miércoles, 29 de diciembre de 2010

THE ROPE

En el puesto 9 La Soga. Alfred Hitchcock no necesita de grandes presentaciones. Es el clásico por excelencia del cine de entretenimiento. Le daba al público lo que quería y eso eran unas cuantas obras maestras. No creo que los espectadores de hoy sean más estúpidos que los de entonces, no creo que venga de ahí ni de la impericia de los directores la devaluación del cine comercial. Tampoco dilucidar eso es el objeto de este post. Hablaba de Hitchcock, el director blockbuster al que adoraban los snob de la Nouvelle Vague. ¿Demasiados extranjerismos? Sin duda. Iré al grano. Hitchcock es uno de mis directores favoritos, porque domina el medio y la psicología del espectador, porque conoce como nadie el partido que se le puede sacar a los recursos propios del cine: encuadre, secuencia, montaje. Es un virtuoso, un maestro, y le da a la masa lo que la masa espera. Sin rebajar la calidad. Entre mis películas favoritas de siempre están La ventana indiscreta o Vértigo, y por supuesto Psicosis. En esta última, en la famosa escena de la ducha Hitchcock narra un asesinato con más de setenta planos cortos en un psicótico montaje acompasado por la desquiciante música de Herrmann. 7o y pico planos. En La Soga (1948) el maestro del montaje se había descolgado con una película hecha en un largo plano secuencia, sólo interrumpido cuando el rollo de película se acababa (resuelto con unos sutiles fundidos en ropas u objetos). Formalmente es un maestro. Bien. Pero esta película no es sólo un delirio formalista. Como muchas de las que he subido por aquí, nos habla del mal y del hombre, nos recuerda a De Quincey, nos enfrenta con Nietszche y con el sustrato moral del siglo XX. Además nos pone de los nervios y nos hace pensar. ¿Puede haber más suspense que el que se plantea en esa cena?

lunes, 27 de diciembre de 2010

UNFORGIVEN

No soy una persona muy dada a la idolatría, no tengo actores fetiche ni logotipos de la suerte. Lo más parecido a algo de eso es mi relación con Clint Eastwood. Algo de mí siempre ha querido ser uno de sus forajidos o tener la fría seguridad de su Magnum. Y más allá, sin connotaciones emotivas y biográficas el Eastwood director. Sí, me declaro fan. Motivos: alguien que cuenta historias como siempre se han contado, un garante del clasicismo cinematográfico en la era del videoclip impostado. Eastwood es al cine comercial contemporáneo lo que un par de paseos por el Prado a un estudiante indocumentado de Bellas Artes. Domina los recursos, habla con fluidez el mismo lenguaje que un John Ford o un Fritz Lang, y establece nuevos paradigmas sobre los viejos géneros. De ahí que considere grandes películas El jinete pálido y Cartas desde Iwo Jima, que el final de Mystic River me parezca el matiz necesario que abre la puerta entre la normalidad y el genio, o que Gran Torino me resulte la mejor manera de oficiar un autoentierro. Y más cosas, como Sin Perdón (1992) que ocupa el puesto 14 de mi lista. En esta película aparecen todas las virtudes aquí expuestas: clasicismo y reivención de los géneros. ¿Será este film el Watchmen del western? Puede ser, de hecho nos habla sin metáforas de la violencia y el destino, de la posibilidad de redención y de las raíces torcidas de la nación que domina el Mundo. Pensé dos escenas para subir: aquella en la que el personaje de Jaimz Woolvett llora tras haber matado a su primer hombre y William Munny bebe su primer trago tras enterarse del escarnio al que han sometido a su mejor amigo hasta matarlo, eso anticipa la escena que finalmente he colgado: el clímax, cuando todo revienta.

lunes, 20 de diciembre de 2010

APOCALYPSE NOW

En el primer puesto puse Apocalypse Now (FF Coppola, 1979), para mí la película perfecta. Luego sacaron la versión Redux que me permitió ver el mejor comienzo (o uno de ellos) de la historia del cine en pantalla grande. De las escenas añadidas algunas le sumaban y otras no tanto, por eso me quedo con la original, perfecta, como digo. Esta es la película definitiva sobre la guerra, ya, también la película sobre la locura y el abismo. Esta película es el hombre enfrentado a su espejo negro: el que le dice las verdades a la cara y le devuelve la mirada. Yo la vi y me hizo distinto, de eso hace ya casi quince años, desde entonces se me han caído mitos y certezas pero los ojos de Marlon Brando inyectados de sombra no. Demasiada sombra. Alargada. Antes de llegar a esta escena Kurtz era un personaje elíptico, una presencia-ausencia que calaba cada plano, luego llega este monólogo y todo lo visto cobra un (sin) sentido quirúrgico. Si uno no ha visto Apcalypse Now sabe menos acerca de lo que somos.

viernes, 17 de diciembre de 2010

DAS WEISSE BAND

En el puesto 7 coloqué una película mucho más reciente: La cinta blanca (Haneke, 2009), una obra que nos reconcilia con la idea de que todavía hay gran cine por venir. Una obra maestra de un maestro moderno, Michael Haneke, autor de algunas de las películas que más me han motivado e influido en mi vida. Funny Games o El Vídeo de Benny son tratados sobre la violencia y el mal desnudo, visto con ojos de entomólogo y frialdad de microscopio, algo así he querido hacer muchas veces con mis poemas (ahí quede como intento La flor de la tortura). Sin embargo en La cinta blanca Haneke llega a una suerte de clasicismo formal tremendo que hace que su incursión en las entrañas de la maldad sea más despiadada y efectiva que nunca. Esta película no es una alegoría del horror nazi, como tantas veces se ha dicho, quedarse en ese detalle (figurado además) sería mirar demasiado al tópico, no, La Cinta Blanca es la disección de un corazón podrido. "Abandonad toda esperanza" se advertía en la entrada del infierno de Dante, ese cartel cuelga ahora del pecho de la especie humana. Es duro, es posiblemente verdad. Como ejemplo esta escena, una de las muestras de violencia psicológica más brutales que haya visto nunca. En fin. El amor de un padre es siempre infinito.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

THE SHINING

Hace poco me llegó a mi cuenta de facebook una de esas invitaciones para hacer listas y compartirlas, normalmente no soy amigo de las listas ni de los cánones, pero esta vez accedí a participar, y más que nada porque quería mirar dentro de mi memoria y de mi sangre para ver qué huellas y cuan profundas habían dejado las miles de películas que han pasado por mis ojos. La cuestión era realizar una lista de 15 películas en 15 minutos, sin pararse a pensar mucho, escribir 15 títulos que hubiesen calado dentro. Yo hice mi lista. Y ahora la voy a volcar poco a poco en este blog. Un pequeño vídeo y un par de frases que se aproximen a lo que dicha película pueda significar para mí. Compartir, aquí, una vez más. Pues nada, aviso, esta es una serie de 15 capítulos.
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En el puesto 13 puse El Resplandor (S.Kubrick, 1980), podría haber incluido alguna otra de Kubrick, algunas importantes como Senderos de Gloria o La naranja mecánica, pero me quedó con esta, posiblemente porque el protagonista sea un escritor, o porque tal vez nunca la sangre fue tan roja ni los pasillos tan largos. No descubro nada, también las pesadillas pueden tener una factura perfecta.

martes, 7 de diciembre de 2010

Una obra de Charles Benefiel


Quedo expuesto, vendido, abandonado a la inercia de ser. Disuelto, cosificado. No tiene cara el deseo ni su fosilización, no tiene rostro lo imposible. Anota un número más en tu cuaderno, deletrea el trauma, el sueño, el hielo. Mírame, este soy yo. Te miro y lo que veo me seduce: caigo niebla adentro. Escaparates, mentes retorcidas como hierros tras una explosión, como cuerpos tras un incendio. Miro el muñeco y pienso en Birkenau, y en un espantapájaros, y en la terrible soledad de estar dentro de uno. En que es imposible besar un rostro vacío. En que también hay un monolito antiguo pulverizándose en la punta de los dedos. Una estela con tu nombre y el mío. Y el dolor y la indiferencia como testigos. Así, catalogado, etiquetado. Lo que es es. Lo que no puede ser no puede ser. La ruina es un efecto del amanecer.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Idioteca en el periódico Ideal de Granada.

Al hilo de la presentación de Idioteca en Granada ayer por la tarde, el periódico Ideal ha sacado este artículo. Contesto las preguntas del periodista y explico un poco mi propia opinión sobre el libro y otras cosas. El enlace AQUÍ.

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La 'Idioteca' cultural


El poeta Raúl Quinto publica un libro en el que reflexiona sobre «el significado invisible de los fenómenos culturales»


El poeta Raúl Quinto (Cartagena, 1978) presentó ayer el libro de relatos-ensayos 'Idioteca' (Ed. El Gaviero), «un compendio de veintidós pequeños ensayos a medio camino entre el texto científico y el relato poético, donde se analizan diferentes fenómenos culturales desde una óptica un poco delirante», explicó el autor.

El lector encontrará en esta 'Idioteca', entre otras cosas, «un análisis antropológico sobre el Coyote y el Correcaminos, la historia del último concierto del compositor Robert Schumann que al parecer le dictaron espíritus del más allá, el significado oculto de deportes como el fútbol o el parkour, la relación entre el cine gore y la poesía, entre la escultura egipcia y las partidas de póker», destacó Raúl Quinto. «Es una búsqueda de respuestas sobre el arte y la vida a base de plantear más preguntas, todo con un tono ligero y de amena lectura», añadió.

Consideró que estos textos son más ligeros que su poesía, porque «no hay tanto afán de decir mucho en poco, aunque también suceda». «En este libro -aclaró- se abre un abanico de intereses más amplio que en mis poemarios, que suelen ser más cerrados en un mundo propio». Quinto afirma que en 'Idioteces' deja «a la vista cuáles son mis obsesiones y muchas de mis ideas».
En la trastienda de este título se encuentra una reflexión sobre «la escritura, pero también sobre el arte y su relación con la realidad». Lo que le interesa plasmar en este libro es «el significado invisible de los fenómenos culturales, lo que a primera vista no se ve de las manifestaciones artísticas, porque Idioteca quiere ser una guía alucinada de la historia de la cultura, o al menos, una pequeña muestra de lo que se oculta tras la superficie de las cosas».

A lo largo de todo el libro hay una intención de crítica social, «desde el momento en que denuncio la superficialidad e intento profundizar», indicó. «Es cierto que vivimos en un mundo de eslóganes y no de literatura, donde todo lo que se produce es para consumo rápido, directo y sin matices. Propongo detenerse un momento y mirar, y pensar», comentó. «Propongo los rayos X frente a la cultura de la superficialidad», concluyó Raúl Quinto.
'Idioteca' no responde a un género determinado, porque Quinto estima que «el libro es un animal híbrido, donde me he dejado llevar y el resultado es una mezcla entre relato, ensayo y poema en prosa».

Este híbrido del poeta cartaginense, pero granadino de adopción, manifiesta cierta proximidad a una nueva tendencia literaria española, la de 'Nocilla dream', aunque Quinto dice no sentirse identificado con grupo alguno. Se muestra admirador de Mario Cuenca Sandoval, de esta nueva línea narrativa, «cuyas dos novelas considero de lo mejor que ha salido los últimos años». «Lo que sí es cierto es que soy fruto de una generación que ha asimilado una serie de motivos literarios y audiovisuales comunes», afirmó.
Juan Luis Tapia..
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