Como algunos ya sabéis a finales de febrero estuve en Madrid presentando mi último libro, fue una tarde agradable en la librería La Central del MNCARS. Tenía pendiente poner alguna clase de crónica por aquí, pero con el paso de las semanas se ha diluido esa perspectiva. No obstante quería compartir con vosotros la presentación que me brindó la estupenda poeta y madrina de ceremonias Ada Salas. Fueron las palabras más bonitas y certeras que se han dicho entre todas las distintas presentaciones que ha tenido esta flor marchita.
"
Escribir no es gratis. Leer no es gratis. A veces uno paga su óbolo de niebla: cercenación, abrasamiento, asfixia. Y recibe después lo que ha comprado con su entrega: cercenados, abrasados, ahogados, alguien nombra lo oscuro, que también es nosotros, y nombrándolo, lo ilumina, y deja así de ser algo temible, porque nombrar es conocer, y sólo se teme lo que no se conoce.
Dice Westphalen en la cita que escoge Raúl para el umbral de la cuarta parte del libro: “Pues sólo conocerás la Noche si te pierdes y desapareces en la Noche- si te vuelves Noche”. Y ese es el primer y definitivo gesto de guerrero de Raúl: adentrarse en la noche, confundirse con ella y hacerse noche para decir la noche, para decir abismo, para decir, al cabo, por ejemplo: “La belleza es la muerte.” Muerte y Belleza: dos extremos que se tocan en La flor de la tortura en una continua y viva metamorfosis. Se superponen, se aúnan, se retan, se enfrentan y se hacen sangre, como dos niños que se adoran y, en un rapto de furia, quisieran hacerse muchísimo daño.
Vivimos construyendo hacia lo sólido: la escritura, nos hunde, nos arranca los pies, y a veces nos machaca en el barro. En el sentido inverso, hacia lo inverso, verdadero escenario, quizá, de lo que somos. Y con el barro viene el alarido, que en estos poemas suena pistola, bisturí, machete, llaga: dentera, escalofrío. Pero no nos engañemos: “horror” puede ser otra forma de decir “pasión”, “deslumbramiento”, “vida”. Con un verso que es físico y despierta en el lector una inteligencia animal, La flor de la tortura se lee con el hígado: un órgano que digiere y depura. Con un discurso hermoso pero, o mejor, y, distorsionado: aplicando a las cosas el espejo deforme de la lucidez que nos devuelve, paradójicamente, su reflejo real, el más real, el más verdadero:
No persistes en vínculos y reclamas zozobra,
asedios sin mi nombre,
espectros de ti mismo
arrasando las páginas donde se cifra el mundo.
Su distorsión desnuda es tu reflejo. (p.14)
Estos otros versos que leo ahora son de Wallace Stevens:
No ya el océano de los virtuosos
sino el extraño horrible, la máscara que dice
cosas ininteligibles, pero que se comprenden.
Pues eso. Qué bien se comprende, Raúl, tu libro. Te agradezco La flor de la tortura. Te agradezco su valor. Te agradezco esas imágenes , grabadas con un hierro candente en los pliegues más vivos de mi cerebro. "
Dice Westphalen en la cita que escoge Raúl para el umbral de la cuarta parte del libro: “Pues sólo conocerás la Noche si te pierdes y desapareces en la Noche- si te vuelves Noche”. Y ese es el primer y definitivo gesto de guerrero de Raúl: adentrarse en la noche, confundirse con ella y hacerse noche para decir la noche, para decir abismo, para decir, al cabo, por ejemplo: “La belleza es la muerte.” Muerte y Belleza: dos extremos que se tocan en La flor de la tortura en una continua y viva metamorfosis. Se superponen, se aúnan, se retan, se enfrentan y se hacen sangre, como dos niños que se adoran y, en un rapto de furia, quisieran hacerse muchísimo daño.
Vivimos construyendo hacia lo sólido: la escritura, nos hunde, nos arranca los pies, y a veces nos machaca en el barro. En el sentido inverso, hacia lo inverso, verdadero escenario, quizá, de lo que somos. Y con el barro viene el alarido, que en estos poemas suena pistola, bisturí, machete, llaga: dentera, escalofrío. Pero no nos engañemos: “horror” puede ser otra forma de decir “pasión”, “deslumbramiento”, “vida”. Con un verso que es físico y despierta en el lector una inteligencia animal, La flor de la tortura se lee con el hígado: un órgano que digiere y depura. Con un discurso hermoso pero, o mejor, y, distorsionado: aplicando a las cosas el espejo deforme de la lucidez que nos devuelve, paradójicamente, su reflejo real, el más real, el más verdadero:
No persistes en vínculos y reclamas zozobra,
asedios sin mi nombre,
espectros de ti mismo
arrasando las páginas donde se cifra el mundo.
Su distorsión desnuda es tu reflejo. (p.14)
Estos otros versos que leo ahora son de Wallace Stevens:
No ya el océano de los virtuosos
sino el extraño horrible, la máscara que dice
cosas ininteligibles, pero que se comprenden.
Pues eso. Qué bien se comprende, Raúl, tu libro. Te agradezco La flor de la tortura. Te agradezco su valor. Te agradezco esas imágenes , grabadas con un hierro candente en los pliegues más vivos de mi cerebro. "
Ada Salas
12 comentarios:
Pues sí que fueron bonitas esas palabras. Y certeras. Creo que no fuiste tú el único que se quedó pasmado.
Estuvo muy bien esa lectura, por cierto que el libro de Jean Clair, "De inmundo", que me compré allí está realmente cojonudo aunque al final se desinfla un poco. Una lectura muy ilustrativa después del atracón de Bacon que nos dimos.... Eso sí, le da bastante caña a los accionistas vieneses. Creo que te resultaría muy interesante.
ru-bén, te echado de menos en la dicusión pseudoreligiosa del otro post, pero claro, un neopagano mefistofélico como tú tendrá mejores cosas en que fijar su ateción, por ejemplo en lo inmundo.... qué tipo de caña le mete a mis amiguetes austriacos?
La discusión la vi esta mañana sin apenas tiempo, y su densidad me abrumó. Dado mi odio cerval a la Iglesia Catódica, preferí no invertir más tiempo en ella.
Tendría que releerme ese pasaje, pero habla de una extraña secta pederasta que quiso fundar uno de ellos, y enlaza eso con la peli de Pasolini sobre Sodoma, y con Aunschwitz... y entre líneas da a entender que sus espectáculos de automutilación esconden una involuntaria degradación del Holocausto, al asumir la masacre en sus cuerpos... pero creo que esto ya lo estoy delirando yo, mejor te lo paso un día.
Enhorabuena por esa "flor de la tortura", espero poder hacerme con ella en la medida que me sea permitido espacio-temporalmente hablando.
Bonitas palabras que se dijeron y que he opdido leer sí. Belleza y muerte... quizás sólo Ofelia sabe enamorar en su lecho de nenúfares.
Un saludo.
rubén, eso que dices de la degradación del holocausto ya lo había escuchado en otros lugares, aunque yo no termino de verle fundamento, es hilar muy fino, también se podría argumentar justo lo contrario y que el movimiento fuera una forma brutal de denuncia de lo que ocurrió en los campos de exterminio, ten en cuenta en al ambiente oscurantista( en cuanto a oscurecer el pasado nazi austriaco) en el que se desarrolló el invento...
Habría que leer lo que dice exactamente Clair,claro.
portinari, gracias por tus palabras. Ya me dirás qué te parece si te haces con ella. Y esa Ofelia semihundida tiene tantas cosas que decirnos...
Voto por que Ada Salas sustituya a Ainhoa Sáenz de Zaitegui en el cultural.
Intensas palabras, sí...
Me ponéis los dientes largos con "De inmundo"...
Has puesto mal el acrónimo del Reina Sofía, es MNCARS :P
stalker, no creo yo que la veamos por esos foros... mejor que siga escribiendo versos afilados como hasta ahora...
y lo de los dientes largos... ¿luego decrecen?
joe,maría, ya lo corrijo, es un despiste... se van a dar cuenta de que nunca he estado allí...
El texto de Ada Salas es todo un POEMA.
jaime,es que ella es una poeta como la copa de un pino, y claro, le salen estas cosas.
Publicar un comentario