lunes, 23 de junio de 2008

resaca de un buen domingo y DAVID Y GOLIAT (Caravaggio)

esta noche es la noche de San Juan, dentro de un rato voy a rebozarme en arena, luna y fuego, luego a las 00:00h me bañaré y pediré un deseo, supongo que algo que considere imposible. porque ayer me dejó claro el destino que a veces también puede girar a tu favor cuando menos te lo esperas. España pasó de cuartos, por penaltis, ante Italia. Te lo dicen y no te lo crees. Y yo me levanté esa mañana muy temprano para firmar un examen en blanco y esperar la temporada de lluvias; pero no, el Barroco en todo su exceso vino a mí, y yo, sin pensármelo, fui a por él, resultado: en el año de la locura estoy más cerca que nunca de la estabilidad.

en este post he roto una de las premisas con las que abrí el blog, mi vida privada se ha colado por aquí, red adentro, pero la ocasión bien lo merecía, por Iker Casillas parando lo imparable, por los diez folios que escribí sobre Wölfflin, Bernini, Vermeer,Ribera más toda esa pandilla de indeseables, y por los imposibles que aún me quedan por vivir y por superar.

para ilustrar todo esto podía elegir entre un retrato al óleo de Luis Aragonés o una foto ampliada de mi sonrisa de ganador, pero mejor os dejo con algo de arte barroco, bendito sea, por ejemplo este magnífico y oportuno DAVID Y GOLIAT del Caravaggio.

3 comentarios:

Luna Miguel dijo...

el examen de historia del arte fue un poco dificil, la imagenieria!!! que horror!





un besico

Anónimo dijo...

Todas las luchas, emprendidas a lo largo de la Historia, con el Oso Ruso como adversario han sido luchas, ante todo, espirituales como aprendieron bien las tropas napaleónicas (y otras no tan políticamente correctas). Es menester pues que España, hoy, deba hacerse cargo del destino espiritual de Europa: en su victoria reside la última esperanza del Occidente civilizado, atrapado, como podría estar hoy y por los próximos cuatro años (al menos) entre la pinza del eslavismo ortodoxo que nos aboca a un fútbol bárbaro y anárquico y el germanismo autoritario que impone a sus jugadores la metafísica de la organización técnica del balompié como más alta decisión sobre el ser resultadista del deporte. Es pues tarea que, con temor y temblor, nosotros hijos de Iberia, los descendientes orgullosos de Covandoga y portadores de la lengua de Carlos Ruiz Zafón y Marzal soporten bajo sus espaldas el peso de una decisión historial por el juego de toque cuyo abandono comprometería a las generaciones futuras al desierto espiritual que hoy proponen tanto el oso exsoviético como el strudel ex-nacionalsocialista.

Nosotros elegimos la lucha que sabe, la lucha de los que cuestionan, y confesamos con Carl von Clausewitz: «Me considero libre de la frívola esperanza de una salvación que venga de la mano del azar de la tanda de penaltis».
Pero queremos que nuestra selección cumpla con su misión histórica.
Queremos ser nosotros mismos. Pues la fuerza joven y reciente de La Roja, que ya está pasando sobre nosotros, ya ha decidido por el juego de toque y el arrojo de Villa y Torres.
Pero el esplendor y la grandeza de esta puesta en marcha (Aufbruch) sólo los comprenderemos plenamente cuando hagamos nuestra la grande y profunda reflexión de la vieja sabiduría del Sabio de Hortaleza cuando llegó a decir, en ABC:
"leer mucho amaricona. Tenía un amigo que leyó a Kafka y se volvio maricón".

raúl quinto dijo...

Luna, lo que para ti fue una maldición pra mí fue la panacea, sólo puedo decirte ¡qué vivan Gregorio Fernández y Martínez Montañés! de todas formas, ya sé que te has lucido en la selectividad, enhorabuena.

Jaquesneto, tienes más razón que un santo derridiano. soy tu mayor fanático, por ti y por Ruiz Zafón me inmolaría en el Prater de Viena esta noche.

Qué vienen los rusos!