viernes, 10 de julio de 2009

un poema de Juan Eduardo Cirlot

Yo vivo en una casa sin jardín,
en una casa interna donde se oyen
ladridos y sollozos cuando el cielo
sucumbe a su dorado movimiento.

Yo vivo en una casa cuyas ramas
penetran en las casas de los otros
y queman sus azules mobiliarios,
sus retratos amados por el tiempo.

De mis palabras surgen soluciones
de metal invasor que nada puede
destruir o parar. De mis palabras
nacen olas y mares asecendentes.

Mi casa comunica con las fuerzas
que perforan los mundos y los alzan
en la cima furiosa de esa sombra
sin principio ni fin que me alimenta.








[de Segundo canto de la vida muerta, 1953]

25 comentarios:

Stalker dijo...

Cirlot continúa en su trinchera atemporal, desafiando incólume a los cánones y los libros de texto.

El otro día una profesora de literatura que ha trabajado a este autor me explicó un dato que desconocía: que Cirlot era un filonazi convencido, seducido por los clarines y tambores del aguerrido romanticismo, la batalla y la raza.

No me sorprende demasiado, pero algo en mi interior se interroga siempre que un autor que me gusta profesa un creo ideológico abominable. No por eso voy a dejar de leerlo y disfrutarlo, evidentemente, como ocurre con Céline, Ezra Pound, Papini o Knut Hamsun. Pero se le aloja a uno un pellizco raro e inextirpable.

Abrazos

raúl quinto dijo...

stalker,

no conocía ese filonazismo de Cirlot, la verdad es que en esa época el fascismo se hacía un movimiento muy atractivo para los desencantados de la Gran Guerra, la crisis capitalista del 29, el miedo a la extensión del comunismo soviético, la inoperancia de las democracias tradicionales para resolver esos problemas... y claro, estos movmientos poseían también un componente estético y "místico" que no es extraño que sedujera a muchos espíritus sensibles e inteligentes como Cirlot. Ahí se comprende, aunque identifiquemos fascismo con el mal y no nos caiga nada bien esa pseudoideología; pero no invalida para nada la categoría extraordinaria de su obra o de la de un monstruo como Pound, es más, a mis ojos les da un punto más atractivo a sus biografías.

saludos

Stalker dijo...

En eso estamos plenamente de acuerdo, Raúl. De hecho, nunca se me ocurriría condenar la obra de un autor por su ideología.

Fíjate que si la obra de Losantos fuera digna de interés, incluso la ensalzaría al margen de la catadura moral del personaje. Lo cual no es el caso, el de la obra, digo.

Abrazos

PD: el verano está causando muchas bajas, ¿no?

raúl quinto dijo...

stalker,

eres el único valiente que sigue comentando en este desierto. o tal vez es que cirlot no da mucho pie a la gente a decir nada, sigue siendo, comodices, una presencia exterior a casi todo y muy muy poco leída (pese a que cada vez lo sea menos gracias al esfuerzo de Siruela).

En fin, me voy a la playa...

Ana Hidalgo dijo...

este poema en concreto no me ha llamado mucho, aunque las permutaciones de cirlot siempre me han producido fascinación y rechazo a la vez, es decir fascinación y fascinación.

cirlot es una de mis muchas asignaturas pendientes. este verano saqué de la biblioteca de la facultad una antología de cátedra, a ver si para agosto le hinco el diente y tengo un agosto entre la fascinación y el rechazo.

un beso.

p.d- en lo que respecto al autor y la ideología, pienso exactamente como vosotros.

raúl quinto dijo...

ana,

las permutaciones de cirlot son uno de los ejercicios poéticos más devastadores del siglo XX, por la potencia de cada versión y por lo mal que deja el "sentido poético" que acepta de buen grado combinaciones más cercanas a la matemática que a ese pozo del que nos han dicho que brota la poesía... un ejemplo que trasciende lo moderno. Eso es quizá lo que no te llame mucho de cierto Cirlot, el de este poema sin ir más lejos;que es un autor muy centrado en lo moderno, como un eco atronador de las vanguardias. Con los ojos del siglo XXI se ve todo distinto.

Yo es que siento una especial devoción por Cirlot, literaria sí,pero también personal,muy ligada a cierta etapa de mi vida y eso, claro, es difícil compartirlo.

un beso.

Morgana dijo...

Raúl, encuentro muy lúcida tu primera respuesta. Al margen de la separación que se pueda hacer de la obra de un autor y su ideología, es cierto que en el caso concreto del fascismo tendemos a juzgarlo con elementos históricos que hoy sí tenemos. Encuentro razonable que hubiera quienes vieran en el fascismo en sus primeros años un camino atractivo. Sin saber lo que vendría después, no es difícil detectar la "buena voluntad" de algunos de sus preceptos. Y además, como bien señalas, seguro que la potencia de su estética le procuró un buen número de adeptos.

Por lo demás, el poema es bestial, me atrevería a decir que con el primer verso bastaba, el autor podría haber seguido los demás de cualquier manera. "Yo vivo en una casa sin jardín..." Casas sin cosas... Da para tanto...

raúl quinto dijo...

morgana,

yo mismo me pregunto de qué lado habría estado en esos momentos si fuera contemporáneo, claro, siendo como soy extemporáneo está clarísimo que no estaría con los fascistas, pero...

me alegra mucho que te guste Cirlot, tú que eres una buena lectora de las postvanaguardias (lo digo por el bueno de Feria) seguro que encontrarás muchos motivos para emocionarte. Casas sin casas, esas son las únicas que nos pueden guarecer...

Stalker dijo...

Bueno, tampoco exageremos... es cierto que a toro pasado es fácil criticar y detectar cosas que era imposible ver en la época, pero si pensamos en el nazismo, sin ir más lejos, muchos fueron los que sabían de qué iba el tema antes incluso de que Hitler tomara el poder. Sin ir más lejos, los comunistas y anarquistas que opusieron resistencia y fueron reprimidos, masacrados o se exiliaron.

Por mucho que el poder desatado y omnipresente ejerza una fascinación mórbida, hay muchos que siempre se han opuesto, precisamente, a la idea de poder y sumisión que eso implica. Y no olvidemos que a Hitler se le veía venir y que lo primero que hizo nada más tomar el poder fue recortar las libertades civiles.

A la pregunta de "¿en qué bando estarías si te hubiera tocado vivir la época?", en mi caso, no me cabe ninguna duda.

Querría resaltar, respecto a Cirlot, su extremada frialdad. Quizá eso es lo que propicia la indiferencia de Ana hacia este poema. A mí me parece una poesía gélida, disecada, coagulada, aunque me gusta y estimula porque construye un mundo propio sin concesiones, en el que se entra o no. Y para ello hay que vibrar a la misma temperatura simbólica cirlotiana, o acercarse, al menos, a su encrucijada y atreverse a elegir.

Y a algunos nos sigue gustando la poesía que brota de ese oxidado pozo al que los relativistas in extremis no paráis de echar cal viva... Hay verdades eternas y belleza por mucho que los modernillos os empeñéis en jugar a la combinatoria ;)

(a ver si así te animo la entrada, compay)

raúl quinto dijo...

stalker,

no exajero un ápice y tampoco me creo la seguridad con la que dices: yo estaría en el otro lado. El stalker de 2009 seguramente sí, pero un Stalker alemán nacido en 1890 humillado por el Tratado de Versalles y angustiado por una crisis económica que en Alemania más que en ningún otro sitio hizo verdaderos estragos, que ve como llega un pensamiento de la acción (inédito) que devuelve el honor a la patria por la que luchaste en las trincheras y acaba con el paro de manera drástica... ese stalker puede que incluso viera la segregacióm judía como un mal necesario para el bien común. ¿Estarías con los comunistas o los anarquistas? en aquella época los gulags siberianos estaban en ovebooking y los atentados anarquistas se habían cobrado muchas vidas ya (por cierto en la Alemania de entre guerras el anarquismo era muy poco significativo)... Que conste que todo esto te lo dice una persona de izquierdas, tanto que considera el gobierno actual como un pseudoliberalismo maquillado.

tienes razón en lo de la frialdad de Cirlot, palacios de hielo de formas asombrosas.

y bueno, aunque quieras picarme llamándome relativista posmoderno, yo no te contestaré acusándote de esencialista romanticoide... la belleza existe pero no es eterna, y de la verdad no me atrevería ni siquiera a asegurar que llegue a existir, nos coloca eso en una gran mentira, puede ser, una gran ficción, el mayor apologeta de la verdad, el bueno de Platón, ya condenaba a nuestro mundo al relativismo de las sombras, es viejo muy viejo...

Stalker dijo...

Por la misma regla se podría argumentar, salvando las enormes distancias, que en la España de González, agobiada por la corrupción política, todo el mundo abrazó la llegada de Aznar. De hecho, fue así en cierto sentido. En la asignatura de sociología, cuando estudiaba y ya gobernaba Aznar, se hizo una simulación de votación y Aznar ganó por un aplastante 80 % de los votos, en chavales de 18 años. Pero en mi grupo, antes de la catástrofe de la segunda legislatura, ya sabíamos por dónde iba Aznar: un payaso fascista, zafio, servil y peligroso. Los años confirmaron este diagnóstico y confirieron al político una inconfundible aura esperpéntica.

Entiendo el ejemplo que me pones del obrero desempleado, pero eso es trasladarse a otra mente, ser otro. Claro que tú y yo habríamos sido nazis de haber sido otras personas. Pero conservando nuestra manera de pensar, y desconfiando siempre del poder, sea de la naturaleza que sea, no me parece tan sencillo abrazar las tesis de la extrema derecha.

Raúl, por suerte a Platón ya lo mataron y es el individuo que más daño ha hecho a Occidente en la esfera del pensamiento (junto a san Pablo y san Agustín, cada uno a su modo). Indirectamente, puso los cimientos para el oscurantismo teológico y las doctrinas de la sumisión colectiva. Los monoteísmos semíticos aún rinden su tributo de sangre a su pensamiento fanático, intolerante y vertebrador de las teodiceas y teologías judeocristianas.

Ahora falta matar, también, a Aristóteles.

Ya se anima la entrada, luego dirás que no te cuido.

salve

PÁJARO DE CHINA dijo...

Raúl, Raúl, tengo el salero en la mano, o el veneno, no lo sé. Difícil explicar, no me creo el poema de Cirlot. Lo siento un artefacto wagneriano (y eso que ignoraba su filonazismo y pongo al margen el debate consecuente). Me aleja su "dorado movimiento", esa casa de ramas invasoras y todopoderosas, esa buena suerte que parece tener este buen hombre de que de sus palabras surjan "soluciones de metal", "que nada puede destruir o parar" (¿un superhombre?). Me hacen cruzar la calle sus olas y mares ascendentes. Demasiada verticalidad. Y ese grand finale con fuerzas perforadoras de mundos, cimas furiosas y sombras bestiales como alimento ... en fin ... pareciera que lo escribió en un día de alta autoestima, aun para el sufrimiento, calzándose el anillo de los Nibelungos. Y me parece genial que lo sometas a opinión y debate, porque ciertamente es aburrido condecorar y rendirse ante cada hombre que escribe en este mundo y que uno selecciona para su casa virtual.

En cuanto al debate acerca de la contextualización histórica del sujeto de marras, no tengo dudas. Aun en el ojo de la tormenta hay quienes no dudan en qué lugar pararse, aunque les cueste la vida. Esos marcan una diferencia, una diferencia enorme. Definitivamente creo que la biografía se traduce en la escritura. El escritor habla siempre de sí mismo; su insumo son sus tripas, sus ojos y su cabeza.

Y este poema destila fascismo. Ya está, lo dije, ¡no te enojes!. Es un poema facho. Lo vivisecciono y lo veo a Cirlot, grandilocuente, con el águila imperial posada en el hombro. No hubiera querido ser su Bronwyn. Le hubiera dicho: "Juan Eduardo, ¿me escribís dos líneas al vuelo, mirándome a los ojos, en la servilleta del bar?". "Juan Eduardo, todo bien con las espadas y la mitología, pero ¿podés decirme algo que me haga temblar?". "Juan Eduardo, todo bien con tu Diccionario de Símbolos, pero ¿no tenías a alguien un poco más intrépido y sensual que Herbert Read para prologártelo?". "Juan Eduardo, Magritte no era tan serio, Gaudí no era tan serio, les encantaba jugar, ¡no los momifiques!".

En fin, Raúl-que-me-expandís-el horizonte, pongo el pecho para tu metralla.

Besos muchos.

PÁJARO DE CHINA dijo...

Ay, Raúl, y si fuera Bronwyn, también diría: "Mirá, Juan Eduardo, quisiera que te atrevas a recitarme Bomba, porque eso es lo hace la diferencia entre un buen poeta y un poeta fenomenal. Sentido del humor, sensualidad, Juan Eduardo ...".

No me imagino a Juan Eduardo recitando Bomba como lo hizo Raúl. Acabar, acabar, abacabar, ahhhhh.

raúl quinto dijo...

stalker,

es algo tan básico que me da hasta cosa explicártelo pero allá voy: lo que tú eres es un ser histórico (a la carga genética se le une, moldeándola, un estado cultural circunante y una educación y un desarrollo fruto de tantas y tantas circustancias externas...) evidentemente stalker en los años 30 no sería stalker en en el XXI, no habría leído muchos de los libros que le han hecho pensar como piensa, no habría siquiera tenido acceso a muchas de las cosas que han hecho de stalker el ser que ahora queremos. Así de simple, aunque claro, un tipo que cree en las esencias inmutables a lo mejor también cree que su "yo" es un ente incorruptible y atemporal.

Lo de Aznar se veía fácil, igual que la corrupción del Gonzalismo o el Chavismo aquí en Andalucía (donde siempre arrasan).

A Platón lo mataron? está más vivo de lo que piensas, en ese esencialismo del que haces gala se deja traslucir, pero vamos, que estoy de acuerdo en que tuvo su punto chunguelas igual que Aristóteles, ok, pero es que esas cosas han hecho que seas lo que seas, nos guste o no.

un abrazo.

Stalker dijo...

Mariel, me encanta tu comentario.

¿Verdad que a Raúl apetece meterle caña?

;)

Es el único blog en el que me pasa. :)

raúl quinto dijo...

Mariel,

vaya por delante mi respeto a tu opinión. Considerar el poema como un poema fascista me parece un poco excesivo, no lo es en la forma ni en el contenido. Otra cosa es que el "aire" que pueda traernos sea el de una ópera wagneriana, una virilidad lírica bastante potente; ¿es Wagner música fascista? No sé, el poema y mucho Cirlot tiene esa cualidad del hielo que decía Stalker, pero yo te aseguro que el hielo también derrite corazones y cuando le comentaba a Ana que este autor tiene vínculos afectivos conmigo me refería precisamente a que ha sido el único poeta que ha estrechado lazos amorosos entre un servidor y otra persona. La belleza conmueve y este hombre tiene poemas abrasivos, de hielo, pero abrasivos.

La biografía se traduce en la escritura, dice, y es verdad que los poemas no los escriben máquinas desalmadas y que son fruto de un ser biográfico, cierto, pero yo creo que muchas veces la biografía sólo orienta y no determina. Me explico: yo mismo al escribir intento desalojar del poema todo elemento biográfico propio, escribir desde fuera del yo, consciente eso sí, de que esa decisión ya es una decisión tomada desde mis propias vivencias. Esto merecería un desarrollo mayor pero no dispongo de mucho tiempo.

Me consta que Cirlot tenía sentido del humor, eso es algo connatural a los amantes del surrealismo (entre los que me encuentro) y profundamente espero que mi mayor mérito literario no sea haber recitado a King África.

un beso.

Stalker dijo...

Me temo que has construido un mito: la sombra de King África te perseguirá durante décadas. Eres un epígono de la Bomba... :)

PÁJARO DE CHINA dijo...

Querido Raúl, que seas un poeta con quien se puede debatir ya es una maravilla. Tenés fibra, tenés nervio. Estás vivo. Coincido con Stalker, lo despertás a uno, también. En el fondo el encuentro con la poesía es tan íntimo y entrañable que sobran las palabras. No hay fórmulas ni códigos. Hay una vida que se enfrenta a otra y se atrae o se rechaza o se resultan indiferentes. Uno completa el poema, siempre, y yo podría decirte que fuiste vos quien derritió el hielo cirlotiano y vos me dirías que fue el carácter abrasivo, para vos, del hielo de Cirlot. El núcleo es inefable.

Sí, a Cirlot le gustaba mucho el surrealismo, pero yo siento que le resultaba impenetrable. En lo que he leído de él (no es mucho, lo confieso) no advierto su sonrisa ni una vocación lúdica (tampoco en los 67 versos inspirados en Dadá, no me fluyen naturalmente).

Que hayas recitado King Africa no es un detalle menor. Eso es "desacralizar" la escritura y arrojar la aureola al fango de la vida, como quería Baudelaire. Son esos detalles que nos tornan queribles y nos conceden una enorme estatura, la misma de los niños que abren la puerta para ir a jugar, aunque ya no sean niños.

Besos.

raúl quinto dijo...

Mariel,

está claro que Cirlot es imposible para hermanarnos, queda patente tu rechazo, aumentado aún más con la información de las simpatías nazis desveladas por stalker. lo lamento, te has perdido un buen poeta y Cirlot una buena lectora. Pero poco más.

Gracias por los parabienes que sé que son fruto del cariño, ahora voy a la cama con mejor cuerpo.

un beso.-

adolfo dijo...

raul este es un poema que des cribe bien la extincion
precioso descubrimiento si es serio.

En cuanto a la discursion creo que todos llevais algo de razon pero si lanzo una pregunta al aire!

por que en este difuso e incierto y extraño pais se vincula la cultura a la izquierda ?

creo que tenemos tambien un concepto de cultura muy sectario!!!

la cultura ha de ser critica con todo poder y libre.
raul abrazos te quiere adolfo

raúl quinto dijo...

adolfo,

esa es una de las grandes falacias de nuestro tiempo, obviar que también hay una cultura de derechas es negarle casi la humanidad a la mitad de la población. Los ejemplos de Cirlot o Pound o Celine son bastante explíctos en ese sentido.

un abrazo.

Stalker dijo...

Adolfo:

"Incierto, difuso y extraño país", es una gran definición... ¡Abrazos!

@SusVersiva dijo...

Pues a mí también me ha alterado la percepción del poema leer de Stalker sobre su ideología próxima al nazismo. La potencia creadora se me vuelve sospechosa cuando se refiere a "metal invasor", "fuerzas que perforan los mundos" o su "cima furiosa de esa sombra". Así operó el nazismo, y buena parte de los contemporáneos de Hitler con dos dedos de frente lo sabían.

Estoy con Stalker en que me sabría sólo de un posible bando (incluso aunque yo no fuera yo y mi biografía otra).

Así pues, estoy con Mariel: leo a Cirlot en clave de fascismo y suelto el poema como si me quemara. Como si en lugar de hablar de sí y su fuerza hablara de la humanidad y de la prepotencia nazi.

No es que se pierdan gran cosa todos esos fascistas, pero sí: siento pocas ganas de sumergirme en sus mundos. Será un defecto y quizás un día aprenda a cambiar, pero no quiero tenerlos cerca por ahora.

¿La cultura en manos de la izquierda? Creada quizás, pero izada o sucumbida pocas veces.

¿Quién iba a decir que de ese Cirlot sin demasiada garra surgiera tanta polémica? Debe de ser culpa de las uñas de Stalker... ;o)

Abrazos

Portinari dijo...

Me encanta el debate que tenéis (teníais) aquí montado. Brutal King África y la bomba (si algún día me paso por Andalucía Raúl, te buscaré y te cantaré tipo tuna este tema, sólo sea por hacer la gracia).

A mí, lo siento, pero el poema no me mueve ninguna entraña. Me gustan ciertas cosas("De mis palabras
nacen olas y mares asecendentes.") que tiene, pero no acaba por moverme. Buscaré más del autor en cuestión para que me mueva sin embargo. A mí eso de quemar los azules inmobiliarios me dio un poco de miedo, y lo del emtal invasor...

Os doy la razón en lo que comentáis de las biografías, a mí me parece muy curioso cómo se acaban tatuando a fuego, en algunas ocasiones, en las obras.

Por otra parte, lo de decir yo estaría aquí o allí en aquel entonces, siempre será tema a debatir. Es decir, depende de los factores que se tengan en cuenta se estaría allí o aquí. Yo como soy ahora está muy claro dónde estaría (¿Matar a Platón? ¡no! Matar a Hitler se llamará mi primer libro), pero allí, Portinari sería bastante similar a una judía, así que creo que tambiés estaría matando, o más bien huyendo, de ciertos seres antropomórficos pero con cola de diablo.

raúl quinto dijo...

Susana,

para mí Cirlot es sobre todo garra y su "supuesta" filiación nazi, que seguramente fuera puntual y anecdótica interfiere igual a cero en mi consideración a sus poemas.
Stalker ha liado una buena. Encantado, no obstante, de oir tus opiniones y las suyas que para eso estamos, debatir, oír, aprender y desaprender.


Portinari,

abundo en lo que le he dicho a susana... y bueno, aquí en el extranjero aún no saben lo mío con King, y es agradable.