lunes, 18 de enero de 2010

un poema de Paul Celan

Paisaje con criaturas de urnas.
Conversaciones
de boca de humo a boca de humo.

Comen:
la trufa de los trastornados, un trozo
de poesía insepulta,
encontró lengua y diente.

Una lágrima retorna a su ojo.

La izquierda,
la mitad vacía de la concha
de peregrino -te la regalaron,
después te ataron-
alumbra auscultando el espacio:

el juego de canicas contra la muerte
puede comenzar.








[de Cambio de aliento, 1967]

14 comentarios:

Portinari dijo...

Me apunto a ese juego de canicas; interesante las bocas de humo (cómo serán sus palabras?), la trufa de la locura -que no la manzana del pecado-, lengua y diente caídos, el retorno del movimiento en el tiempo; izquierda concha y espacio.

Clin clin, suenan las canicas.

Esther Cabrales dijo...

Ya voy, poco a poco, resucitando, querido Raúl.

Me gusta la imagen de la lágrima retornando al ojo, algo en ella se parece a mí.

Besos humsshi

Stalker dijo...

Celan es para siempre, de eso no cabe duda.

Un poeta que nunca se acaba de leer. Un poeta que nunca nos acaba de leer. Ni juego de espejos ni muñecas rusas: dos infinitos disparados en direcciones convergentes, hacia el hambre, desde el deseo de destejer la urdimbre atroz de lo real.

Celan estuvo siempre del otro lado, aunque algunos de los que están de este lado lo desprecien, por ignorancia u orfandad.

salud

raúl quinto dijo...

Portinari,

estas navidades me he tropezado con tu nombre unas cuantas veces, sin necesidad de virgilios ni nada... las palabras de una boca de humo serán jirones de niebla. Cómo echo de menos jugar a las canicas, dicho sea de paso.


Esther,

se te echaba de menos, bastante. Esa imagen de la lágrima retornAndo a su ojo es impresionante, muy vista a estas alturas pero igualmente brutal.



Stalker,

poeta interminable, un pozo en el que caer y sentir cómo se modula la ley de la gravedad a cada instante, en otras palabras, que su lectura no se agota y por tanto es uno de los poetas más ricos que conozco. Que hay gente que lo denosta, pues nada, peor para ellos que se cierran las puertas de un viaje asombroso.


abrazos múltiples.

rubén m. dijo...

El juego de canicas con la muerte... qué pena no tener ahora tiempo para echarle un ojo al original y respirar un poco esas palabras compuestas, esos choques léxicos. Gran poema de un enorme poeta.

En cuanto a ese poeta español que declara abiertamente su desprecio a Celan, me pasa como con las declaraciones fascistoides de los curas: en el fondo me alegran, pues creo que es bueno que la basura mental reprimida salga a la luz. No me imagino a ningún poeta de la experiencia disfrutando de Celan, uno de los más grandes del siglo XX. El poeta en cuestión se diferencia en la arrogancia de admitirlo públicamente, lo cual le deja en una posición bastante precaria como intelectual, pero está diciendo algo que muchos de los Poetas Laureados piensan. Comparar a Paul Celan con éstos es como poner a John Coltrane al lado de Kenny G. Algo cómico.

un abrazo

Ana Hidalgo dijo...

La trufa de los trastornados...

Hace unos días, hablando con un compañero de clase me dijo que lo que Celan y esos otros hacían -¿quiénes otros?, me preguntaba yo- era muy fácil de hacer, bastaba con poner cuatro palabras raras, que él mismo se sentaba y los hacía, lo realmente difícil era hacer un poema de la experiencia. Lo que hay que oír. Yo le contesté, porque una tiene a veces una serenidad y objetividad que asombra, que lo realmente difícil era hacer un poema bueno, un poema que te hiciera temblar, y eso para mí lo conseguían Celan o Dickinson o Du Bouchet, y que la dicotomía experiencia / silencio era absurda, como tantas otras etiquetas, que lo que hay son o poetas que te hacen temblar con sus poemas o nada, sencillamente nada.

Un beso, me voy a jugar a las canicas.

raúl quinto dijo...

rubén,

a mí lo del famoso poeta me puso de muy mala leche cuando lo escuché de su propia voz, con toda la brocha gorda... ale Celan no se entiende y por eso es una mierda. En el fondo da vergüenza ajena, profundísima.





ana,

es igual de sencillo hacer un poema de la experiencia que uno del silencio, se ahonda en los tópicos y se deja uno llevar por ellos. En tiempos mejores el amigo Rubén, otros camaradas y yo mismo nos dedicábamos a escribir-jugando poemas de la experiencia, del silencio y carvajalianas sextinas, muchas risas echamos con ello, pero claro, los poemas era graciosos pero malos, soberanamente malos. Hacer un buen poema del ¿silencio? es complicado, tal vez lo sea más aún escribir un buen poema de la experiencia... ahora mismo me viene a la mente Javier Egea y poco más. La materia prima es lo que da la posibildades al producto final. Es curioso eso de las etiquetas, hace unos años un crítico aseguraba q mi poesía derivaba de la poesía de la experiencia granadina y otro poeta me comentó que mí flor de la tortura era poesía del silencio... ¿qué hacemos si todos quieren etiquetar y en su zurrón hay tres o cuatro tristes conceptos-pegatina?



besos.

Anónimo dijo...

Quizás Ortega tenía razón en "la deshumanización del arte", cuando decía que ciertos "intelectuales" se sentían insultados, como tales, ante la incomprensión de lo "nuevo" (las vanguardías), y por eso, nos encontramos con este tipo de reacciones, violentas e injustificadas. Es de una gran arrogancia presumir que, si un texto no se entiende es por culpa del texto y no debido a limitaciones perceptivas (o, simplemente, incompatibilidad).
Se sienten excluidos y eso no pueden soportarlo. Exigen una simpleza democrática que nos iguale a todos, lo cual es muy triste.

raúl quinto dijo...

amigo anónimo,

tu comentario me parece bastante acertado, creo que en lo de la exclusión lo has bordado... ahora bien, discrepo algo con tu última frase. A este tipo de poetas (los que borran de un plumazo lo que no entienden)se les llena la boca con la palabra democracia (escribir para el pueblo, escribir para personas normales que decía el otro), sin embargo ese es un concepto muy particular de democratización de la poesía: homogeneicemos nuestros discursos con un registro realista y cotidiano o con metáforas fácilmente descifrables (esto va por la deriva de algunos miembros de este rollo), es decir: no compliquemos mucho el asunto, igualemos por lo bajo. Yo sin embargo creo más en una democratización de la excelencia, no en un elitismo aristocrático, sino en que la buena poesía (y Celan lo es) se pueda leer sin prejuicios y disfrutar por cada vez más gente. El problema está en la base: Margarit dice algo así en su poema "Leo a Celan y no entiendo una palabra", por tanto lo fulmina, pero ¿desde cuando la poesía ha de "entenderse" como si fuera un acertijo o un artículo de prensa. El arte no es un sudoku ni un jeroglífico a descrifrar, eso es empobrecerlo, eso es no saber en qué terreno se está jugando...


PD sería mejor que tuvieras un nombre, aunque fuera un apodo, para no confundirte con otros anónimos.

Tera dijo...

Todo poema es poema de la experiencia para mí. ¿O acaso puede Celan o alguien escribir sin haber vivido? ¿Y no es toda vida experiencia? Incluso una vida aparentemente vacía de acontecimientos, como la de Dickinson, ¿no es una vida profunda en su experiencia?

Y además, ¿no vienen todos los poemas del silencio?



Yo amo a Celan porque sabía esto y elegió las palabras más bellas para decirlo.

raúl quinto dijo...

Tera,

en el fondo lo que tú acabas de decir demuestra la inconsistencia de las etiquetas, firmo bajo tus palabras yo también.

Portinari dijo...

"Comparar a Paul Celan con éstos es como poner a John Coltrane al lado de Kenny G." Y tan cómico!!

Parece que ha todos nos han dado fuerte los golpecitos de las canicas y la trufa de la locura. Qué tendrán esos versos...

La famosa dicotomía silencio-experiencia durará hasta que no quede nadie que hable de ello. En general para comprender se necesitan límites -estos dependen mucho de cómo de limitada sea la compresión- los problemas vienen cuando, como bien dice Raúl, el arte -algo que no es como un sudoku- se intenta catalogar y encerrar.
No me gusta nada el elitismo, así que lo único que me queda por concluir es que hay quien se cierra y no vuelve a abrirse -por las circunstacias o por lo que sea-. Todo es cuestión de localizarse a uno mismo y entregarse al manojo de llaves, dicho de manera simple, para encerrar en el tiempo.

Ana, me ha hecho mucha gracia eso de "los otros / ¿quiénes otros?".
Vuelvo de nuevo a las llaves y a abrir la puerta.

Raúl, tropezaste con mi nombre? cómo? eres el nuevo Dante Alighieri reencarnado entre los conceptos "silencio-experiencia"? ;)

Abrazos

raúl quinto dijo...

portinari,

entregarse al manojo de llaves, me ha gustado esa expresión. Y sí, estas navidades pasé unos días en Florencia, donde vive tu familia, y a cada paso estaba tu vértigo a nivel del Arno. Estabas presente a pesar de tu ausencia :)

Portinari dijo...

Firenze, tengo pocos recuerdos de ella, espero volver este verano con mejor disposición que la que tenía hace unos años.
Me alegra oír que te acordaste de mí, y del vértigo a nivel del Arno jeje.

Buenas noches ;)