sábado, 3 de marzo de 2012

VERDE (Olvido García Valdés)

Verde. Las hojas de geranio
en la luz gris de la tormenta
tiemblan, tensión
de nervadura verde oscuro.
Te mirabas las manos,
nervadura de venas; si los dedos
fueran deliciosos, decías.
Al caminar
apoyaba mi sien contra la tuya
y en la noche escuchaba
el ruiseñor y el graznido
del pavo. Indiferencia
de todo, oscuridad.
Me llamabas con voz muy baja.
Sólo un día reíste.




[de Ella, los pájaros, 1994]

2 comentarios:

Stalker dijo...

Respira uno ante un poema así...

Agradezco esta bocanada de una de mis voces favoritas

raúl quinto dijo...

además en este poema se respira hierba fresca y serenidad, y no viene mal para escapar brevemente de las jaulas de asfalto y neurosis donde vivimos.