domingo, 29 de marzo de 2009

ARTE DE LA POESÍA (José Ángel Valente)

Implacable desprecio por el arte
de la poesía como vómito inane
del imberbe del alma
que inflama su pasión desconsolada
de vecinal nodriza con eólicas voces.

Implacable desdén por el que llena
de rotundas palabras, congeladas y grasas,
el embudo vacío.

Por el meditador falaz de la nuez foradada,

por el que escribe ¡ay! y se pone peana,

por el decimonónico, el pajizo, el superfluo, el obvio,

por el que anda aún entre seres y nadas
flatulentos obscenos,

por el tonto tenaz,

por el enano,

por el viejo poeta que no sabe
suicidarse a tiempo debajo de su mesa,

por el confesional,

por el patético,

por el llamado, en fin, al gran negocio,

y por el arte de la poesía ejercido a deshora
como una compraventa de ruidos usados.






[de El inocente, 1970]



amén.

40 comentarios:

Stalker dijo...
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Anónimo dijo...

Sin embargo... MANDORLA

Álvaro Blanes dijo...

"porque, al final, las ideas no son patrimonio de nadie..."

Me ha gustado esa frase, Stalker. Valente es un grande.

Un saludo.

raúl quinto dijo...

stalker, la leyenda del poeta a veces sobrepasa al mismo, sé de gente que lo trató en vida y me dicen que no era tan fiero como lo pintan. También sé por propia experiencia que nombrar a Valente en ciertos ambientes, de Granada, por ejemplo, es todavía tabú. También son conocidas esas frases como "en mi generación ha habido poeta y medio", cosas que con el paso de los años a mí me lo hacen más simpático. Podía decir lo que le venía en gana sin tener ningún compromiso que no fuera su palabra.

Siguiendo con otras cosas que comentas, ningún poeta es infalible, todos tienen sus momentos menos atinados, en Valente, creo, estos son muy escasos, casi inexistentes, es un gran poeta, entre otras cosas por eso. Y creo también que hay muy pocos que hayan trabajado con tanta precisión esos tópicos de la luz, la transparencia, etc. que vienen de Juan Ramón y de la mística y del mismo arte contemporáneo. No veo ese vacío que tú dices y sí otro vacío más en conexión con las mismas obsesiones de Valente. Lo de Gamoneda es otra cosa; no son construcciones intelectuales sino conjunciones de nervios y sangre. ´
La vida de Valente para mí no es más que una anécdota, y las batallitas (taan desiguales) de este con los de la experiencia no me aportan mucho para leer y disfrutar sus poemas.

Y este poema que he puesto, por ejemplo, demuestra que Valente es mucho más que nada nadie en la sombra...

saludos.

raúl quinto dijo...

julio, Mandorla es uno de mis libros preferidos de Valente, un monumento, una de esas cosas que después de leer te hacen dudar si lo que uno escribe estará alguna vez a la altura...

Anónimo dijo...

GRANDIOSO VALENTE, CREO PRA MI HUMILDE NEOFITO DE ESTO, EL MEJOR DE LA GENERACION DEL 50
ES UNA POESIA LIMPIA Y SINCERA COMO POCAS. BESOS ADOLFO

raúl quinto dijo...

adolfo, yo me atrevo a decir sin miedo a exagerar que es el mejor poeta español de la segunda mitad del siglo XX.

un saludo.

Stalker dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
raúl quinto dijo...

stalker, Valente no es un poeta místico, pero bebe de esas fuentes. Su discurso está cerca del "misticismo" propio de un Rothko, por ejemplo.

Conceptos como "la verdadera trascendencia" me parecen que tienen que ver más con la religión que con lo que estamos comentando aquí: el arte, y sí, la literatura.

Sería de género estúpido decir que no tiene errores, es más yo he dicho que ningún poeta es infalible, tampoco él, pero sus errores apenas logran enturbiar sus logros. No entiendo cómo te asombra algo que no he llegado a decir.

Hablo de mis gustos cuando digo que Valente es el mejor poeta español de la segunda mitad del XX, no de ningún canon. Otros te hablarán de Gil de Biedma o de Cirlot o del que más les haya calado. Te hablo desde mi experiencia lectora, poco dada, te lo digo ya, a que me embauquen las modas o las categorizaciones oficialistas. No repito la voz de ningún coro al decir eso sobre Valente. Y sí también considero que Gamoneda es el poeta vivo "más mejor" que hay. Sinceramente no encuentro a nadie que me emocione más. Aunque claro, siempre hay un hilo irracional que nos sujeta a nuestras devociones, pero no hay que dejar de ser críticos con lo que nos gusta. Ni Valente ni Gamoneda ni Dios eran infalibles, el único poeta infalible es Joseph Ratzinger y así le luce el pelo.

un abrazo.

PD. yo por mi parte no hago otra cosa que hamburguesarme...

Stalker dijo...

"el único poeta infalible es Joseph Ratzinger"

¡Ahí lo has clavado, amigo!

Lo de Gamoneda como mejor poeta vivo es algo que escucho en todas partes. Lo dice casi todo el mundo y pronto lo dirán los manuales de literatura. Encuentro las canonizaciones de este tipo, y las unanimidades, muy sospechosas.

Y eso sin quitarle méritos al abuelo, extraordinario poete aunque a veces me raye un poco la insistencia en los mismos motivos y la tendencia al "discurso vacío". Perdona que me repita, pero entre tanta ceniza, luz y cosas que "arden" (en Gamoneda arde todo, las ideas, pensamientos, sueños, la realidad, las pérdidas, hasta que al final es un recurso retórico muerto: da igual lo que arda, no significa nada), me acabo perdiendo un poco y sólo me queda la belleza de las palabras. Y la poesía no debe ser sólo un ornamento retórico...

Pero no sé para qué discutimos si nunca nos vamos a poner de acuerdo en esto. Es obvio que los mejores poetas de este país son, por este orden, Eloy Sánchez Rosillo, Luis Antonio de Villena y Jaime Siles.

Saludos

raúl quinto dijo...

stalker,discutimos precisamente porque creemos en las palabras y en la belleza de la dialéctica. Exponer en voz alta nuestras ideas nos ayuda a ordenarlas y escuchar al otro a replantearnos las cosas. No se trata de convencer al otro, sino de convencerse uno mismo y hacer un poco de gimnasia.

Los mejores poetas vivos en España son Antonio Cañizares, Rouco Varela y Martínez Pujalte, con permiso de Daniel Güiza.

un abrazo, y sigue afilando tus cuchillos.

Ana Hidalgo dijo...

a mí valente me parece un magnífico poeta. qué tiene poemas malos, nadie lo duda -no he leído todavía ningún poeta que no tenga poemas malos o muchos poemas malos-, pero no estoy de acuerdo con lo de que la mitad de su obra sea "pura hojarasca". yo siempre he pensado, es cierto, y en cierto modo es lo que dice raúl, que valente era un gran esteticista, que es un poeta más de estética que de sentimiento -aunque sé que ésta distinción es muy tambaleante-. el vocabulario, la construcción de sus poemas, el ritmo... a mí me parecen en muchos casos de un logro formal admirable. pero a pesar de este esteticismo, no me parece que sea un autor donde predomine el vacío, ¿se puede decir por ejemplo que "no amanece el cantor" es un libro vacío, un libro que precisamente fue escrito tras la muerte de su hijo?, ¿o que "fragmentos de un libro futuro" sea mera retórica de la luz, cuando está escrito desde la conciencia de la muerte, cuando valente sabía que ya le quedaba muy poco de vida? no se trata de hacerle un panteón a valente, sino que a mí estos dos libros me emocionaron, y cuando supe el momento biográfico por el que pasaba valente cuando escribió estos libros comprendí porque me habían emocionado al leerlos.

reconozco que valente abusa de ciertos elementos, pero cada autor tiene sus obsesiones, sus temas y vocabulario obsesivos. y aunque superficialmente podamos decir que zambrano, valente y gamoneda participan de cierto imaginario común, yo creo que cada uno de estos autores tiene una voz muy personal, los tres hablan de la luz, pero a mí la luz me suena diferente en cada uno de ellos.

además, precisamente gamoneda creo que innova, que elabora un vocabulario propio en ciertos momentos, ese léxico de la química y la minerología. también creo, como dice raúl, que "Lo de Gamoneda es otra cosa; no son construcciones intelectuales sino conjunciones de nervios y sangre", es decir, que al contrario que en valente, en él predomina más el sentimiento que la estética.

y desde luego, para mí no se trata de perpetuar el canon, sino de lo que me transmitieron leyéndolos. además, lo de que valente sea de "canon" es muy relativo -a mí el otro día me miraron con cara de asco en la facultad por citar a valente.

de todas formas, esta discusión es absurda, pues todos sabemos que el mejor poeta español vivo es, por este orden, ángeles mora, álvaro salvador y por supuesto joaquín sabina con sus maravillosos sonetos sabiamente publicados en la editorial visor.

p.d- afilaría los cuchillos pero no como carne.

Ramón Masca dijo...

Sólo por lo de los "lo que más me sorprende de los novísimos es su precosísima senilidad" y su "¡Salud, adolescentes de la Tierra!", para mí ya se merece un Partenón, pero reconozco que yo con Valente siempre me he comportado como un friki... Creo que le debo todo lo que he llegado a escribir alguna vez.

Ah, y Pujalte es muy, muy bueno...

raúl quinto dijo...

ana, estamos en lo principal de acuerdo, y eso, quieras que no, me congratula. Esas caras desencajadas ak oir la palabra "Valente" me las conozco muy bien...Y es verdad que los sonetos de Sabina son para dárselos de comer a las gaviotas (y volando).

un beso.

PD.para cortar un buen calabacín también hace falta cuchillo ¿no?

raúl quinto dijo...

JAVIER, qué bueno encontrarte por estos vértigos. Comparto tu devoción para con Valente y su mala baba probervial (aunque hay mucho más de leyenda que de ogro real).

Y sí que es bueno Pujalte, casi tan bueno como Campoamor...

Stalker dijo...
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raúl quinto dijo...

stalker, tampoco estamos muy de acuerdo con lo de Gil de Biedma (a pesar de que no es mi tipo) es una de las piedras miliares de nuestra tradición más reciente. un tipo que trajo muchas cosas nuevas a la poesía española.

por cierto, sé que a ti te gustan las listas. ¿cuál sería el/los poetas fundamentales de esa segunda mitad del siglo XX según tu criterio? mójate, anda.

un abrazo.

Ana Hidalgo dijo...

stalker, yo no sé de que profesores progres hablas pero yo no conozco a ninguno de ellos. tampoco sé por qué la referencia al catecismo, ni tampoco frases como "Imagino que mis opiniones, tan políticamente poco correctas, os parecerán mero terrorismo". puedo entender tus opiniones sobre valente, gamoneda y zambrano, aunque no las comparta entiendo lo que dices, pero no me gustan esas alusiones que parecen decir de manera indirecta que opinamos a favor de valente porque el canon literario, la historiografía literaria o quien sea, nos ha manipulado para que pensemos así. yo leo un autor, y si me gusta, me emociona, me impacta, me lo quedo, tenga el nombre y el reconocimiento que tenga. te puedo citar muchos autores que según el canon son magníficos y que yo personalmente detesto, así que si valente está canonizado y a mí me gusta valente es por casualidad no por causalidad. en definitiva, no pienso que seas un terrorista literario pero sí que tú crees que no tengo autonomía como lectora, con lo cual no estoy muy de acuerdo.

un abrazo.

rubenovich dijo...

A mí la única zona de Valente que no me termina de gustar es cuando se vuelve demasiado rabioso en sus primeros libros (que en general me interesan bastante menos que a partir de "Interior con figuras"); el poema que has colgado, aún con su interés y sus aciertos, tiene demasiada espuma furibunda.

La mística de Valente es un acercamiento intelectual, no es san Juan de la Cruz o Eckhardt, pero estoy seguro que ningún poeta español ha conocido tan bien esa tradición como él. Por ejemplo, su rescate de la obra de Miguel de Molinos, el místico de la nada del siglo XVII, una obra fascinante por cierto. Eso hace que sus versos no sean insustanciales sino que, a mi juicio, cuando utiliza imágenes tan peligrosas como la "luz", el "vacío", la "nada", estén cargadas de sentido o al menos de carga intertextual, que viene a ser lo mismo.

Como poeta vivo veo más grande a L.M.Panero que a Gamoneda, aunque sus nuevos libros carezcan de interés "Teoría", "Narciso en el acorde..." y "Last river together", como mínimo, me parecen libros impresionantes.

raúl quinto dijo...

rubén, Panero es impresionante pero... ¿realmente es un poeta vivo?

Stalker dijo...

Panero es un poeta disecado. Realmente me dejáis pajarito, chicos, estáis más pirados que yo.

Abrazos

raúl quinto dijo...

absolutamente, stalker, pero no veo que contestes a la pregunta que te he hecho. Tal vez no tengas respuesta o sepas que tu respuesta te pueda dejar desnudo.

Stalker dijo...
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raúl quinto dijo...

Stalker, si ya niegas la mayor poco podemos hablar. Al contrario que tú le tengo más fe a nuestra tradición literaria y no creo que Valente, por citar el que me parece más alto, esté muy lejos de lo mejor de otras tradiciones coetáneas. Los nombres que citas los suscribo, sobre todo Panero, Gamoneda y Cirlot; Feria me parece más irregular y Claudio Rodríguez es básicamente un autor de un solo libro (espectacular, por cierto).

Podría ponerte fragmentos de poetas que idolatras que serían igual de sonrojantes, así que no me vale el extracto de ese poema para justificar la liquidación de una obra.

Si lo que me preguntas es qué aporta Gil de Biedma a la modernidad literaria de este catético país, la respuesta es bastante sencilla. Y conste que lo digo desde una postura que apenas comulga con la poética que inicia este poeta y que sus versos generalmente no me la ponen dura, pero hay que mirar con más perspectiva que la del ombligo de uno.

Gil de Biedma trae a España un discurso nuevo basado en la dicción y la lengua cotidiana, propio de otras tradiciones (anglosajona, for exemple) a un panorama que estaba anquilosado con la esclerótica poesía del régimen y los ecos de las vanguardias exiliadas. Digamos que Gil de Biedma trae un soplo de aire fresco o frívolo (que también debe existir una poesía con ese tono y para ese uso menos visceral, digamos). Otra cosa es lo mucho y mal que se ha estirado la herencia de este poeta. Que ya te digo, no es santo de mi devoción, pero reconozco (tal vez desde el mismo oficio de poeta) sus valores.

Piensa, sin ir más lejos, que el ínclito Valente no dudó en colarlo en su "canónica" antología de las Ínsulas Extrañas.

un abrazo.

PD. definitivamente es más divertido cuando no terminamos de estar de acuerdo ;)

Stalker dijo...

"Podría ponerte fragmentos de poetas que idolatras que serían igual de sonrojantes, así que no me vale el extracto de ese poema para justificar la liquidación de una obra".

Te tomo la palabra. Muéstrame un poema tan malo de Olvido García Valdés. Uno con algo equivalente a esas rimas "Días", "Todavía", "Alegrías". No me jodas, Raúl (en confianza). Ya sé que todo el mundo tiene poemas malos y flojos. No me descubres nada nuevo, pero por favor, una cosa es tener poemas flojos y otra publicar esos versos con esas rimas y quedarse tan ancho. Y encima ser antologado por Valente. Excesivo, ¿no crees?

Si lo consigues, ponerme un poema tan malo de Olvido, te consideraré un ser próximo a Dios.

Abrazos

PD por supuesto así es más divertido... ;)

raúl quinto dijo...

stalker, no estaba pensando en Olvido precisamente(que por cierto es una poeta que me gusta mucho mucho mucho más que Gil de Biedma), lo que conozco de ella es muy regular, no hay muchos palos de ciego en su obra (y lo sabes, y eso es ser un poco ventajista, ¿no crees?).

Simplemente insisto en que un poeta no nos guste o no contacte con nuestra sensibilidad no quiere decir que no sea válido y ¿por qué no? fundamental.

abrazos.

Stalker dijo...

Es ser un poco ventajista, Raúl, pero es que mis poetas preferidos creo que tienen más nivel que Gil de Biedma; en ninguno de ellos he encontrado un poema tan malo como el que he transcrito, sí poemas flojos, que saben a cosa ya vista, o poemas poco inspirados o técnicamente mal resueltos. Pero esa rima zafia, te aseguro que los poetas que me gustan nunca la han cultivado. Por eso juego con ventaja, hermano.

Con respeto a Olvido, que es muy regular, hay que reconocer, también, que existe cierta trampa: en su obra completa, la autora ha eliminado y pulido algunos poemas. Como ha hecho Gamoneda. Quiero decir, que son poemarios cuya factura perceptible hoy en día puede distar bastante de su confección original, y me consta que ambos han mejorado bastante sus titubeos originales, podándolos de excrecencias. Para jugar en igualdad de condiciones habría que comparar trayectorias en función de los poemarios tal
cual fueron publicados en su momento, creo...

Claro que reconozco las aportaciones de Biedma, como puedo reconocer las de Ángel González, José Hierro o Francisco Brines. Sin embargo, la fama y el prestigio de que gozan me parece un tanto asimétrico respecto al valor relativo de su obra. Lo contrario pasa con un Cirlot, un hombre que construyó un universo poético y simbólico muy personal y que hasta hace muy poquito ha contado con el desdén editorial, y sigue sin entrar en la nómina de poetas válidos establecida por la academia. Pero bueno...

Salud

raúl quinto dijo...

stalker, tus poetas favoritos te gustan más que Gil de Biedma, es lógico, a mí también me gustan más tus poetas que él, pero no todos ellos tienen una obra tan sólida como la de Gil de Biedma.Al menos por ahora. Y sí, podría encontrarte poemas bochornosos (y que en ningún modo invalidan que sean grandes poetas).

Tienes razón en eso que dices de la obra de Olvido, pero esa es actualmente su obra y esa labor de pulido es otro signo de distinción. Sea como sea es una autora notabilísima.

De todos esos nombres que citas: González, Brines, Hierro... el que más respeto me sigue causando es Gil de Biedma, precisamente por esa labor de quitanieves que te dije. Su rollo está muy alejado de nuestra sensibilidad pero ha supuesto mucho para la tradición en la que nos movemos, aunque sea por mera oposición.

En cuanto a Cirlot, ahí me has tocado la fibra sensible, estoy contigo en que no ha estado ni connsigue estar en el lugar que tal vez le correspondería porque es un poeta radicalmente moderno y este sí, con una sensibilidad que entronca de raíz con la mía, tal vez más que el propio Valente, aunque claro, sigo pensando que el viejo huraño es un punto no igualado aún en nuestra poesía. Tampoco en este jovencito siglo XXI.

Por cierto, yo con las academias forro los sofás de mi sótano.

un abrazo.

Stalker dijo...

"pero no todos ellos tienen una obra tan sólida como la de Gil de Biedma, al menos por ahora"

¿En qué cifras la solidez de una obra, Raúl? ¿En la extensión? La obra de Biedma es relativamente breve. ¿En la homogeneidad de la calidad poética? Biedma tiene muchísimos poemas malos, demasiados para ser un consagrado. ¿En las operaciones de encumbramiento del canon? Arguméntame el por qué de ese peso porque lo veo una aseveración infundada...

No sé qué es lo que, en tu opinión, hace una obra sólida, Raúl. Para mí es la capacidad de innovar y trazar nuevos caminos, y la coherencia interna, y la capacidad de lenguaje que vertebra. Para eso basta un poemario porque la calidad no se mide al peso. No me cabe ninguna duda de que sólo con "Del ojo al hueso" Olvido se sitúa en un nivel inalcanzable para Biedma, por muy consagrado y reverenciado que éste sea. Un libro basta porque demuestra que un autor domina técnicas y ha llegado a sitios que el otro ni siquiera sospecha que existen.

En cuanto a los poemas bochornosos, Raúl, vamos a ponernos serios y enséñame esos poemas bochornosos con rimas infantiles. Te reto a ello. Pero no me traigas poemas flojos a secas (esos me los conozco y te los puedo traer yo), tráeme algo equiparable, en concreto, a esos versos de Gil de Biedma.

En cuanto a la revisión que los poetas hacen de su obra en la madurez, hay tres tendencias: aquellos que reescriben sus poemas de juventud y eliminan los poemas fallidos en las reediciones, aquellos que reniegan de ese pasado e impiden que se reedite y no pierden el tiempo intentando enmendarse la plana, y aquellos que dejan que ese lastre se incluya, tal cual, en las obras completas o reediciones, como testimonio de una época o una juventud pasada. Las tres opciones me parecen igualmente respetables, aunque reconozco que me gusta más la segunda y la tercera porque revela que los autores no tienen miedo a que se vea la parte menos "noble" de la obra, o esa "prehistoria obscena" a la que tú mismo aludes. O en el caso segundo, que renuncian a esos errores, lo que también entiendo muy respetable.

En cambio, reescribir, con los recursos y las técnicas de la madurez, los poemas de hace veinte o treinta años tiene algo de prestidigitación, de querrer borrar los puntos débiles o las huellas que condujeron a dudosos senderos. Me parece a mí que es no respetar lo que uno fue...

Saludos

raúl quinto dijo...

stalker, vamos al grano como clearastil. Coincido bastante con lo que tú entiendes por solidez, lo copio: capacidad de innovar y trazar nuevos caminos, y la coherencia interna, y la capacidad de lenguaje que vertebra. Para eso basta un poemario porque la calidad no se mide al peso. OK. Gil de Biedma cumple todos esos requisitos, mal que nos/te pese.

Imagínate que dentro de cuarenta años legiones de poetas escriben como Olvido pero aguadamente, entonces parecerá que lo de Olvido no tuvo/tiene tanto mérito. De eso trata, me aventuro a pensar, tus remilgos para concederle al pobre Jaime su pedestal...

poema bochornosamente malo: página 77 del último poemario de tu poeta filósofa favorita. no tiene rimas pero es para preguntarse muchas cosas, algunas dan hasta miedo.

Lo de las reelaboraciones de los poemas o de la obra es como eso que hacen los pintores de pintar y repintar el mismo cuadro una y otra vez, lueg cada uno se queda con la versión que más le llega. Nada que objetar al respecto, leo el poema y llega, gusta o no. Me ha hecho mucha gracia que aludas a esa "prehistoria obscena", pero es que al menos en mi caso tuve la suerte de que no estuviera incluido en ningún libro (aunque restos infumables hay desperdigados por alguna, espero, inencontrable publicación).

Por cierto, en la vida me habría imaginado defendiendo con cierta vehemencia a Gil de Biedma, pero es lo que tiene el hamburguesamiento.. digo yo.

saludos, man.

Luna Miguel dijo...

hihi
asi es la ficcion

Stalker dijo...

Raúl:

un día de estos, al despertar, te juro que te vas a encontrar una cabeza de caballo entre las sábanas.

Hombre de Dios:

si lees con atención a Maillard deberías saber que sus dos últimos poemarios son construcciones globales que salvo excepciones han de entenderse en su contexto. Lo que a ti te parece un poema malísimo es en realidad una apostilla irónica y voluntariamente prosaica (tb voluntariamente naif) incluida en un decurso mayor del que no puede desprenderse. Es como si me sacaras algunos de las glosas de "El fósforo astillado" de García Román: aisladas pueden ser la apoteosis de lo cutre, pero son muy significativas en un contexto que ha sido concebido, como los libros de Maillard, como un todo orgánico. Pero lo fundamental está en la ironía y el juego infantil: ¿no te has dado cuenta de que la autora, tan seria a lo largo del poemario, juega en esos versos a ser una niña a la que se le escapa el globo? ¿No has percibido la variedad de registros del libro?

Ayyyyy....

Además te has ido a un libro demoledor y muy bueno: poco puedes sacar ahí para hacer sangre.

Apunta por debajo de la línea de flotación o así no hundirás a este acorazado ;)

Abrazos

raúl quinto dijo...

stalker, duermo abrazado a una todas las noches.

claro, la culpa es mía que no he sabido leer el poema como es debido... ya estamos con lo infalible... sinceramente creo que ese texto no funciona, por mucho que tú lo quieras justificar y exculpar. Donde tú ves un logro yo veo un traspiés.

En Hilos, por cierto, hay textos brutales con otros que no alcanzan ni de lejos la altura exigida. Entiendo que hablar de Chantal contigo es poco menos que nombrar el color de tu sangre, pero desde el cariño que te tengo y la admiración que le profeso a ella he de ser/te sincero. A veces creo que con ella pierdes la objetividad y le perdonas cosas que no harías con otros autores. Eso también tiene su encanto, no te creas.



un abrazo.

Stalker dijo...

Lo que ocurre es que he releído ese libro hace pocos días y me ha vuelto a deslumbrar. Más si cabe que en otras ocasiones.

Lo que a ti te parecen simplezas (también se lo parecieron a Ainhoa) son voluntarios registros naif que emparentan el texto con algunas cosas de Beckett, sin ir más lejos (y recordemos la aparente vaciedad, sin sentido y obviedad infantil de algunos parlamentos de los personajes beckettianos). Pensar que son simplezas es resignarse al móvil más simple y aplicar, además, la idea de que el poemario es un todo homogéneo que debe leerse desde una mirada homogénea: eso vale para cierta poesía esencialista (Valente por ejemplo), no en este caso (o en el caso de "El fósforo astillado"), que se mueve en el ámbito de la posmodernidad, la experimentación y el juego. Hay mucho sentido del humor y ya desde Matar a Platón se introduce la banalidad, el prosaísmo, recursos periodísticos y otras muchas cosas que nos sitúan en un ámbito que invalida la interpretación solemne, unívoca y de acuerdo a criterios de "excelencia convencional".

Insisto en que lo que consideras un poema aislado no es un discurso autónomo y que el libro, sin ser una obra perfecta, está concebido voluntariamente así. Ahí todo ha sido premeditado con una gran inteligencia. No hace falta que te diga lo que ocurre si aislamos de su contexto las declaraciones de tal o cual político.

Ella tiene poemarios irregulares, como Conjuros o Lógica borrosa. ¿Crees que me ciega la pasión y no sé dónde encontrar los puntos débiles? En "Conjuros" los encontrarás. Si me pones un ejemplo de esos poemarios, que funcionan como un poemario clásico, ahí sí te daría la razón. Pero Hilos, Husos, Matar a Platón son otra cosa y ante todo obliga a replantear la propia estructura cognoscitiva del lector. Algo que en la piel de toro apenas se ha hecho, salvo quizá por Cirlot. Por eso en internet encontré a alguien que decía que Maillard le recordaba a Cirlot, no por su factura formal ni de contenido (en lo que no tienen nada que ver): intuí que se refería a la deconstrucción y refundación que ambos autores exigen, en diverso grado, de la mirada lectora. Y también a que son islas absolutas, prácticamente sin relación con la poesía española contemporánea (aunque sí con otras tradiciones europeas).

Ahora me gustaría saber la opinión de Ana (Quien teme a Virginia Woolf), que también leyó ese libro.

Abrazos

raúl quinto dijo...

stalker, todas esas cosas que me dices las tengo ya en cuenta para decirte lo que te digo, e insisto: no funciona. Un arquietcto puede tener la intención clara de construir una torre, pero si lo que vemos son escombros está claro que la intención no ha bastado.

Con todo esto te digo que Maillard me parece una de las mejores poetas que tenemos, entre otras cosas por su insularidad. Pero mientras que Matar a Platón me parece un libro redondo, Hilos me parece más "problemático", aunque dentro de ese libro hay mucho mucho donde escarbar y encontrar, y poemas absolutamente abismales. Pero esa página 77 no, mira, en el Fósforo Astillado esas cosas, que poco tienen que ver con esto la verdad, funcionan por acumulación, por eco, el poema de Maillard es un punto solitario chillón y chirriante en el libro. Que tú lo justificas, de acuerdo, que a ti te parece un poema asombroso, bien por ti, los caminos de la hermenéutica son inextricables.

Stalker dijo...

El error está en considerarlo como un poema autónomo cuando está insertado en un continuo que abarca, como mínimo, el poema anterior y el siguiente. Cometes un error exegético al empecinarte en analizar unidades aisladas. Residuo esencialista, pero Deleuze y otros ya nos han hablado de rizoma y esas cosas. Si el poema que señalas fuera una unidad independiente te diría que no es un buen poema; pero forma parte de un tapiz, es un "hilo", un residuo de pensamiento, una "nota al margen" (como otras que se suceden en "Husos", sólo que este libro integra las notas al margen en un único discurso), además de una voz premeditadamente infantil, que juega a que se le ha escapado el hilo, el globo de la vida... Dentro del conjunto, funciona.

TAmbién insisto en la ironía: en un lugar del poemario la autora dice que no va a jugar más a hacer metáforas, y un poco más adelante se contradice, se pone en solfa a sí misma, con una metáfora premeditadamente mala. El yo y la propia voluntad de hacer se ponen en entredicho a través de ese y otros recursos.

No es un libro que funcione por acumulación y sedimentación, en efecto, pero sí como tapiz de resonancias múltiples.

Me gusta el símil de la torre y el arquitecto. En "Matar a Platón" hay una arquitectura consciente y muy elaborada, pero eso no existe en Hilos, o mejor dicho, sí existe: pero se trata de una arquitectura desenfocada, fluctuante, sin centros reconocibles. ¿Qué ocurre si el autor decide no diseñar torre alguna sino, precisamente, mostrar esos escombros del pensamiento, esos hilos que quedan una vez pulverizado el lenguaje y tras la experiencia cercana de la muerte?

La intención de ese poemario, precisamente, es que veamos los escombros: los que tejen nuestro decir y nuestras emociones fragmentadas, astilladas, después de la íntima catástrofe no explicitada y transfigurada por la ruptura del lenguaje y la voluntad de juego.

Creo que exige mucho del lector, llevo dos años y aún no he extraído de él todo lo que tiene. Incluso lectores versados como Vicente Luis Mora se estrellaron en la crítica del libro (lo interpretó a partir de la metáfora Hilo-Huso de Blancanieves, para que te hagas una idea). Vicente le reconocía un gran valor intelectual al libro, pero le negaba valor poético, venía a decir que eso no era poesía (curiosamente, uno de sus contertulios afirmaba todo lo contrario, que Maillard es "poesía pura"). Precisamente, para mí es poesía lo que te obliga a remover los cimientos como lector.

Cosa aparte es que el libro es la aplicacón práctica de los preceptos de auto-observación de la conciencia del budismo: la conciencia se re-flexiona, en un "ejercicio de esquizofrenia controlada", da cuenta de sus contradicciones, sus titubeos, sus operaciones de sustracción y enmienda, lo cual origina cierta acumulación de materiales de deshecho que quedan en los márgenes (tejido mental-verbal deshilachado).

Todo ello hace que el empleo de categorías analíticas esencialistas, válidas para un Valente, un Gamoneda o autores inscritos en una tradición, no puedan aplicarse sin refinar a discursos como el de Michaux, Beckett o Maillard. Hacen falta otras estrategias.

De todos modos, no creas que no entiendo tus argumentos, y de veras creo que si analizamos el libro como una serie de poemas aislados, sin duda tienes razón. Pero yo creo que el libro no es eso, que los libros de Maillard desde Matar a Platón son más que la suma de sus partes: continuos verbales y de pensamiento.

TE voy a remitir, incluso, al ciclo Bronwyn, de Cirlot, con un ejemplo elocuente. El siguiente poema:

"Mi flor desamparada
en tu sien despeñada
se muere mi mirada
loca de estar parada
bajo la luz dorada
que brota de tu nada".

Aparte de las rimas, este poema, analizado independientemente de su contexto, parece malísimo. Yo diría que es malísimo, pero hay dos cosas que me hacen cambiar de opinión. Una: si incluyo el poema dentro de su contexto, como unidad orgánica, ya no me parece malo, creo respira dentro de ese conjunto, es un órgano dentro de un cuerpo mayor. Dos: con los escritores inteligentes, o incluso pavorosamente inteligentes (cosa que pienso de estos dos poetas) no debemos resignarnos, a priori, al móvil más simple: pensar en una torpeza insuperable, en un descuido brutal. ¿Es elegante suponer, en autores que tanto han demostrado su pericia y habilidad técnica, errores que ni siquiera un aprendiz cometería? Pensado dentro de su contexto, no me cabe ninguna duda de que las rimas de este poema, en el caso de Cirlot, son absolutamente premeditadas, que alguien con una sensibilidad tan acentuada por la musicalidad de las palabras ha buscado precisamente ese efecto. Incluso ha podido buscar un premeditado efecto de fealdad ("Atreverse a la fealdad, incluso, cuando se adecua a lo que queremos decir", decía Barbara).

Ídem con Maillard.

De todos modos, la clave de Hilos la dio Òscar Solsona, brillantemente, en su blog:

"maillard mueve palabras de manera magistral. maillard conmueve palabras, las organiza añadiendo un detonador silencioso que te abre algo –¿dentro?– en el instante que las lees-comprendes. maillard pone en su sitio palabras, arrastrándolas como movemos un mueble por el piso, te raya el suelo para provocar finalmente una mayor comodidad basada en desnudar de piezas superfluas nuestra habitación interior-de-lector/a. leer a maillard te cambia. leer a maillard puede cambiarte si eres capaz de detonar-te como persona que lee y comprende. que tus pedacitos al caer se recompongan de otra forma, propone un nuevo orden que en última instancia deberá ser el/la lector/a quien determine su uso. hilos-de-maillard, no voy a olvidarlo. ya soy otro. gracias. no necesariamente duele".

Eso es lo que yo hubiera querido decir pero no he sido capaz de expresar.

Abrazos

raúl quinto dijo...

stalker, menuda parrafada... tus argumentos son impecables, pero creo que me subestimas como lector y das a entender que no alcanzo a comprender la estructura-intereses-poética del libro, etc. No es eso, creeme, sólamente que desde mi criterio ese intento que tú dices y explicas con todo detalle no da en el clavo, no funciona, insisto. Todo lo demás que dices lo comparto.

Por cierto, el poema de Cirlot que citas no me parece malo ni siquiera como poema suelto. Hay una cosa que son los gustos, también la cierta objetividad que da la experiencia lectora y la apertura de perspectivas y criterios, todo eso puede hacernos llegar a apreciar cosas muy distinta entre sí y a nosotros.

Hilos tiene momentos en los que esa vocación que tan bien explicas está perfectamente desarrollada, otros, como en ese poema de la 77 a mi juicio no da con la tecla idónea. ¿hereJía?

abrazos.

Ana Hidalgo dijo...

particularmente, estaba siguiendo la conversación raúl-stalker con sumo interés pero no pensaba participar, pero por petición del amigo stalker daré mi opinión.

todo empezó con gil de biedma. sobre gil de biedma yo pienso más o menos como raúl. personalmente, no encaja con mi sensibilidad, pero reconozco que hizo algo novedoso en su momento, algo que en españa no se había hecho hasta entonces, ese lenguaje coloquial. así, por ello, me parece más interesante que otros poetas de su generación, como ángel gonzález, brines o josé agustín goytisolo. aunque a mí no me guste creo que hizo una propuesta interesante, una propuesta que funciona muy bien en una media docena de poemas como "pandémica y celesta" o "contra jaime gil de biedma".

siempre he pensado yo también que uno ha de ser "objetivo" y reconocer los méritos que tuvieron ciertos poetas aunque no te gusten. a mí no me gusta petrarca pero no voy a decir que petrarca es una mierda cuando fue él que inició la poesía tal y como la entendemos hoy día. igualmente hay que conservar la objetividad y reconocer que otros poetas que a uno le pueden gustar pues en verdad tampoco han hecho nada muy novedoso, rompedor ni nada, por ejemplo, hay un poeta español por el que siento una simpatía y empatía infinita pero que yo misma sé que en verdad no es muy bueno ni muy creativo y que tiene poemas malos para dar y regalar, a ver si adivináis quién es, está vivo, es un hombre y ronda los 45-50 años...

en cuanto a "hilos". yo creo que maillard tiene poemas malos, poemas que mejor no hubieran existido, pero que estos se encuentran básicamente en los libros anteriores a "matar a platón". a mí "hilos" me parece un libro superior a "matar a platón", más arriesgado eso sí, más difícil de captar, y por ello fácilmente mal entendido, conozco amigos que han dado juicios muy similares a esos que dio esa famosa crítica, y siempre pienso que hay sobre todo una falta de lectura atenta. a "hilos" hay que leerlo igual que ha de leerse la poesía oriental: con lentitud, con silencios. pero, también opino que el famoso poema de la página 77 por mí hubiera sido mejor que no estuviera. entiendo lo que dice stalker sobre los registros, esa alusión a lo bajo, y creo que ese recurso funciona muy bien en otros momentos del libro, por ejemplo en el poema donde habla de cambiarle la tierra al gato, allí sí vi yo eso que dice stalker, y me resultó muy sugerente y agónico esa mezcla entre la indagación en el lenguaje, el deshacimiento del yo y la cotidianidad más absoluta. pero el de la página 77 no me terminó de cuadrar bien, la verdad, aunque también es que yo le tengo una gran manía a los símbolos de exclamación -también a los puntos suspensivo.

pero desde luego, "hilos" es un libro increíble, aunque prefiero "husos" -este libro, que yo sepa, no presenta ningún desliz.

un besito a los dos.

Stalker dijo...

¿Quién puede ser, Ana? ¿Jorge Riechmann? Porque si me dices Juan Antonio González Iglesias me has matado ;)

Abrazos

Ana Hidalgo dijo...

jaja, tranquilo, que es jorge riechmann. es que me cae tan bien... yo creo que es mi hombre ideal XDDD