lunes, 29 de agosto de 2011

A LA ESPERANZA (John Keats)

Cuando me siento al lado del solitario fuego del hogar
y odiosos pensamientos cubren el alma de melancolía;
cuando no hay bellos sueños que vislumbre mi mente
y el desnudo zarzal que es toda vida no ofrece ningún fruto,
dulce esperanza, envuélveme con un etéreo bálsamo
y agita sobre mí tus plateadas alas.

Cuando vague, caída ya la noche,
entre espesos ramajes, cerrados a la luz de todo astro;
cuando a mi discurrir lo asuste entonces un desaliento triste
que, ahuyentando la dicha me haga fruncir el ceño,
con los rayos lunares fíltrate por el techo de hojas,
y manten alejado tan feroz desaliento.

Si el desengaño, fuente de la angustia,
se esfuerza en conquistar mi confiado pecho;
cuando, como una nube, aquel ocupe el aire
dispuesto a abalanzarse sobre la inerme presa,
esperanza, hazle huir con tu vivo semblante,
aléjalo lo mismo que la aurora a la noche.

Siempre que de los seres que me son más cercanos
mi temeroso pecho oiga una triste historia, oh, esperanza,
con brillo en tu mirada reconforta mi enferma fantasía,
préstame unos instantes tus más dulces consuelos,
derrama en torno mío tu celeste esplendor
y agita sobre mí tus plateadas alas.

Si un amor desdichado me oprime el corazón
- sus despiadadas causas, su implacable belleza -,
o, déjame pensar que no es del todo vano
recitar, suspirando, sonetos en la noche.
Dulce esperanza, envuélveme con un etéreo bálsamo
y agita sobre mí tus plateadas alas.

Ante el largo horizonte de los años que vengan,
no permitas que muera el honor de mi pueblo:
vea yo nuestra tierra conservando su alma,
orgullo y libertad - no una sombra de esta -
derrama especial brillo de tus brillantes ojos
y cubre mi cabeza con tus alas.

No permitas que vea el legado más grande de los míos,
la libertad - ¡qué grande con su humilde ropaje! -,
con la púrpura vil de una corte opresora,
bajando la cabeza, ya dispuesta a espirar.
Déjame que te vea descender desde el cielo con tus alas,
que llenan los espacios de plateada luz.

E igual que, en rutilante majestad, una estrella
logra adorar la cumbre de alguna oscura nube
y, allá a lo lejos, ilumina el rostro medio oculto del cielo,
así tú, si amortojan mi espíritu sombríos pensamientos,
dulce esperanza, vierte tu celestial influjo,
y agita sobre mí tus plateadas alas.




jueves, 25 de agosto de 2011

un poema de Luis Gámez

Tu cabeza es un bosque vivo
lleno de pájaros dormidos.
Calma: no quiero enloquecer mientras te hablo.
Calma: voy a hablarte con otra voz.
Calma: con una voz mucho más fría.
No tengas miedo.







[de El libro de las transformaciones, 2011]

lunes, 15 de agosto de 2011

Poemas del Cabo de Gata, para descarga gratuita.



En 2007 reedité mi primer libro, Grietas, y le añadí un pequeño cuadernillo con poemas sobre el paisaje desolado del Parque Natural del Cabo de Gata-Níjar. Yo soy fruto de esa tierra y de esa luz. Ahora he subido los poemas a la red para que os los descarguéis gratuitamente. El enlace es este: http://www.mediafire.com/download/cmd317zd3tbixv9/POEMAS+DEL+CABO+DE+GATA%2C+Ra%C3%BAl+Quinto.pdf y seguirá apareciendo en la esquina derecha del blog. Si veo que hay muchas descargas seguramente vaya subiendo otros libros. El Cabo sigue amenazado, las agresiones son continuas. Empezar a amarlo es empezar a protegerlo. Disfrutad (o no) de los versos.

miércoles, 10 de agosto de 2011

TIOVIVO (Mark Gertler)




Hola 1916. Hola 2011. Hola viento que despeina el cerebro por dentro, súbete al lomo de esta montura divertida. Hola pequeñez de lo grandioso. Buenas noches princesa de lo efímero, de los colores vivos. Viva el eje de este círculo que nos gira. Dije hola. El mundo está podrido. Yo saludo desde mi caballito a los malos momentos por venir, aquí estoy girando, no me podéis hacer daño porque esto es una vacuna contra el miedo y contra el mundo. Hola plástico de los muñecos que me cubre el rostro. En Somalia la gente muere de hambre, en Inglaterra los jóvenes besan a la destrucción en los labios, en España golpean a la gente que sólo quiere alzar la voz. Pero yo giro y sonrío, plástico hierático, saludando a todo el mundo. Hey. Hola. Aquí arriba no me toca la mano negra del mundo. Aquí arriba soy un idiota que gira. Ciego, sólo por hoy. Feliz, sólo por hoy. Antes de arrojarme de nuevo al barro. Pero no hoy. Hoy es 1916, en plena Gran Guerra, giramos por encima de las trincheras. Como muñecos estúpidos. Felices, sólo por hoy. Hola, qué tal. Súbete aquí arriba conmigo, que el suelo mancha.