martes, 15 de diciembre de 2009

TARDE DE SAN ISIDRO (Alberto García-Alix)

Todo es imagen. Una representación. No estoy hablando del simulacro baudrillardiano. Hace demasiado frío para decir palabras tan hinchadas y lentas como baudrillardiano. El caso es que no es un simulacro, es una representación. Una composición de equilibrios: formales y simbólicos. Bastante retórica, sí. El contexto es la plaza de Las Ventas, tarde de toros de 1987. Al fondo asoman los arcos neomudéjares del coso taurino. El neomudéjar es una fantasía del nacionalismo español, un revival de un pretendido estilo propio nacional. Menos ampuloso que el franquista neoherreriano (El Escorial reloaded: pura cristiandad expansiva, puro imperio, sin la tacha de la influencia musulmana).Neo-loquesea. Un revival dirigido desde arriba (el estado, la academia, el mercado) siempre es una impostura.
Primer paso dado, el contexto es una pequeña mentira de cartón piedra . La arquitectura, tal vez con la misma intensidad que la fiesta nacional de dentro, es un fraude impuesto como verdad, asumido por los asistentes que a su manera participan también de la representación y son, sin saberlo, pequeños trozos de escayola en una función de títeres. No hay mucha diferencia entre los asistentes a la corrida que vemos y las figuras con pelo humano de los pasos de Semana Santa, la virgen dolorosa de encima del trono convive en la misma (i)realidad que los esforzados nazarenos que la llevan a hombros. Como el torero, su traje, la plaza, los feligreses que meriendan su bocadillo mientras las mulas arrastran al toro muerto. Todo es una vulgar escenificación de lo que se llama realidad idiosincrática, el esto-es-así-aquí. La mujer fatal del centro de la escena es la única consciente de que esto es una opereta de gestos extenuantes, y entonces posa. Como un espectáculo más en el circo de la españolidad. Porque en el fondo del fondo. Estoy hablando de España. Seguramente. Pura representación simbólica de la nada.

5 comentarios:

rubén m. dijo...

Qué sorprendente análisis de esta fotografía: muy afilado. Es una imagen de lo más compleja, con esos espectadores mirando pasiva e impúdicamente a la cámara y la modelo posando como una Medea hispánica estereotipada -pero realmente morbosa, habrá que admitirlo.

Muy bueno... un abrazo

raúl quinto dijo...

rubén,

que a estas altura de la película aún te sorprenda es algo que me llena de orgullo y satsifacción. La chica tiene su morbo, sí, aunque siendo García-Alix nadie nos dice que no sea un chico...

un abrazo dickinsionado.

Miguel Angel Gara dijo...

Es magnético el personaje de la derecha, a medio camino entre Azarías y Woody Allen.

raúl quinto dijo...

el tipo de la derecha es un agujero negro que todo lo atrapa.... menudo personaje

Unknown dijo...

podrias hacer una pequeña descripcion de la imagen por favor??