La Revista Kokoro, que es una de las grandes noticias de la red en los últimos meses, ha lanzado su nuevo número con el tema de Infancias. Hay un material muy suculento para degustar sin prisa y a conciencia, o al menos eso es lo que aconsejo. Yo he colaborado con este poema tripartito escrito ex profeso para Kokoro. Aquí os lo dejo, la nieve como puerta del verano.
AQUELLO QUE
I
Aquí, así, la nieve derritiéndose
en la concavidad
de tu mano derecha, el destello
de luz solar que se desata
entre los dedos,
la certidumbre
del universo construyéndose
en un gesto primero e infinito,
cuando la realidad
comprende que en un copo está todo.
II
La nieve blanca derritiéndose
entre la líneas de tu mano.
El color. La escritura invisible de algo
que carece de nombre. El frío anestesia
el tacto y solo queda el interior:
sentir adentro: cómo fluye el rojo
de la sangre, las líneas
creciendo palma abajo. El dolor
como un espejo del futuro.
III
La nieve derritiéndose en tu mano
dice que el tiempo existe, que no hay
lugar donde guardar
ni el frío ni su brillo.
Eso no significa nada, dices
en un idioma tan pequeño
como antiguo, la luz contra lo blanco
es algo eterno, quizá sobre el mundo,
el cuerpo, las inercias
que confunden las alas con arrancar raíces.
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