lunes, 3 de noviembre de 2008

un poema de Jacques Ancet

Ladra un perro. Viene tormenta.
Solos en la estancia buscando
huellas de un tránsito, un signo
de que aquí hubo un hombre.
Solo hay un pétalo caído,
sobre un ojo cerrado, algo
de oscuridad. Un ruido ínfimo.
Como saliva entre palabras,
nada más. Decimos que es él.






[de Se busca a alguien, 2000]

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha sobrecogido este poema, no conocía al autor, espero ir descubriendo más sobre él...SALUDOS

raúl quinto dijo...

fran, Ancet es un pota bastante traducido al español (él a su vez fue el traductor de Valente al francés, se nota mucho la sombra de José Ángel), si te interesa hace poco la editorial Cálamo sacó su libro La Quemadura, y el año que viene en La Garúa sacaremos otro poemario más jugoso si cabe.

raúl quinto dijo...

evidentemente ancet no es un poeta sino un poeta..... hay erratas que son mortales...

raúl quinto dijo...

y ahora quiero poner la errata a posta y no me sale... qué desastre, en fin pota no es necesariamente lo mismo que poeta.

Anónimo dijo...

Aunque todos conocemos excepciones, ¿no? XD

PD: La palabra que me pide el blog como contraseña es "cardo". A ver si se corta un poco que yo no he faltao a nadie...

raúl quinto dijo...

Rubén, cardo es una palabra muy bonita, casi tanto como pota. Una idea es hacer una antología de poetas pota, con foto y bolsa de plástico.

m dijo...

rubén mola, blogger debería darse cuenta

raúl: difícil ser antólogo de semejante cosa. y has visto?? salí en aula de el mundo. no sabes qué ilusión me ha hecho!!!!

raúl quinto dijo...

maría, blogger es sabio, y yo también me alegro mucho de que los medios se vayan rindiendo a tus pies alados :)

s dijo...

Saludos. Es la primera vez que comento por aquí, aunque sigo tu blog desde hace un tiempo. Me ha impresionado este poema. Sí que se nota esa sombra de Valente, la dicción rotunda, casi helada. El peso de la elipsis.

raúl quinto dijo...

Sergio, bienvenido. Espero verte por aquí más a menudo. La elipsis es el territorio donde nos agigantamos como lectores, y ahí Ancet es un maestro.