El 30 de abril sale a la venta en librerías, y en formato e-book, mi nuevo libro, de la mano de la editorial Caballo de Troya. Os dejo el texto de contraportada para que os vayáis familiarizando con el contenido.
Yosotros no es un ensayo. Tampoco es una novela ni es poesía en prosa, pero sus historias pueden leerse como si formaran parte de una novela coral que a su vez fuera un poema que a su vez vehiculase un pensamiento o incluso una tesis sobre la que sí podría haberse escrito un ensayo. Quizá lo que más se parezca a la experiencia de lectura que Raúl Quinto nos ofrece en este libro sea la de una revista monográfica escrita por una sola persona. Sea como sea, estamos ante una propuesta extraña, líquida, que habla sobre la noción moderna de individuo. Es decir: sobre nuestra identidad. Yosotros ofrece una reflexión multifocal sobre los límites entre individuo y masa en la encrucijada posmoderna, hilvanando, como si de una tela de araña se tratara, una serie de relatos atravesados de pensamiento y poesía que nos terminan atrapando, y donde se explica cómo sobrevivir a las trampas del yo sin desintegrarse en la colectividad. Un libro que nos obliga a mirarnos a nosotros mismos, a plantearnos qué significa ser uno mismo. Para eso recorremos un laberinto de espejos en el que nos podremos reflejar en una red de historias tan insólitas como reales: la de Mary Ann Bevan, la mujer más fea del mundo, o la de Auguste Sylbaris, el único superviviente de una isla arrasada por un volcán; la del gurú de las teorías conspiranoicas David Icke y sus reptilianos, la de Gilles de Rais y otros asesinos en serie, la del misterio del pan maldito en el pueblo de Pont-Saint-Esprit, la evolución de los marcapasos o del ciberactivismo de Anonymous, el 15M, la Revolución Rusa o la fotografía enferma de David Nebreda.
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