INTERIOR METAFÍSICO CON GALLETAS,
Alberto Santamaría. El Gaviero Ediciones, 2012. Almería,
66pp.
Un título certero: Interior metafísico con galletas. El
mismo de un cuadro de Giorgio de Chirico. Ambos nos muestran su taller, su sala
de máquinas, igual que una alucinación. Santamaría (Torrelavega, 1978) escribe
con los dedos, como en braille, palpando la superficie de las cosas, buscando
las fisuras o los límites, donde la solidez se convierte en niebla. Describe, narra lo que sucede, nos enfrenta a
la realidad material para ver que tras lo epidérmico se filtra siempre, si
sabemos mirar, la profundidad. La filosofía y sus interrogantes acerca del
mundo. En los límites de las cosas y las palabras. Nos hace interrogarnos sobre
lo que es la naturaleza, la permanencia, el propio sentido de la lengua,
mientras vemos el telediario, oímos sonar el teléfono o nos embelesamos con las
motas de polvo chocando contra la bombilla. La lección de Wallace Stevens bien
aprendida: la realidad como mantra. Pero siempre yendo más allá. Buscando “eso que nos hipnotiza más allá de la
materia”(p.25).
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