sábado, 1 de noviembre de 2008

SPIRAL JETTY (Robert Smithson)




La obra canónica del land art. ¿llegará la literatura alguna vez tan lejos como las artes plásticas?

14 comentarios:

Stalker dijo...

Buena pregunta, Raúl.

Para mí la respuesta es obvia: SÍ. Hay tenemos a Michaux, Beckett, Gombrowicz, Bruno Schulz, Clarise Lispector, Unica Zürn, Hermann Broch, por citar sólo algunos nombres.

Hay quien ha trazado esa espiral y luego se ha dejado arrastrar y pulverizar por su vórtice letal, para salir indemne al otro lado...

raúl quinto dijo...

stalker, no sé, yo no termino de encontrar una analogía entre las rupturas plásticas y esos ejemplos literarios que me dices (de calidad indudable,al menos los que conozco). La literatura en cierta medida está muy presa de aún de ciertos corsés, y si hablamos de la poesía española ya ni te cuento...

camaradeniebla dijo...

el land art es grandioso.
la celebración de la desaparición.

raúl quinto dijo...

ana, si no me equivoco tú tienes un poema muy apañado sobre esta obra de arte. El land art es algo extremo, colosal, un arte casi hecho a la medida de los dioses.

Estupor dijo...

Permíteme una reflexión: si el "land art" es a las artes plásticas la multipliación de la escala y por lo tanto la ruptura del punto de fuga canónico, en la literatura lo más parecido sería un libro que, por su extensión, sólo podríamos leer resumido.

raúl quinto dijo...

estupor, es una óptica muy interesante, según eso sería un libro que directamente no podríamos leer, si acaso tan sólo aproximarnos...

espero verte por aquí más a menudo.

Stalker dijo...

Precisamente esos de esos libros "ilegibles" hay algunos ejemplos.

Pero también hay escrituras que son un Maeltröm de aniquilación.

Caray, Raúl, argumenta un poco por qué las artes plásticas han "llegado" y la literatura no. Que tú puedes.

Y recuerda que Schopenhauer otorgaba a la música la preeminencia en las artes. Eso sí, con una argumentación bastante sólida.

Abrazos

raúl quinto dijo...

stalker, te encanta picarme, jeje. Dentro de lo que mi jaqueca me permite te puedo decir que la literatura (y me ciño ahora a la española que nos es más cercana y conocida) sigue operando en su gran mayoría con patrones propios del siglo XIX y, como se dijo ya por aquí, los hallazgos de la vanguardia tan sólo los asume de una manera superficial.

Pensemos por ejemplo en lo "canónico", en artes plásticas un tío com Joseph Beuys es considerado un clásico, los empaquetamientos de Christo son acontecimientos mediáticos, en fin, con mayor o menos apoyo popular esas fórmulas "rupturistas" han sido ya plenamente asumidas por el sistema. han avanzado y han llegado.

Con la literatura el formato libro sigue encorsetándola, por poner un ejemplo. No termina de indagar en todas las posibilidades de la palabra que nos da por ejemplo internet (de todo esto tb me acuso culpable). Hay libros mejores o peores, más arriesgados o más "comerciales" pero no dejan de ser liubros que siguen una estructura más o menos fija (lineal, fragmentaria, aleatoria...). Que experimentos como los de Burroughs o Ballard sigan considerándose hoy en día vanguardia y rarezas, da un poco la clave del asunto. No creo que haya un equivalente literario (y no me refiero a calidad ni a los efectos que cause en el espectador sino a la capacidad de ruptura, riesgo, re-creación, desnaturalización del hecho artístico,etc.)a lo que pueda ser un Xenakis en la música o un Walter de María en la plástica. Y los que hay los estudiamos com artistas no como escritores.

Todo esto es decir que la plástica es superior a la literatura, pues no, esos rankings de ver quién la tiene más larga me parecen absurdos. Puede que la literatura se haya quedado atrás en cierto sentido pero aún hay muchas obras que me emocionan o me sirven, muchas de ellas más anticuadas, podemos pensar, que un Joseph Kossuth, por ejemplo, pero ciertamente más útiles para el alma (la jaqueca ya me stá jugando malas pasadas, aquí mezclando el positivismo con la mística....

Me voy a por un paracetamol genérico.

Estupor dijo...

Hablamos del paragone con un claro afan enciclopedista. No sé si hay artes superiores a otras. Qué más da. Pero a mí me gusta mucho la pintura del Renacimiento y el cine. Sin embargo cuando escucho a Bach, me impresiona su poder conmovedor, cuya provocación es casi física. Y casi nunca escucho a Bach y la música no es una prioridad para mí, aunque me parezca tan compleja y exquisita.

raúl quinto dijo...

Estupor, creo que coincido contigo bastante. Me encanta Masaccio, igual que me gusta Buñuel, me gusta Baudelaire del mismo modo que me gusta Radiohead, me gusta Nan June Paik como me gusta Grant Morrison, Stravinsky igual que Satoshi Kon. De todo eso vengo hablando un siglo.

Stalker dijo...

Querido Raúl:

me sorprende que no veas a Joyce, Michaux, Broch o Gombrowicz como renovadores de la literatura con un afán rupturista equivalente al de las artes plásticas. Y tu afirmación de que hay que superar el formato libro deriva de una confusión muy típica de nuestro tiempo; ¿ahora el libro es un formato anticuado que hay que superar? ¡Venga ya!

El propio Cortázar escribió libros que eran "modelos para armar", que el lector podía recrear a su antojo. "Larva", en nuestra amada, ínclita y ubérrima madre patria, es un libro que puede leerse de muchas maneras, o incluso no leerse, lo cual comporta un hecho estético muy singular.

¿No te parece lo bastante rupturista la poesía de un Rodolfo Hinostroza, de una Jorie Graham, la última etapa de poesía fonética de Cirlot?

No sé qué es lo que pides, pero para mí es evidente que la literatura ha alcanzado las máximas cotas de ruptura posible del lenguaje. Otra cosa es que implícitamente creas que el lenguaje es limitado, y que las artes plásticas pueden expresar "otra cosa". No estoy seguro de que esto sea así, pero ahí podrías tener razón. También la música instrumental, ajena a la sintaxis de una lengua, puede expresar fisuras mentales y sentimentales a las que no llega la palabra.

Pero en lo que respecta a experimentación y ruptura, dentro de lo que significa trabajar con el, si quieres, limitado material del lenguaje, se me hace difícil que se pueda llegar más allá.

Cambiar el formato libro por otros no es experimentar; es cambiar de soporte. Hay gente que ha pensado en escribir un libro que se vaya configurando a medida que el lector lo lee. O un libro infinito, o un libro que, incluso, destruya al lector o lo vaya envenenando a medida que lee. O un libro-palimpsesto en el que cada lector exhume su propia lectura... son ideas fascinantes, de acuerdo, pero que atañen al proceso de recepción, a la transmisión, no a la revolución del discurso, que como tal ya se ha dado.

Y si no crees que Beckett ha pulverizado los cimientos del lenguaje para asomarnos a otra realidad, que él ha elaborado esa espiral y luego la ha destruido, y con él a nosotros, definitivamente es que vivimos en mundos muy distintos.

Satoshi Kon, mira por donde, me gusta también.

raúl quinto dijo...

stalker, ¿en algún momento he dicho que Joyce o los demás no sean rupturistas? lo que he dicho, creo, es que la literatura no ha consolidado sus rupturas, no las ha interiorizado. punto. En la plástica el formato, los contenidos, los medios de recepción, las categorías estéticas, se han diversificado y explotado a gran escala. El arte es otro, de hecho. La literatura sigue un poco más dormida. Creo que es obvio. Con esto no ataco a la literatura ni a tus autores favoritos, ni los hago de menos.

No hay porqué superar el formato libro, no es una necesidad. Pero existe esa posibilidad, hablo por ejemplo de la red, y la literatura no da más que tímidos pasos, mientras que la plástica hace ya tiempo que inoculó eso del net art. Vamos a la zaga. ¿Eso nos hace peores? ¿Eso hace que Beckett sea un palurdo? evidentemente no.

La verdad es que no sé que idea de mis gustos o de mis opiniones te estás haciendo.. pero seguro que coincidimos mucho más de lo que crees. Y Satoshi Kon es tremebundo.

Stalker dijo...

Querido Raúl:

tengo de ti el mejor concepto, de no ser así no escribiría en tu blog. Te aseguro que no soy dado a perder el tiempo.

Y además, me consta que son más las cosas que nos unen que las que nos separan. Pero me gusta picarte y ver cómo te defiendes, que lo haces muy bien. Y así es más interesante, ¿no crees?

Ahora entiendo mejor tu postura, pero verás, dices que el arte contemporáneo se ha diversificado más, pero, ¿no será que el arte trabaja con otros materiales, que virtualmente esos materiales abarcan toda la realidad, como vemos en el land-art? La literatura, ceñida a la palabra, no puede, evidentemente, hacer eso. Pero sí que ha interiorizado la ruptura del lenguaje, que es la pertenece a su propio camino. Por eso creo que hay una confusión en las categorías que estamos aplicando. El arte se diversifica porque puede trabajar con una cantidad enorme de materiales. Que eso sea profundizar o interiorizar en algo, no lo veo tan claro.

Satoshi for president de las Españas, desde luego...

raúl quinto dijo...

stalker, claro que es más divertido. Gracias por remover mis neuronas que a veces se me quedan pegadas al pelo...

entre Obama y Obama me quedo Satoshi

Y en cuanto a lo que dices del "material" del que disponen ambas artes: precisamente la plástica sólo disponía de la pintura y su soporte o del material (mármol, metal, etc) para la escultura, pero operó un cambio brutal, ya interiorizado, y toda la realidad se convirtió en campo de experimentación artística: la naturaleza,el mismo cuerpo humano, el propio mundo de las ideas invisibles... Eso es algo que se ha coseguido en poco más de dos siglos (con sus etapitas) pero que eclosiona con Dadá, y bien, Dadá también pasó por la literatura pero no acabo deviniendo en esto que te cuento.

Yo no le pido a la literatura que llegue allí, pero me parece,como mínimo, un buen motivo para reflexionar. Y para que los escritores nos bajemos un poco los humos también.

saludos.