Francis Fukuyama dice que llevamos veinte años de Historia finita. Cuando no hay alternativa visible a la invisible voracidad del sistema. Todo es parte de todo. Totalitarismo no es sólamente una expresión basada en uniformes y banderas estridentes. Totalitarismo es cuando no hay otra opción. Corrijo. Cuando dicen que no hay otra opción. Fukuyama dice que el horizonte es una línea de meta por la que ya hemos pasado. que ahora le toca recoger el premio a los ganadores. Los ganadores no somos ni tú ni yo. Tú y yo si acaso somos Grecia. Fukuyama habla del pensamiento único, de la uniformización neoliberal. Y tiene mucha razón, salvo en una cosa. No estamos ciegos, sabemos que el horizonte aún está a nuestro alcance y que esta partida aún no ha terminado. Fukuyama nos declara vencidos y esa parece ser la verdad. En Grecia las ruinas ya no son las del Partenón. Ni siquiera la de sus finanzas. ¿Finanzas? Dicen en twitter: corre la sangre en las calles y el champán en las bolsas. Da miedo. Da vértigo. Claro que sí. Sin embargo el vértigo nunca puede impedir subir una montaña cuando se está acompañado. Hay quien grita: ¡Eh! ¡Francis Fukuyama!¡La Historia no ha acabado aún, la Historia no ha hecho más que empezar!
3 comentarios:
A la mierda Fukuyama
no merece ni ser deconstruido
el mundo está por hacer
que no nos tapien la boca
salve
Fukuyama se equivocaba profundamente, aunque la historia de las últimas décadas parecía darle la razón.
Completamente de acuerdo con ambos, abrazos, Yaiza
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