sábado, 29 de octubre de 2011

RACAILLE ET RESTAU DU COEUR (Diego Doncel)

Nosotros no pensamos, nosotros consumimos pensamientos.

La industria de la comunicación y la industria cultural son quienes piensan por nosotros.

El frío cae con fuerza sobre el humo de los neumáticos que han prendido
los jóvenes inmigrantes para desafiar a la policía.

La noche es una inmensa mancha de spray, un móvil que no deja de grabar escaparates rotos, robo de vehículos, palizas a chicos de piel blanca que después llenarán las páginas de los diarios gratuitos.

El programa revolucionario del gueto copia la estética de un logotipo de ropa deportiva.

Alguien grita Smoke y la revolución empieza en una tienda de chinos donde además es barato comprar toda clase de bebidas alcohólicas.

A esa hora, un mendigo en el centro de París, dice que va transportando el mundo, poco a poco, hasta su habitación.

Que el infinito cabe en un contenedor de basura, que la revelación del alma de los hombres se encuentra aquí, entre las cosas abandonadas.

Tiene las uñas sucias de tanto buscar el rastro de todo lo que se perdió.

Ni siquiera aquí el universo es ciego, dice.

Ni siquiera aquí la mente está sola.

Ni siquiera aquí la experiencia es un estado vulnerable.

Espera cada noche a la puerta de los hipermercados espirituales lo que ha cumplido su fecha de caducidad.

Trata de evitar que la dimensión espiritual del hombre sea un código de barras.

Que cualquier intento de transformación una estrategia de mercado.

Soy viejo, dice, pero me mantengo alerta.

Y aquí, entre estos restos, pensar vuelve a ser digno, el pensamiento no se separa de las cosas, nada es una pulsión inútil.

Los pasos atruenan en un callejón de los suburbios como sckras en una mesa de mezclas. En las comunicaciones policiales hay un grito de alarma:

se está atacando la realidad.

Pero lo real se ha apartado de los consejos de los psicólogos sociales y se ha refugiado en las pantallas de los cíbers.

Alguien takea con ácido las imágenes de la nueva filosofía.

Alguien dice que el arte de grabar la violencia es una forma extrema de placer.

En los vídeos los chicos aparecen con la capucha de la sudadera cubriéndoles la cabeza,
hacen cosas inquietantes, tienen una botella de gasolina en la mano.

No hay pensamientos, no hay alma, sólo dimensiones nerviosas.

Más tarde la pantalla de todos los ordenadores mostrarán el autobús ardiendo, el estado de shock de los viajeros en la acera, el centelleo de los bomberos y de las ambulancias.

No digas palabra alguna porque no hay nada que decir.

No preguntes dónde está la realidad porque la boca se te llenará de niebla.

No mires profundamente porque serás detenido por la policía.

Recoge tus cosas y no quieras saber si serán salvados estos enfermos de vacío porque se reirán de ti.

No hay vacío, dirán con razón, sólo una inmensa abundancia de realidades y un deseo extremo.

Sentado en el asfalto, junto a las líneas sucias del aparcamiento, el viejo mendigo grita perdón, ¿alguien me puede perdonar ?

Mira dentro de su carro y mira lo que ha rescatado esta noche de la basura.










[de Porno Ficción, 2011]

sábado, 22 de octubre de 2011

notas al pie de página de una secuencia de Kubrick

final de ¿Teléfono rojo? Volamos hacia Moscú (S. Kubrick) 1964



¿Recuerdas cuando hubo un tiempo que cada día podía ser el último? ¿Recuerdas el color brillante intenso de mil soles desbordando el cielo? El fin del mundo no llegó y sin embargo quieren que sigamos viviendo con miedo. No temas, baila conmigo el baile de la destrucción. Baila conmigo hasta que se caigan todas las estrellas al mar. ¿Recuerdas los pasos?

viernes, 14 de octubre de 2011

un poema para el 15 de octubre

Ya no quiero su anestesia,
ni el perfume embustero de su música.
Ya no quiero su danza ni su miedo.
Todo su oro es arena.
Toda su inercia un muro.

Ya no quiero esa luz
que nos impide vernos los unos a los otros.

Ahora quiero caminos, voces, tú.
Ahora quiero escribir un libro nuevo
con la tinta de tantos como yo.

¿Acaso no lo ves?

Para cumplir los sueños
es necesario despertar.
Para alcanzar la luna
hay que mirar de frente al Sol.

Y hoy es el día.

Un mar de manos agitándose
en el idioma sordo del futuro
recorre las calles y las plazas
exigiendo una vida a la altura del hombre.

¿Acaso no lo ven?




(fotografía tomada el 19 de junio en la Plaza de las Velas de Almería por Miguel Ángel Marín)

jueves, 6 de octubre de 2011

Conversaciones con el dios tartamudo

ALDOUS HUXLEY.POESÍA COMPLETA. Jesús Isaías Gómez López (trad y de). Cátedra, 2011.




Aldous Huxley (1894-1963): autor de Un mundo feliz, tal vez la novela distópica más célebre. Puro siglo XX, ensayista profuso. Suyas son algunas de las páginas más citadas sobre psiquedelia o religiones orientales que tanto impacto causaron en la cultura beat y sus derivas. Aldous, el hermano de un suicida, el hijo de una larga saga de intelectuales ingleses. Compartiendo el té con el grupo de Bloomsbury y mesa y mantel con Eliot. Huxley el viajero impenitente del cuerpo y de la mente, de los países y las formas místicas. El hipnotista que intentó usar ese método para curar el cáncer de su esposa. Huxley y el LSD. Huxley muriendo mientras le recitan El libro tibetano de los muertos al oído. Dice el prólogo de este libro que anduvo clínicamente ciego durante casi dos años en su temprana juventud, y que desde ese momento la búsqueda, a veces literal, de la iluminación fue una de sus obsesiones. De ahí tantos caminos. La poesía fue el primero de ellos, fagocitado desde 1941 por su prosa.


Poesía Completa: Jesús Isaías Gómez lópez nos presenta la primera edición no anglosajona de todos los textos poéticos producidos por Huxley, completando aquel volumen que él mismo publicara en 2009 en la Univ. de Almería. Ya de por sí esto es un hecho imponente. Además los poemas van acompañados de un trabajo de erudición notable, y por momentos excesivo. Por su parte las traducciones mantienen el pulso musical en castellano y funcionan con solvencia. Lo que no compartimos es la decisión de dividir el poemario Leda en dos partes (poemas en verso, y poemas en prosa dentro de un apéndice al final del volumen), Gómez López lo hace para “mantener el ritmo y metro convencionales a lo largo de esta edición” (p. 599). Nos resulta arbitrario y distorsionador. Cada libro es ante todo una unidad, también rítmica. Pero mejor unamos las piezas del puzle y leamos.




Mixticismo: Leemos seis libros y una multitud de poemas sueltos, de textos en revistas a anecdóticos poemas epistolares o en francés, y todos cosidos con un mismo hilo cuyo origen podemos encontrar en la madeja simbolista: Baudelaire, Laforgue, o el suntuoso ornamentalismo de Verlaine. Huxley suele entender la máquina del poema como una gema tallada que hay que llenar de brillo y palabra densa, como ejercicios de metro y rima que tenderán a la descripción lujosa de detalles y paisajes, así como a enciclopédicas referencias culturalistas (perfectamente glosadas en las notas). Digamos que en las estanterías de la tradición poética española Aldous Huxley podría haber sido el décimo novísimo.


Pero aquí el lujo es una herramienta más de búsqueda trascendental. Un camino más a la luz, como el de Jonás saliendo de la ballena. Lo que subyace a esta poesía, como campo previo o paralelo a su obra en prosa, es una búsqueda del absoluto, o una explicación del mismo en su dialéctica con lo material. Huxley entiende que la eternidad está en Dios (y sus múltiples formas religiosas), en el amor (incluyendo el sexo como explosión de infinito en la carne) y el propio arte (de ahí el formalismo lujoso de los poemas). Un nuevo misticismo pues, al que llamaremos mixticismo por su impuro mestizaje. Sujeto a una dialéctica continua donde los contrarios se agreden: Platón/Aristóteles, virtud/pecado, oscuridad/color, etc. que se lleva incluso al plano formal enfrentando dos campos textuales muy definidos: poemas de tono elevado frente a poemas de tono irónico. La mixtificación comenzará a ser más precisa a partir de Leda y el magistral poema Soles Occidere et Redire Possunt (pp 435- 479), alcanzando su culmen en Arabia Infelix, cuando ambos registros acaben fundidos en un mismo cuerpo, uniendo los contrarios en collages de reminiscencias eliotianas. El final del camino hacia lo trascendente pasará por la contaminación. Un sensualismo superior, en las propias palabras del poeta. Una acercamiento a la perfección de lo sublime desde el mundo y sus taras. Poder llegar a hablar cara a cara con Dios y descubrir que es tartamudo.





















(publicado en la revista Quimera de septiembre de 2011)

sábado, 1 de octubre de 2011

NAPOLES, 50 C (Tim Parchikov)


Subimos las escaleras. Entramos en la sala donde están expuestas las fotografías de Parchikov. Son de gran formato, colores brillantes, por momentos el papel pudiera ser incandescente. Ciudades y paisajes entre la geometría y el desierto posmoderno, lleno de signos y luces. Parchikov juega a la precisión y a la elusión, y a veces se cae al vacío inane. Puede que tal y como sucede con el mundo contemporáneo. Doy tres pasos y veo esta fotografía. Es enorme. Es armoniosa y clásica. El espacio neutro rodea el telescopio como si fuera una solitaria columna jónica, o una mancha gris en medio del lienzo azul. Clasicismo, serenidad, monumentalismo. El ojo agradece el reposo. El ojo y la forma se anestesian. Pero algo arde. Tanta paz esconde una lectura terrible y certera del mundo que nos están construyendo. Para mirar el horizonte hay que introducir 50 céntimos. Para llegar al futuro hay que pagar. El cielo está privatizado, la belleza o el porvenir. El mañana está hipotecado. Ese es el mundo que nos quieren regalar. Imponer. Dejo de mirar la fotografía, justo a unos metros hay otra de un mimo vestido de rey sentado en un rincón sucio, pidiendo limosna.