domingo, 28 de junio de 2009

el tema del compromiso

El viernes pasado, al final de esa lectura siamesa, leímos Fuga de la Muerte de Paul Celan. Teníamos varias razones, la más importante que a ambos nos fascina Celan. También por otras cosas. Todos sabéis cuál es el tema y el fondo de ese poema. Lo leímos también como una forma de reivindicar que el compromiso político y el compromiso con los valores positivos del ser humano se pueden defender desde una poesía estéticamente avanzada. Celan lo hizo. El paradigma de la poesía del silencio, de la tendencia a la abstracción, también es un arma cargada de futuro. Mucho tiempo se ha confundido conservadurismo estético con progresismo político. Esto no es una regla exacta ni en un sentido ni en otro, pero Paul Celan da una lección. Que a mí me gusta intentar subscribir.



El compromiso con el arte y sus aceleraciones no está reñido con el compromiso político.






Hace una semana recibí en mi buzón un regalo en forma de libro. Tuve entre mis manos la edición definitiva de La Marcha de 150 000 000 del poeta Enrique Falcón, una fascinante work in progress que ha abarcado los últimos 15 años de su creación. Para mí es un ejemplo de todo esto que estamos hablando. Desde que conocí los primeros textos del libro, sensación corroborada con el resultado final, me di cuenta de que estaba frente a uno de los proyectos más valiosos de la por momentos tímida y sosa poesía española actual. Este es un lilbro imprescindible. El poder de la imagen, la experimentación justa, la pulsión estética y la denuncia sin ambages. La Marcha de 150 000 000 cuestiona la propia forma de lectura con las múltiples anotaciones al margen que actúan como brutal contrapunto al río de imágenes que nos elevan y nos atronan. Leer esas anotaciones es comprobar la letra pequeña del sistema capitalista y del mundo globalizado. Algo necesario para mantener alterta la conciencia. Pero no es un panfleto. El conjunto es una experiencia política y estética. Un todo que no debería de estar separado.
O eso creo yo.






8 comentarios:

Ana Hidalgo dijo...

El poder es el lenguaje, pienso que no se puede pretender alterar el poder si el lenguaje es convencional, si el lenguaje que se utiliza es el lenguaje del poder. Por eso, buscar otros lenguajes, indagar en otros lenguajes, puede ser un ataque contra el poder.

Haré caso a tu recomendación febril. Hoy desde la playa de las piedras empecé a leer Amapola y memoria y también Grietas.

Un beso.

raúl quinto dijo...

ana,

es justo eso que dices, se trata de robarle mediante la alquimia el poder ideológico subyacente en las palabras. Amapola y Memoria te encantará, cuidado con los chinorros y ya me contarás cómo va la aventura del verano.

un beso.

Stalker dijo...

El libro de Quique Falcón será una de mis próximas lecturas, y por lo que voy viendo va a ser toda una experiencia para la que ya me voy preparando...

Que la poesía española sea sosa es discutible, no soy tan pesimista. Los que son buenos son muy buenos, aunque parte de la poesía oficial siga las sendas trilladas que todos conocemos.

De Celan qué decir salvo el silencio agradecido...

Salud poética a todos.

raúl quinto dijo...

stalker,

la poesía española, en general, tiene pocas aventuras radicales e innovadoras (como esta Marcha, por ejemplo), de ahí lo de soso, además recuerda que la primera parte del libro se publicó hace 15 años (eran otros tiempos mucho más oscuros)...

el libro te gustará o no, pero reconocerás que es necesario.

un abrazo.

Laura Giordani dijo...

Totalmente de acuerdo Raúl; la poesía de Quique es agua necesaria en este panorama poético. También creo que la suya es una de las apuestas más interesantes y audaces de los últimos años. Compromiso con la vida y con el lenguaje. En Quique no hay divorcio. Precisamente, ayer Arturo colgó en su blog una reseña de La Marcha y Taberna Roja que hicimos a duo para la revista Youkali, puedes encontrarla allí.

Gracias por traer a Celan.

Un abrazo,

Laura.

raúl quinto dijo...

Laura,

coincido contigo en eso que dices, para mí La Marcha es el punto álgido de la obra de Falcón y de muchas otras cosas´.


un saludo.

rubén m. dijo...

Por lo que conozco de La Marcha, puede ser una verdadera bomba, estoy deseando hincarle el diente, también este verano. Una lectura múltiple, con muchísimos puntos de fuga que apuntan directamente a las muchas y brutales formas de poder. El económico y sus derivaciones, sobre todo. Hay que estar atentos y no dejar que el hecho de haber sido publicado al margen de las grandes editoriales haga que pase desapercibido.

raúl quinto dijo...

rubén,

es verdad que el hecho de aparecer en una editorial marginal puede dificultar su repercusión, pero para eso estamos los que sabemos de sus bondades. Para ser altavoz y que se nos oiga.

pues eso, que este libro merece y mucho la pena.