitad irredimible
que levanta sus montes de cemento
donde laten los corazones
de los animalitos que se olvidan
y donde caeremos todos
en la última fiesta de los taladros.
Os escupo en la cara.
La otra mitad me escucha
devorando, cantando, volando en su pureza
como los niños en las porterías
que llevan frágiles palitos
a los huecos donde se oxidan
las antenas de los insectos.
No es el infierno, es la calle.
No es la muerte, es la tienda de frutas.
Hay un mundo de ríos quebrados y distancias inasibles
en la patita de ese gato quebrada por el automóvil,
y yo oigo el canto de la lombriz
en el corazón de muchas niñas.
óxido, fermento, tierra estremecida.
Tierra tú mismo que nadas por los números de la oficina.
¿Qué voy a hacer, ordenar los paisajes?
¿Ordenar los amores que luego son fotografías,
que luego son pedazos de madera y bocanadas de sangre?
No, no; yo denuncio,
yo denuncio la conjura
de estas desiertas oficinas
que no radian las agonías,
que borran los programas de la selva,
y me ofrezco a ser comido por las vacas estrujadas
cuando sus gritos llenan el valle
donde el Hudson se emborracha con aceite.





[de Poeta en Nueva York, 1929]


Hoy se cumplen 76 años de su asesinato por unos golpistas y poemas como este siguen absolutamente vigentes.

viernes, 3 de agosto de 2012

Varias cosas sobre Ruido Blanco y la poesía y la ciencia.

Últimamente han salido varias notas sobre Ruido Blanco. Voy a poner aquí los enlaces para no saturar excesivamente vuestro monitor con tanto autobombo. Por ejemplo, Agustín Fernández Mallo dijo unas palabra en su blog y Guillermo de Jorge escribió una columna par el Diario de Almería donde no solo hablaba del libro.  También os dejo este interesante reportaje sobre Ciencia y Poesía que ha realizado la periodista y poeta Rebeca Yanke. Y ya sí, no me puedo resistir a copiar directamente la reseña que David Refoyo ha colgado en su blog sobre Ruido Blanco. Buen verano.

"
Después de devorar con saña, durante meses y de forma repetitiva, su anterior libro: Idioteca (El Gaviero, 2010), volver a leer material nuevo de Raúl Quinto era una necesidad poética de primer orden, quien además, para mi sorpresa, lanzaba su última creación en la editorial que publicó mi querido Odio: La Bella Varsovia.

Que Raúl es un buen poeta pocos lo ponían en duda después de La Piel del Vigilante (DVD, 2005), que se trata de uno de los mejores creadores de imágenes poéticamente hablando, también. Porque es capaz de elaborar con precisión y fluidez a raíz de la anécdota, del comentario, de un nocturno programa de televisión del año 98, porque lo hace bien, con la palabra adecuada, concreta, sin grandes aspavientos, pero cargado de simbolismo.

Este poeta, nacido en Cartagena en 1978 es ya uno de los poetas a tener en cuenta dentro de panorama nacional. Pese a su juventud, ha conseguido una voz propia, interesante, compleja y necesaria en el anquilosado sistema poético español. Desconozco sus influencias, pero contemplo a Riechamnn tras algunos versos y, en esa estela, me veo a mí mismo dentro de algún tiempo.

Raúl Quinto ha conseguido transmitir, como dirían los rockeros de antaño, el mensaje. Su discurso cala, pero el lector no se da cuenta del calado hasta que termina el libro, hasta que ha detenido el tiempo para reflexionar en torno a conceptos atemporales como el ruido, la conversación, la interferencia, la comunicación o la televisión.

La Bella Varsovia sigue apostando por libros de autores jóvenes, con sus ediciones cuidadas, metódicas, donde todo se predispone para que el autor termine felizmente contento de su aportación a esta editorial, cada día que pasa, más necesaria. Porque con la que está cayendo, que haya editoriales que sigan apostando por poesía joven y española, es digno de ser reconocido. Y aplaudido.
 
David Refoyo."