PoesíaDigital es una de las páginas web de más solera si de poesía en España hablamos, y de las más visitadas también. Sus diferentes secciones articulan una revista bastante interesante: reflexiones sobre diversos aspectos de la poesía, poemas inéditos, interesantísimas entrevistas, reseñas críticas, escaparate de novedades editoriales... en fin, como veis, una publicación muy trabajada y seria, y a la que hay que echar un vistazo cada primero de mes. Uno siempre se puede encontrar sorpresas en ella. En este número de enero nos encontramos entre otras cosas una reseña de La flor de la tortura, escrita por José Manuel Pons (profesor y crítico literario nacido en Elche en 1975. Se licenció en Filología Hispánica en 1998. Ha publicado varios ensayos críticos sobre la obra de Cassinos-Asséns y Domingo Ródenas.). Como no todo pueden ser flores para la flor, este viaje toca recibir mordiscos. Si se me hinchaba el pecho con las críticas postivas ahora no tengo más remedio que agachar el lomo para recibir unos cuantos azotes. Aquí les adjunto la reseña, juzguen ustedes:
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LA TRAGEDIA
Hay muchos modos de conocimiento, maneras en que la verdad se da a conocer, hablando en sentido metafísico -si se me permite el término-, que el hombre ha ido descubriendo o utilizando a lo largo de la historia, y que responden al anhelo por el fundamento de la verdad que inquieta en lo más hondo de su persona. Una de esas fuentes de conocimiento ha sido, desde el principio mismo, "lo trágico" y, junto a él, "la salvación", la promesa y consecución de una meta de sosiego. Lo característico de esta manera de saber es considerar siempre lo que acontece desde una perspectiva desmesurada. En este sentido pertenece al ámbito de lo sublime, compartiendo con él propiedades que no hay que dejar de tener en cuenta para su adecuada valoración. No se puede entender "lo trágico" si no se comprende que nace en la persona como respuesta subjetiva, y si no se admite que no es el único modo de conocimiento que existe, ya que esencial al saber trágico es, entre otras cosas, la disociación de la verdad: hay tragedia precisamente por el conflicto que se da entre dos poderes verdaderos. Ambas coordenadas es bueno tenerlas en cuenta para descargar de exclusividad un conocimiento que no agota la verdad y que sacrifica, sin embargo, algo extraordinario de la persona: la sublimidad humana en estado de naturaleza. Se puede tener experiencia de lo terrible y espantoso, con un conocimiento en nada inferior al alcanzado por el saber trágico, y mantener el ánimo de la vida sereno, sin ser alterado por luchas u obstinados desafíos. Creo que ésta es una alternativa más inteligente, con una incidencia mayor tanto para la persona como para la sociedad. Sirva, pues, de aviso a los navegantes de los mares de la violencia en al arte, tan en boga desde hace no mucho tiempo.
Hay muchos modos de conocimiento, maneras en que la verdad se da a conocer, hablando en sentido metafísico -si se me permite el término-, que el hombre ha ido descubriendo o utilizando a lo largo de la historia, y que responden al anhelo por el fundamento de la verdad que inquieta en lo más hondo de su persona. Una de esas fuentes de conocimiento ha sido, desde el principio mismo, "lo trágico" y, junto a él, "la salvación", la promesa y consecución de una meta de sosiego. Lo característico de esta manera de saber es considerar siempre lo que acontece desde una perspectiva desmesurada. En este sentido pertenece al ámbito de lo sublime, compartiendo con él propiedades que no hay que dejar de tener en cuenta para su adecuada valoración. No se puede entender "lo trágico" si no se comprende que nace en la persona como respuesta subjetiva, y si no se admite que no es el único modo de conocimiento que existe, ya que esencial al saber trágico es, entre otras cosas, la disociación de la verdad: hay tragedia precisamente por el conflicto que se da entre dos poderes verdaderos. Ambas coordenadas es bueno tenerlas en cuenta para descargar de exclusividad un conocimiento que no agota la verdad y que sacrifica, sin embargo, algo extraordinario de la persona: la sublimidad humana en estado de naturaleza. Se puede tener experiencia de lo terrible y espantoso, con un conocimiento en nada inferior al alcanzado por el saber trágico, y mantener el ánimo de la vida sereno, sin ser alterado por luchas u obstinados desafíos. Creo que ésta es una alternativa más inteligente, con una incidencia mayor tanto para la persona como para la sociedad. Sirva, pues, de aviso a los navegantes de los mares de la violencia en al arte, tan en boga desde hace no mucho tiempo.
La flor de la tortura pertenece a esta tradición de lo trágico, siendo éste uno de sus méritos mayores. Si la tragedia pone de relieve la grandeza del hombre llevando las posibilidades humanas hasta el extremo y sucumbiendo conscientemente por ello; si su proceso consiste en revelar la verdad y sus límites en todo lo que obra, Raúl Quinto sigue su estela. Nos da en esta obra una propedéutica en la que sólo falta la infinitud propia de lo incomprensible, lo cual no es poca cosa si admitimos que es el paso necesario para que, escapando de la miseria, se alcance la tragedia. Es ésta una de las muchas razones por las que en el cristianismo no puede haber verdadera tragedia. Para el cristiano lo esencial nunca aparecerá en la tragedia. La redención ya se ha dado y se renueva cada vez a través de la gracia. Quinto no recurre al Dios cristiano para superar la tragedia, ni a la visión mítica de los dioses grecolatinos, ni tampoco a la absoluta ordenación ontológica de los dramas indios, sino que ancla sus esperanzas en la idea de una naturaleza humana verdadera. Ahora bien, ¿en qué consiste esta naturaleza y cuál es su fundamento? No es el propósito de La flor de la tortura y, por tanto no se explica. El autor se centra más en grabar a fuego la imagen del dolor y en explicitar sus enseñanzas. Quizá aquí esté uno de los problemas de esta obra: la misma naturaleza de las experiencias del dolor las hace intransmisibles y obliga a vivirlas personalmente y hasta el final.
Raúl Quinto ha escrito un libro bello en el dolor, todavía deudor de los modos de decir del siglo XX, más cercano al intelectualismo "surrealista" del manierismo que al expresionismo barroco, en el que la violencia no es un modo gratuito de repetición de fórmulas, sino una forma eficaz de releer y drenar información. No en vano el correlato objetivo del que se sirve es tanto el arte representado por Günter Bruss, Edith Södergran, el color-field painting, Dream Theater, Sonic Youth, Joy Division, Leopoldo María Panero, entre otros, como diferentes momentos sangrientos de la historia de la humanidad. A diferencia de Haneke, al que se ha querido comparar, Quinto no denuncia la violencia que podemos encontrar incluso en estadios de cultura extremadamente desarrollados, como se evidencia en La pianista del director austriaco, sino que intenta devolverle su verdadero sentido. Para ello, se sirve de todo un campo semántico y de un conjunto de imágenes con este valor connotativo de agresividad. Los poemas están salpicados de escombros, de tormentas, de cuchillos, de espejos rotos, de sombras, de disparos, de silencios, de dolor… pero también de belleza, sobre la base, las más de las veces, de un ilogicismo lingüístico absolutamente coherente con el pensamiento explicitado. Son poemas en que predomina el florilegio verbal comiéndose la página, en que el vacío resalta más detrás de la actitud explícita de llamar la atención. Sin embargo, contrasta con ellos una pequeña serie de poemas de absoluta sobriedad verbal, que suponen un verdadero acierto, así como el uso que hace Quinto del "tú" interlocutor al que se dirigen estos versos. Del mismo modo, cabe celebrar la reflexión metapoética que sustenta muchos de los poemas de este libro, y que espero que el autor desarrolle plenamente para conseguir desembarazarse del lastre finisecular que todavía le acompaña, porque es verdad que el cáncer ya se extiende / hasta la matriz misma del lenguaje. "
José Manuel Pons
17 comentarios:
Me suena sinceramente a lectura rápida y pretenciosa, a no interiorización de los poemas del libro,a selección meticulosa de detalles superficiales, pero bueno, hay que aceptar las buenas y las malas; aunque algunos no lo compartamos... Saludos
javier, los argumentos del crítico están ahí expuestos, los que habéis leído el libro sabreís si se acerca o no a vuestra interpretación o valoración del mismo. Yo acepto las buenas y malas críticas, aunque a veces incluso las comparta.
saludos.
"No en vano el correlato objetivo del que se sirve es tanto el arte representado por Günter Bruss, Edith Södergran, el color-field painting, Dream Theater, Sonic Youth, Joy Division, Leopoldo María Panero, entre otros"
Dream Theater!!! Qué pintan esos cursis progresivos aquí??
Al margen de esta pifia, estoy de acuerdo con Javier Montoro, me parece una lectura superficial y además errática: ¿por qué se supone que Haneke denuncia la violencia y La flor de la tortura no? ¿y por qué "denunciar" la violencia es más válido que simplemente mostrarla? Aquí subyace la idea paternalista de que el lector es tonto (en algún caso puede que sea cierta, ejem) y que hay que decirle explicitamente que el autor condena la batalla de Stalingrado o las masacres ruandesas. En cuanto a lo de "finisecular", ya quisieran la mayoría de nuestros poetas ser tan actuales como Rimbaud, Lautreamont, Trakl y otros decadentes autores de fin de siglo.
Las malas críticas son interesantes, pero no me esperaba esta dosis de pacatonería. Aunque con lo difícil que es recibir una crítica negativa en este país (el castigo más usual es el silencio) deberías sentirte orgulloso :D
Por cierto, que las ideas del autor sobre la tragedia están calcadas de Karl Jaspers ("Sobre lo trágico") -aunque no tenga la modestia o dignidad intelectual de citarlo- a veces de forma literal como en la frase de que el cristianismo acaba con la fragedia.
rubenian,
para empezar todas esas referencias del libro que el crítico define como "correlato objetivo" no lo son tanto, no funcionan como tal (la cita de Södegran del principio, ¿de qué hace de correlato o qué a ella?), pero bueno, también me sorprendí por lo de Dream Teather, grupo que no he escuchado en mi vida. Misterio habemus.
Yo no denuncio explicitamente esos hechos históricos, es cierto, pero al estetizarlos, creo, me acerco un poco a lo que hace Haneke, siguiendo con lo mismo. Aunque Haneke es un maestro y yo lo mismo apenas me quede en la intención, que también puede ser.
¿Finisecular es del siglo XIX o del finales del XX? La verdad que si eso significa estar acompañado de los tres que citas (Rimbaud, Trakl y el Conde) pues tampoco me parece algo para quejarse.
Lo de Karl Jaspers
es un apunte interesante, aunque no termino de verle la relación con el libro. Y yo estoy contento con que vayan saliendo cosas de la flor, por supuesto, y la crítica también rescata algunas cosas del poemario, no termina de condenarme. Así que nada, a disfrutar también de la tormenta y el granizo.
Por suerte tus lectores hemos sabido ver mejor que cierto crítico qué se esconde bajo la flor y la tortura.Tu poemario implica reflexión y denuncia, diga lo que diga Pons.
¿Se puede hacer contracrítica?
Un beso
querida lulú, aquí podéis hacer lo que queráis, siempre con el máximo respetoa todo el mundo, aunque no se esté de acuerdo, como parece el caso.
Hola, es la 1ª vez que hago un comentario aquí. Sigo el blog de vez en cuando, pero como no soy más que un aficionado a la literatura, no me había atrevido a escribir hasta ahora. Felicito a Raúl por la labor que hace y cómo lo hace: no todo el mundo acepta las críticas. No he leído el libro de Raúl, pero por los comentarios, me hago unas preguntas: ¿es superficial la lectura de un libro que es distinta a la de uno mismo? ¿no está ahí precisamente la magia de la lectura? ¿por qué supone rubenian que el crítico valora positivamente la denuncia de la violencia? Sólo dice que Raúl no denuncia sino que le da verdadero sentido. ¿Por que entendéis finisecular como del siglo XIX? Por lo demás, como estudiante de publicidad que soy, creo que, desde luego mejor una crítica, sea como sea, a que no se hable del libro. Y, por lo que he podido entender de la crítica, dice que la obra está en la tradición de la tragedia, ¿eso no es un elogio?. Jorge
Jorge, bienvenido a este espacio, participa siempre que quieras, es también tu casa.
a esas preguntas que haces, esperaremos lógicamente que contesten los aludidos. Yo tampoco terminé de entender a qué fin de siglo se refiere Pons, si te soy sincero.
Y bueno, yo estoy contento de que haya salido una reseña en esa página tan visitada, si es capaz de proporcionarme un nuevo lector para el libro, aunque sólo sea uno, para mí ya es buena.
esa web es del opus...
Anónimo, yo no sé si es de un sitio o de otro, lo que está claro es que cumple una función muy importante. ¿tiene algo que ver esa supuesta ideología con la reseña que me han hecho? de todas formas, no la veo una web cerrada o sectaria, en ella han escrito crítica gente declaradamente de IU como Carlos Pardo, por citar algo en las antípodas del Opus. En fin, también dicen que RIALP lo es , y nadie va a discutir ahora el valor que tuvo el premio Adonáis...
Bueno, bueno, no es una crítica tan destructiva ni tan mala. De hecho, por aquí y por allá se escancian varios elogios. Yo he leído alguna crítica negativa a un libro de poesía en El Mundo donde llamaban a la autora frívola, estúpida, pretenciosa, impostora, y acusaban a la obra de "letra muerta", "ridícula" y otras lindezas que no recuerdo. Y lo curioso es que ese libro recibió, al año siguiente, el Premio Nacional de la Crítica y el Andalucía de la crítica, pero vamos, tanto da... Eso sí que es una crítica de línea dura, si es que se puede hablar de crítica en quien enhebra unos cuantos insultos desmadejados.
Esta crítica a La flor de la tortura no me parece tan infame, aunque no la comparta...
Respecto al libro, ya te hice mi crítica personal vía messenger y no voy a repetirla por aquí. Tan sólo animarte a seguir escribiendo, porque estoy seguro de que nos esperan grandes cosas de tu pluma.
Abrazos y feliz año
stalker, ya recuerdo esa reseña del Cultural al Hilos de Chantal Maillard, podemos pensar que ni siquiera era crítica sino bilis negro sobre blanco. Lo de Pons sí es una crítica, muy correcta en las formas, da sus argumentos y a partir de ahí se puede estar de acuerdo o no. Aquí la mayoría disentís de él. Hay algún elogio, es cierto, pero pesan más los tirones de orejas. Coincido contigo en que no es una crítica excesivamente dura, pero sí la más dura que le han dedicado a mi libro.
Lo de pluma lo dices en sentido figurado, ¿no?
un abrazo a ti también y a seguir ardiendo en 2009.
de veras dijeron eso de chantal maillard? claro que si es una crítica de "el cultural" tampoco me sorprende demasiado, de hecho que se te critique ahí se convierte casi en un elogio.
raúl, yo no he leído tu libro, pero tampoco me parece que la crítica que se te hace sea demasiado dura, y lo mejor es que es una crítica argumentada -lo peor no es recibir malas críticas, sino críticas vacías sin razonar ni explicar-.
por otro lado podrías regalarme un ejemplar de tu libro un día que pases por granada o también puedes mandármelo por correo XD
ana, los suplementos tipo cultural están muy caros para la mayoría de autores.
la crítica, como decían por aquí, no es una paliza sin sentido; está argumentada, y lo que criticaban los contracríticos espontáneos que han ido apareciendo son precisamente esos argumentos. Esa gente sí se ha leído el libro.
Y lo de regalarte el libro: primero no tengo tu dirección, ¿qué me sugieres? ¿que me ponga en la plaza del Triunfo a gritar Anaaaaaaaa? ¿has probado en unos sitios extraños llamados librerías?;)
puedes hacer una promoción, por cada mujer que se llame ana y viva en granada le regalas un libro ;) bueno, aún tengo pendiente la lectura de tu primero libro, que ya he visto que está en la biblioteca de andalucía, a ver si aparece mientras también en la librería el segundo -sí, las librerías son lugares extraños para los universitarios pobres que aman los libros pero que no pueden hacerse con todos los que quisieran-. tengo un buen amigo de la facultad que le gusta mucho tu poesía, y a su criterio siempre le doy buen crédito.
Ana, me consta que hay una primera edición de Grietas en la biblioteca de la facultad de filosofía y letras; y si no recuerdo mal en la biblioteca de Andalucía deben tener La piel del vigilante.
Dale un saludo a tu amigo de tan extraño gusto.
Y un beso para ti.
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