Paolo Gioli rueda una película experimental sobre la mirada, sus filtros, y los accidentes de tráfico. Quien quiera puede empezar a verla AQUÍ. Pero antes mejor detenerse unos instantes frente a esta imagen fija. Y desnudar algunos vocablos, por ejemplo: velo, latido enfermo, mediación con la máquina, humanidad artificial como única posibilidad de vida. El hombre como apéndice de la tecnología. Las leyes de una ciencia intestinal y robótica. De acuerdo, palabras vacías, por todas partes. Mejor así: las consecuencias del trato con la máquina no son sólo una cuestión de percepción: el rostro linchado, las contusiones y los edemas, las astillas de vidrio horadando los poros, la forma curva del volante y su huella en las costillas, todo eso es real. El accidente es como la cámara, como el ordenador desde el que lees esto. La huella existe. El trato con la máquina procede a transformar irremisiblemente al sujeto. El accidente es una forma de evolución y metamorfosis. El ser humano es un mero proceso tecnológico.
1 comentario:
Un verdadero "interior del vértigo".
saludo
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