martes, 26 de mayo de 2009

ESPACIO 2 (Francesca Woodman)


Primero. Mira esta fotografía. Dedícale un minuto. Dice cosas sobre el ser humano y la tentación de sus límites. Dice cosas sobre la implosión. Mírala un tiempo y pregúntale.
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Segundo. Francesca Woodman es un arquetipo, se suicidó con veintipocos años tras un fracaso amoroso y el rechazo de su obra por los que ella admiraba. No le dio tiempo a hacer mucho, es cierto, pero ahora sus padres administran una leyenda y un patrimonio al que exprimen como a la muerte nutricia. La Woodman es ya un clásico, la niña muerta es una de las grandes de la fotografía del siglo XX. Su cadáver debe estar ya descompuesto.
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Tercero. La serie Espacio, a la que pertenece esta obra, como otras muchas de su reducido capital artístico no es otra cosa que una solución formidable a un ejercicio propuesto en la escuela de artes donde estudiaba. Más de la mitad de su obra sólo son ejercicios de escuela, temas impuestos sobre los que ella desarrolla su visión y extiende su cuerpo como centro gravitatorio de la luz. Ahora aplaudimos lo que son meros ejercicios. Lo aplaudimos en parte porque Francesca es un mito, y nuestra sed necesita de ahogados, combustible romántico, pero esos ejercicios (obras de encargo al cabo) niegan la base del romanticismo: la libertad.
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Cuarto. Una aguja atraviesa la pantalla y cose tus ojos al tejido brillante de la sombra.

17 comentarios:

rubén m. dijo...

La foto es fabulosa y no me extrañaría que tú o "tus" bailarines los tuviérais en cuenta para el espectáculo de danza de "Fronteras", en cuanto a la configuración espacial y la paradoja doble de enclaustramiento/movimiento.

La reflexión sobre la otra paradoja, romanticismo/clasicismo, libertad/aprendizaje, novedad/tradición o como queramos llamarla, es muy interesante y veo que últimamente ocupa tus neuronas, por aquella idioteca de Schumann. Hay mucho que debatir ahí.

Y ya te vale coserme los párpados a la sombra, cabronazo...

raúl quinto dijo...

rubén, Woodman era una de las referencias que manejé para contextualizar Fronteras, cierto. Pero mi fascinación por ella es algo más reciente: esta semana santa visité en Murcia una exposición monográfica que quitaba el hipo, y desde entonces la hormigonera cerebral va trabajando.

Sobre todas esos pares encontrados, como dices, hay mucho que debatir, y espero que lo vayamos haciendo aquí.

no te he cosido los párpados sino el ojo, q creo que duele más....

Stalker dijo...

Me fascinan los artistas que, aherrojados por el corsé del ejercicio o un sistema de producción, exploran los límites y son capaces de decir a la contra a pesar de todo. Pienso en algunos clásicos de Hollywood o en los pintores del Renacimiento. Francesca sería otro caso paradigmático.

La fotografía me abisma, me niego a explorarla metafóricamente, al hilo de secuencias-huella o lugares comunes demasiado transitados como para decir algo. Prefiero un silencio quebrado o agradecido, que quizá oculta mi cobardía o mi pereza.

Abrazos

raúl quinto dijo...

stalker, en ese sentido Woodman sería una artista del Renacimiento, una artista prerromántica. Pero al mismo tiempo su obra desmonta el corsé. En parte de ahí viene la fascinación por su obra.

Pero la duda se extiende al pensar sobre la validez "real" de estas fotografías frente a otras, quízás menos poetentes, que ella misma realizó sin mediación externa alguna. ¿Valen más mis poemas cerrados o los cuadernos experimentales que no tiro por nostalgia? ¿cuál es mi obra?

Como ves la cosa es ardua.

rubén m. dijo...

No conozco el resto de los trabajos de Francesca W., pero si es cierto que otros trabajos suyos hechos desde la libertad no son tan buenos, corrobora mi idea de que a veces un corsé puede ser muy productivo. Lo ideal sería que uno se lo impusiese por propia voluntad, claro, no desde una agobiante preceptiva. El corsé te obliga a hacer maniobras de escapismo, movimientos cuya posibilidad de otra forma no hubieras intuido, como Houdini. El contraste entre una forma cerrada y la voluntad de salir es una tensión muy poderosa.

Desde mi perspectiva de tipo que escribe, aunque no haya venido aquí a hablar de mi libro, diré que en tres poemas utilicé corsés métricos muy clásicos. Por eso de buscar ese contraste, ese agobio de verse encadenado. Los resultados fueron irregulares: decepcionantes, a mi juicio actual, en un soneto que gustó muchísimo al jurado, y satisfactorios en el caso de los otros dos, en tanto que fue una experiencia creativa muy sorprendente comprobar cómo verse forzado a repetir sonidos y palabras te obligaba a encontrar imágenes extrañas que de otra manera no se te hubieran pasado por la cabeza.

raúl quinto dijo...

rubén, iré poniendo con el tiempo más obras de francesca por aquí, haré que la conozcas más, tranquilo.

es cierto eso que dices, pero eso no es un corsé, sino una elección formal. Yo voy más con el tema de lo que sería una obra de encargo, por ejemplo: realizar un poema sobre palestina o sobre el color amarillo en un plazo determinado. ¿me sigues? no eliges tú el tema sólo lo ejecutas.

Poemas de un taller de poesía que fueran casi lo mejor del poeta...

rubén m. dijo...

Bueno, una imposición formal puede constreñir más que el tema. Aunque si hablamos de temas impuestos, ahí estaría la manera en que los grandes de la pintura, a partir de motivos y clichés y obras de encargo, hacían cosas formidables y tremendamente originales. En poesía se da menos, pero se me ocurre este soneto de Quevedo, un puro poema político, muy flojo, pero con un verso deslumbrante que no hace falta que diga cuál es:

Faltar pudo su patria al grande Osuna,
pero no a su defensa sus hazañas;
diéronle muerte y cárcel las Españas,
de quien él hizo esclava la fortuna.

Lloraron sus envidias una a una
con las propias naciones las extrañas:
su tumba son de Flandes las campañas,
y su epitafio la sangrienta luna.

En sus exequias encendió al Vesubio
Parténope, y Trinacria al Mongibelo;
el llanto militar creció en diluvio.

Dióle el mejor lugar Marte en su cielo;
la Mosa, el Rin, el Tajo y el Danubio
murmuran con dolor su desconsuelo.

En el cine... bueno, Coppola hizo "La ley de la calle" por encargo y para sobrevivir, y es una de las películas suyas que más me gustan.

muchacha en la ventana dijo...

Francescha Woodman, artista desconocida para el gran público al igual que lo fue en su momento. Ante el rechazo de los contemporáneos ante su obra y un desengaño amoroso, optó por la vía de enmedio y saltó por una ventana.

Sus fotos son como muy bien habeis dicho trabajos de clase, obras por encargo, en las cuáles, ella intentaba romper ese corsé, pero a la vez era sobre lo que trabajaba.

Si por algo me gustó la Woodman, es porque siempre se autorretrata,en diferentes espacios, formas, o incluso se camufla, con la propia naturaleza (para mí son las mejores fotografías).

Artista que se adaptó a ese corsé,y lo superó; eso hicieron los grandes artistas, que a pesar de estar sujetos a un tema, su propio genio superó el esquema y se crearon grandes obras, eso en cuanto al arte.Ahí teneis al gran Velázquez pintando a la familia real,encargos de la nobleza, y luego va a Italia y capta aquella vista de la Villa Medici (destacada sobre manera la técnica y la temática).

Supongo que dentro o fuera del corsé,depende del ingenio del artista (pintor, escritor, director, etc.).

raúl quinto dijo...

muchacha, esas fotos donde ella se integra-disuelve-camufla con el entorno son geniales, un día de estos pondré por aquí esa donde desaparece-aparece trs el papel pintado de la pared.

y lo que dices del ingenio y esos antiguos maestros, pues vas en la línea de Rubén, el asunto es que es algo más o menos se veía superado desde las vanguardias y que aquí nos aparece como ¡trabajos de clase! quizá sea la mejor metáfora del trabajo artístico moderno...

Ana Hidalgo dijo...

Lo importante no es el tema sino indagar en ese tema, explotarlo hasta sacar su máximo partido para luego dejarlo desmontado y movido de lugar. Por ejemplo, en muchas de sus fotografías Woodman habla de los límites, pero desde mi punto de vista lo hace con otra perspectiva. Más allá de una frustración o encarcelamiento, a mí me pareció ver en las obras de woodman una relación corporal con esos límites, un placer de los límites. Woodman había abierto una posibilidad, había desmontado y movido de lugar el tema de los límites y había abierto una nueva posibilidad. Pienso que el arte no es un tema o una idea, sino la multiplicación de posibilidades de cada tema, idea o palabra.

Raúl, creo que ya sabes que Woodman es muy especial para mí, me ha alegrado encontrarla en tu blog. Y qué pena que la exposición acabara justo la semana pasada.

Un beso de buenas noches.

raúl quinto dijo...

ana, lo que yo veo en francesca es una intuición abrumadora y, dejando al lado lo del tema y el encargo, una apertura de interrogantes o canales hacia lo que es el hombre, no puede en muchas obras dejar de recordarme a Bacon, y es más, me identifico plenamente con la búsqueda de la representación de una identidad-yo-cuerpo diluida (ahí están mis grietas, q ya conoces).

Debería haber puesto la entrada antes, lo mismo te hubiera dado tiempo a ir a Murcia... lo siento, pero ya habrá otra ocasión.

un beso.

Tera dijo...

Hola, Raúl, encantada de leerte. No conocía a Francesca Woodman, pero es fantástica, ¡gracias!.
Bacon tiene un cuadrito pequeño (en tamaño) de un hombre desnudo de espaldas a punto de lanzarse a lo que podría ser una piscina. Lo vi hace poco en el Prado y sí que me recuerda... La conmoción de los cuerpos.

raúl quinto dijo...

Tera, bienvenida al interior del vértigo, tu vértigo a partir de ahora si así lo deseas.

Francesca Woodman es una fotógrafa muy muy recomendable, afina como nadie el cuestionamiento de la identidad y de la esencia humana, esa borrosa estructura que nos (in)define, como Bacon, ciertamente. POr cierto, esa exposición madrileña de Francis Bacon que viste fue algo memorable, más allá incluso.

saludos.

Portinari dijo...

"Los mejores no son los que más resuenan, sino los que dejan eco en el tiempo. Aquí y ahora, pon tu base en el apsado, rompe tos propias reglas y asciende al paraíso."
Un saludo, y casi como una súplica: más.

raúl quinto dijo...

portinari, qué cita más sugerente, ¿de dónde sale?

un saludo.

Portinari dijo...

Creo que de una conexión neunoral de mi cerebro, se me ha olvidado preguntarle. Un gusto Raúl.

raúl quinto dijo...

bonitas neuronas las tuyas...