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Toma la cámara y sal a la calle. Busca la idea abstracta o la marea sanguínea. No pienses antes, que piense el objetivo. Que decida la luz, lo fortuito. Quieres escribir un tratado sobre las profundidades del hombre y sus ropajes. Sobre la forma y el contenido de ser aquello-que-identifica-a-la-especie. Entra en un prostíbulo. Acude a una iglesia Puedes encontrar el mismo rostro, puedes encontrar la misma mirada, en ambos lados. Piensa en un concepto. No. El concepto acude a ti cuando estás a punto de disparar tu cámara. La cámara piensa y decide por ti. Como ahora. Son los años de la guerra y hay gente que la apoya con entusiasmo. Todo por la idea-nación. Dispara tu cámara como ellos disparan sus fusiles. Desnuda su propaganda. Ahí lo tienes: esa mirada oscilando como la tela de una bandera. Mira esa mirada y comprenderás la dimensión de la palabra Patria. Mira esa mirada y estarás mirando el corazón de todos los himnos.
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