He empezado a dudar,
a concebir la vida como cálculo
de probabilidades:
voy sumando fachadas
en el alba,
divido transeúntes
entre perros rabiosos
y evito las baldosas amarillas.
He aprendido
la duda razonable
que se cumple en el centro del poema
y conduce a otra duda.
Hoy vivimos detrás del escenario,
jugando a cabalgar
con los cuatro jinetes
a lomos del caballo ganador.
Hemos atravesado
los campos de magnolias
y el silencio de Auschwitz.
Ya sabemos la última pregunta.
Aunque tal ve nos falte
capacidad para pensarla.
[de Página en construcción, 2011]
3 comentarios:
Hola, Raúl:
Muchas gracias por el robo (de guante blanco).
De nada, Luis. Si te descuidas te robo más :)
fantastico otro autoretroto del hoy gracias luis gracias raul
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