domingo, 31 de mayo de 2009

AUTOBÚS NOCTURNO en Sevilla.

Hace poco hablábamos aquí de los poemas de encargo. He de reconocer que suelen ser retos que me gusta afrontar, el resultado después ya es más o menos discutible pero este tipo de cosas me ha permitido escribir sobre asuntos que jamás me habría planteado. Bienvenidos entonces estos encargos. Uno de los últimos que recibí fue a través de PLACA que ha co-organizado una exposición dentro de Sevilla Foto 09. El tema era la ciudad y sus múltiples vetas, y contaron con otros poetas como nuestro amigo y vecino Rubén Martín, Andrés Neuman, Carmen Camacho, Diego Vaya, Iván Vergara, Jaime Galbarro, Borja de Diego, Isaac Páez y Josep Pedralls.




Todos los poemas y fotos los podéis ver en vivo en la Alameda de Hércules, en Sevilla, hasta el próximo 6 de junio.



A mí me tocó el tema de Ciudad y transporte de la mano del colectivo madrileño No Photo, así que cogí su lote de fotos y encontré el hilo en esa pareja tras la ventana empañada del autobús. Aquí abajo está cómo quedó el panel entero.





Las imágenes que he colgado han sido cortesía de algunos de mis contactos sevillanos, en concreto Iván Vergara y Carmen G. de la Cueva. Muchas gracias a ambos. Esta última es un detalle donde se aprecia mejor la fotografía y el poema, unidos por un hilo invisible.



Y ya para terminar trascribo el poema en sí:

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Autobús nocturno



El vaho del cristal matiza lo que somos.

Al otro lado la ciudad,
como las líneas de una mano
de niebla. Geometría alucinada.

Un mecanismo al que pertenecemos.

Mira: si limpio el vaho en la ventana
todo ese mundo de certezas
se borrará con él, no habrá ya nada
al otro lado. Nada. Ni siquiera
la sombra de este gesto.

Desapareceremos.

Y el último fragmento del poema
será escrito por nadie.

viernes, 29 de mayo de 2009

LOS SINÓNIMOS (Luis Feria)

Pájaros con ombligo: niñas. Carta sin remite: golondrina. Rocío: lágrima de luna. Azafrán: greña del sol.

La llama triste: lirio. El zaguán, pozo donde resuenan los recuerdos. El mar que no se queda: lluvia. Nube que se devana: niebla. Infancia: un aroma, un dolor, un cuchillo, una huella, una ceniza. Todo. Nada.



[de Más que el mar, 1986]

martes, 26 de mayo de 2009

ESPACIO 2 (Francesca Woodman)


Primero. Mira esta fotografía. Dedícale un minuto. Dice cosas sobre el ser humano y la tentación de sus límites. Dice cosas sobre la implosión. Mírala un tiempo y pregúntale.
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Segundo. Francesca Woodman es un arquetipo, se suicidó con veintipocos años tras un fracaso amoroso y el rechazo de su obra por los que ella admiraba. No le dio tiempo a hacer mucho, es cierto, pero ahora sus padres administran una leyenda y un patrimonio al que exprimen como a la muerte nutricia. La Woodman es ya un clásico, la niña muerta es una de las grandes de la fotografía del siglo XX. Su cadáver debe estar ya descompuesto.
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Tercero. La serie Espacio, a la que pertenece esta obra, como otras muchas de su reducido capital artístico no es otra cosa que una solución formidable a un ejercicio propuesto en la escuela de artes donde estudiaba. Más de la mitad de su obra sólo son ejercicios de escuela, temas impuestos sobre los que ella desarrolla su visión y extiende su cuerpo como centro gravitatorio de la luz. Ahora aplaudimos lo que son meros ejercicios. Lo aplaudimos en parte porque Francesca es un mito, y nuestra sed necesita de ahogados, combustible romántico, pero esos ejercicios (obras de encargo al cabo) niegan la base del romanticismo: la libertad.
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Cuarto. Una aguja atraviesa la pantalla y cose tus ojos al tejido brillante de la sombra.

sábado, 23 de mayo de 2009

un poema de César Vallejo

Considerando en frío, imparcialmente,
que el hombre es triste, tose y, sin embargo,
se complace en su pecho colorado;
que lo único que hace es componerse
de días;
que es lóbrego mamífero y se peina...

Considerando
que el hombre procede suavemente del trabajo
y repercute jefe, suena subordinado;
que el diagrama del tiempo
es constante diorama en sus medallas
y, a medio abrir, sus ojos estudiaron,
desde lejanos tiempos,
su fórmula famélica de masa...

Comprendiendo sin esfuerzo
que el hombre se queda, a veces, pensando,
como queriendo llorar,
y, sujeto a tenderse como objeto,
se hace buen carpintero, suda, mata
y luego canta, almuerza, se abotona...

Considerando también
que el hombre es en verdad un animal
y, no obstante, al voltear, me da con su tristeza en la cabeza...

Examinando, en fin,
sus encotradas piezas, su retrete,
su desesperación, al terminar su día atroz, borrándolo...

Comprendiendo
que él sabe que le quiero,
que le odio con afecto y me es, en suma, indiferente...

Considerando sus documentos generales
y mirando con lentes aquel certificado
que prueba que nació muy pequeñito...

le hago una seña,
viene
y le doy un abrazo, emocionado.
¡Qué más da! Emocionado... Emocionado...







[de Poemas humanos]

jueves, 21 de mayo de 2009

BIGMOUTH STRIKE AGAIN (The Smiths) y cosas que hacer

Aquí en Almería estamos en plena subida LILEC, hay actos todos los días y escritores agazapados en cualquier rincón de la ciudad. Yo os propongo un par de cosas, una hoy a las 19:00 en la sede del IAJ (C/Obispo Orberá) donde el amigo Juan Pardo Vidal presenta su último poemario Poesía para insensibles, supongo que me pasaré porque me cae bien el poeta y su presentador. En lo de mañana no me cae tan bien el presentador, que soy yo, a las 20h en la delegación del gobierno (sito en el Paseo) y dentro de un invento llamado PoéticAL, leerán, y yo les presentaré, Aurora Luque y Juan de Dios García. Así que mucho LILEC, mucho PoéticAL, y adelante.
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Mientras que pensáis si vais o no a estas cosas, os pongo algo de música.


lunes, 18 de mayo de 2009

AÚN APRENDO (Goya)


Goya es todo, ya he escrito, y sigo escribiendo, mucho sobre su caleidoscopio infinito. Goya abre una falla, y dentro de la falla abre otra y así en un juego de matiuskas terrible. E inicia. Y dice, mirad, esto es la modernidad. Goya pinta el futuro. Su pintura es un palimpsesto de estilos por venir. Hasta el último día de su existencia quiso ir más allá. Cuando ya lo había hecho todo quiso continuar. Más allá. Porque ser Goya es ser un horizonte abierto, y él lo asumía. Fijaos en esto, por ejemplo, Goya se había exiliado a Francia, harto de la oscura dicción del español postnapoleónico. En Burdeos, un anciano que ha reiventado la luz y los ojos que miran la luz. Allí descubre una nueva forma de grabar, y la quiere hacer suya, aunque sepa que es más de la muerte que del mañana. Tal vez esa sea su lección más imprecedera. Tal vez en este grabado está todo a lo que debemos aspirar. Aprender, siempre, aunque seamos un genio en los umbrales de la desaparición. Nunca habrá de ser suficiente.

domingo, 17 de mayo de 2009

hoy en LILEC´09....

Esta tarde a las 20:30 estaré en los encuentros digitales de LILEC (la Feria del libro de Almería, vamos). Animaos a preguntarme cositas. La instrucciones que dan en la Feria son las siguientes, podéis mandar vuestras preguntas desde cualquier agujero en el que estéis:
20.30 h. Encuentro digital* con RAÚL QUINTO en la Caseta Literatura en Red.
_*: Charla en directo con los autores a través del blog del Festival http://lilec09.blogspot.com/. Entra en nuestro blog a la hora del Encuentro o deja tus preguntas a través de nuestro e-mail lilec09@gmail.com o de nuestra página de Facebook Lilec Almería

jueves, 14 de mayo de 2009

un poema de Herberto Helder

Quería tocar la cabeza de un leopardo loco, su lujo
mandibular. Sentir que los dedos se volvían
de granito. Sentir que la deslumbrante
resaca de pelo
bajo me arrebataba furiosamente los cinco dedos.
Como cinco balas de granito.
Una estrella voltaica.
Y tragarla. Y que de pronto toda aquella púrpura nocturna
entrara dentro de mí, de la mano a la cara.
O una herida que me cogiera de pierna a pierna.
Que entrara en mí
la fábula de la demencia y de la animal
elegancia. Sé que la sangre me puntúa, y me estremezco
de poro a poro
con tanto oro sudado que me envenena.

Sé que toco.
Que hay una combustión en las partes sexuales
de mi muerte. Y si miro ese espejo exhalado
de mí mismo, veo
perlas, la anestesia de las perlas. Pero
el fósforo se precipita donde
se enfría la carne, y se vuelve ligera. Y un dolor
instrumental, mi propia música
descubierta, me atrapa como el sonido atrapa
los tubos de un órgano.

Y entonces ninguna razón me oscurece más allá del crimen,
de la metáfora directa
de un leopardo alunado como una joya. Y él levanta
su constelación craneal. Su boca avanza, límpida
llaga
hasta mi rostro. Y en este espejo de las cosas de repente
unidas todas, me besa por dentro hasta
el corazón.
En el centro.
Donde se muere el silencio central
de la tierra.





[de Última ciencia, 1988]

martes, 12 de mayo de 2009

THIS MESS WE´RE IN (PJ Harvey) y cosas

Varias cosas, como agua de mayo vamos lloviendo. Por ejemplo de aquella reciente aventura idiótica en Granada, en el blog de De mes en cuando han colgado algunas fotos del evento (podréis ver alguna cara familiar, aparte de mi estruendoso careto) y también una entrevista donde respondo lo que buenamente se me ocurre a lo que ellos buenamente me preguntan.

Por otro lado, con eso de seguir lloviznando, que me ha gustado, oye. Mañana miércoles 13 de mayo.. En ADRA, a las 18h en el Centro de Día de Mayores, y por cortesía del Centro Andaluz de las Letras, tengo una lectura donde supongo que leeré unos cuantos poemas y quién sabe si no me arranco con algún texto de Idioteca, ya puestos... si andáis por ahí dejaos caer y me saludáis.
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Y como regalo os dejo este vídeo con un tema de esos que te ponen algún pelo que otro de punta, la señora PJ Harvey y Thom Yorke. Para disfrutar.


viernes, 8 de mayo de 2009

VIGILANTES INADAPTADOS

Cuelgo aquí aquel artículo que publiqué en la revista Quimera del mes de abril sobre Watchmen, la película y una serie de reflexiones aledañas. El artículo es largo y tiene muchas líneas de fuga para el debate. Espero opiniones (podéis apuntar la hora de cada tema para referencias, pues como veréis los puntos que se abordan son diversos).


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Vigilantes inadaptados.



11: 05 6 de marzo de 2009. En los multicines de una ciudad cualquiera. Dicen que todo esto pertenece a una familia mafiosa de la zona. Gente que está muerta o en la cárcel. Es lo que dicen. También tienen palomitas de caramelo. Valga una cosa por la otra. Esta tarde me basta con un botellín de agua, pues sé que voy a cruzar un largo desierto. Entro en la sala y compruebo que las campañas de publicidad masiva funcionan. Mientras ocupo mi asiento una ligera panorámica me da las claves de la platea. La luz sigue encendida, quedan cinco minutos para el Apocalipsis. Un par de filas más adelante hay tres chicos que parecen sacados de un capítulo de South Park. No se quita su horrible gorro de lana, posan sus deportivas sobre el respaldo vecino. Intuyo que serán un problema. Acierto. A mi lado hay un par de adolescentes con acné y pelusa bajo el labio, hablan largo y tendido sobre un video juego. Los trailers anuncian la segunda parte de Transformers y la secuela del Código da Vinci. Estoy dentro de un tópico. Vivo en la zona topical y no estamos en temporada de lluvias. Toda esta gente se sabe el tebeo de memoria. Yo también. Biológicamente podría ser su padre. Friki. Intelectual. Pasado de rosca. A mis espaldas hay dos niños pequeños que han venido con otros dos niños de cuarenta, el menor de todos puede tener seis años. Efectivamente poco después de la escena de la violación el padre abandona el cine con su hijo. Hoy no tocaba peli de superhéroes. O sí. Hoy tocaba Watchmen.

11:10 No se ve. No al menos en una pantalla ruidosa como esta. La delgada línea entre la demencia y la cordura, su continua distorsión. El rostro cambiante de Rorscharch, igual que en los test: lo que vemos es lo que somos. Todo eso aparece en la pantalla, se dice, se representa. Pero no está. Extraemos las conclusiones del material previo, a ratos insondable, del cómic. Ahora en cambio no está. Por ejemplo, la estrecha relación entre poder violento y sexualidad. Lo intuimos apenas. El fetichismo bizarro sí que está, pero por pura reiteración icónica. La película es como la chapa del Comediante: un simple adminículo referencial. Una representación plana de una fosa oceánica. No sentimos el frío progresivo del descenso, la luz muerta, los monstruos abisales rozando la escafandra. No vemos, es imposible, lo que no se nos ofrece: personajes, situaciones, momentos de la trama, la insistencia mecánica en ciertos detalles del atrezzo, el perfume Nostalgia, el extracto de Bajo la Máscara, los relatos del Navío Negro… Todo eso no aparece. Y da igual. Lo obsceno es que lo que sí aparece tampoco está. No es una cuestión de la cosa y su representación. No es Magritte. O sí. Es Magritte diciendo que sí que era una pipa.





11:15 El cómic es un medio de imágenes quietas. El movimiento, como el volumen, el sonido, la luz o los olores; se sugiere. El cómic es un arte elíptico. Todo está en la viñeta, el universo emana del recuadro exacto. Está dentro, y se desarrolla fuera como posibilidad casi infinita. Cada viñeta, cada página, debe encerrar en sus límites toda esa potencialidad. Se desarrolla. El espacio entre viñetas, la profundidad del plano en su interior, la extensión del relato más allá o más acá de lo que se nos muestra directamente. Una arte de la elipsis basado en la exactitud de los elementos representados. Un arte de lo infinito que se proyecta desde lo finito, desde el minucioso diseño del engranaje parado. La narración es otra, obviamente. La recepción perceptiva de un cómic ha de ser por fuerza una mezcla entre la aprehensión de un poema y un cuadro abstracto. Mejor. El Libro de los Muertos y La Columna de Trajano. Mejor aún. La Columna de Trajano semienterrada bajo el polvo del desierto como la estatua colosal de Ozymandias en el poema de Shelley.

11:20 Mecanismos de relojería. El padre de Jon Osterman era relojero, dejó de serlo cuando Einstein dijo aquello de que el tiempo es relativo. Las agujas avanzan inexorablemente, sí, pero sólo es un artificio. El tiempo no es más que una percepción. No existe. El reloj del fin del mundo avanza para indicar el comienzo de la guerra nuclear definitiva. El reloj que lleva Jon Osterman el día de su accidente se para justo antes de dejar de ser Jon Osterman. En Hiroshima los relojes se pararon a las 8 y 16 minutos. El tiempo, o su simulacro, sigue adelante, pero se van enhebrando agujas en su superficie curva. No tanto una curva como un ovillo. La simultaneidad del tiempo y el espacio. Exactamente. Como lo debe ver Dios. Pero los relojes. Su mecanismo preciso. Nada más alejado del azar que el vientre de un reloj. Sus piezas una a una sobre un tapete, encajando con precisión milimétrica. El tiempo se descompone en esas piezas. La construcción y distribución de la historia, los hechos, las viñetas, los ecos que gritan antes de ser emitidos. Todo eso es otro mecanismo de relojería. Pero también es la explosión que lo refuta.






11:25 Mediados de marzo. Un ordenador de Northampton está bajando la versión screener de la película. Trabaja el e-mule. En menos de un día ya está servida. Ahora la puede ver sin miedo a que alguien le reconozca en el cine. Tiene una leyenda que mantener. Alan Moore piensa que le gustaría ver con los ojos cerrados, ni párpados ni pupilas sino una membrana invisible. Un filtro para el dolor. La ira. Pero la máquina del ojo mira sin compasión. Y ve. El agua de Narciso llena de chapapote, su reflejo es un maniquí tóxico. Sonríe con franqueza al reconocer la brillantez de sus propios diálogos. No termináis de entenderlo, no soy yo quien está aquí encerrado con vosotros, sois vosotros los que estáis aquí encerrados conmigo. Algo así escribió una vez. Pero dónde está el abismo que devuelve la mirada. Le da al pause. Se prepara un té. Le pone nervioso la imagen congelada en el monitor. Es más humillante cuanto más cerca está de parecer una viñeta. En realidad parece que todo está ahí, pero no hay nada, sólo una pátina brillante. Si rasgase la imagen debajo no habría otra hoja de papel. Es como ver un retrato robot de un alma. Sí. También la existencia del alma es algo dudoso. Le da otra vez a play.

11:30 No se puede adaptar una pieza musical a otro formato. Sabemos lo que decía Kandinsky, pero no creemos en la Teosofía ni en espíritus astrales. La música es pura ejecución. Tiempo vivo. Y la partitura es su andamiaje. Dijimos un mecanismo de relojería. Matemática pitagórica. La matemática como materia prima de la música. Watchmen es un híbrido entre una partitura y su ejecución. Matemática y música. Cada viñeta, sus colores, sus formas, los objetos representados, las palabras escritas, los hechos narrados. Funciona como una nota en una secuencia musical y matemática. Cita Moore al tigre de Blake, nos habla de su terrible simetría. Eso mismo es la música, una búsqueda matemática de las simetrías, sobre un eje distorsionado, terrible, al cabo. Eso mismo es el cómic. Bajo la estructura clásica y el dibujo acartonado de Dave Gibbons se oculta una composición sinfónica. Tal vez una ópera del ruido. Terriblemente simétrica. Imposible de tocar para alguien que no sea un virtuoso. O ni eso. Un simple intérprete no alcanza sus escalas. Tampoco se puede pintar un verso.

11:35 Trasvasar una mancha solar a un lienzo y seguir llamándole mancha solar. Los nombres son pura convención, no dicen nada en realidad de lo que nombran. Los nombres dotan de contorno a la existencia de las cosas. Dirigen la percepción. Los nombres pueden ser carcasas vacías. Artefactos huecos llenos de ideología, según el estribillo marxista. Las palabras son patrimonio de cualquier voz que las diga. Traducir es pasar de una nada a otra nada. ¿Traducir? El sistema de pensamiento construido con la base de un idioma, el mundo que es re-presentado por este, es por definición intraducible. Se dice algo aproximado siempre en distinta lengua, nunca lo mismo. El cine es un idioma distinto del cómic. Es imposible la traducción, más incluso cuando se usa el papel de calco. Una mancha solar en un lienzo no es una mancha solar. Aunque se llame mancha solar. Ahora habrá dos manchas, la del Sol y su torpe aproximación, igual de real pero infinitamente más fría.





11: 40 Una película que sí ha sabido verter al cine la raíz licuada del superhéroe es El Protegido, de Michael N. Shyamalan. Claro, que no es una adaptación, y esa es su ventaja. Shyamalan respeta profundamente el mundo del cómic pero le tiene más fe a su propio lenguaje. Zack Snyder respeta demasiado al imponente monumento con el que tiene que trabajar. Demasiado. Por eso intenta que sea igual. Mala elección. Para llegar al mismo lugar habría que ser más irrespetuoso, y más egocéntrico. Kubrick no adapta La Naranja Mecánica, Tarkovski tampoco lo hace con Solaris. Construyen sus discursos con autonomía. No serán ya ni Burgess ni Lem, pero ahí estarán tanto Burgess como Lem. En esa traición. Lo de Snyder tampoco es Alan Moore, el reflejo en el espejo de neón nunca es lo reflejado. Sin embargo El Protegido, en alguna de sus líneas, sí puede ser lo más parecido a Watchmen que se haya rodado nunca.

11:45 Terry Gillian ve la película y se echa las manos a la cabeza. Está convencido de que su cine es una forma de arte. Nunca rodó Watchmen, si lo hubiera hecho tal vez el resultado no habría sido una carcasa vacía como ahora, tal vez hubiese sido una atrocidad sin nombre. Mejor quieto. Darren Aronofsky ve la película y se echa las manos a la cabeza. Cree que es un apóstol de la posmodernidad y que habría hecho un Watchmen de acuerdo a los nuevos tiempos. O un insoportable baile de máscaras pedantes. Nunca pondrán tanto dinero en sus manos. Paul Greengrass ve la película y se echa las manos a la cabeza. Piensa que ha inventado la objetividad y el ojo sin velos. Su Watchmen habría resultado un equilibrista perfecto entre industria y cine. Seguramente acabaría estrellado contra el suelo. Zack Snyder ve la película y se echa las manos a la cabeza. No se lo explica. Ha cosido con delicadeza las partes de su máquina, es un retrato exacto del natural. Sin embargo el rayo cae sobre la criatura y esta sigue estando muerta.





11:50 Hace siete años escribo un libro de poemas partiendo de la lectura, no, de la vivencia en Watchmen. No intento glosar, no intento complementar. Parto de ahí, es un trampolín fabuloso para tomar impulso. Si acaso lo que busco es introducirme en la elipsis. Para comprender una mirada no es necesario conocer el mecanismo del ojo. Tal vez fracaso. Aunque lo advierta. Dejémoslo correr. No he venido aquí para hablar de mi libro. O sí. Tal vez todo esto no sea más que una larga justificación, una mareante súplica por el miedo a ser yo mismo Zack Snyder. Y que en el fondo sólo escribiera poemas de superhéroes.





11:55 El mito del superhéroe deconstruido, la ironía despiadada del ojo posmoderno aplicada al cómic comercial americano. El dedo en la llaga, la llaga entonces más ancha, más evidente. Personajes muertos de una editorial muerta. Para matar el género o darle siete vidas extra. Poco antes Frank Miller publica El Caballero Oscuro y agrieta la estatua centenaria del mito. Se va resquebrajando. Luego viene Moore y lo dinamita. No había ya Batman al que rendir pleitesía. Ni siquiera son los personajes de la Charlton. Sus (no)héroes están en un mundo que es el nuestro al fin y al cabo, y ellos, lógicamente, somos nosotros. Fíjate. Se ha arrojado el tablero de ajedrez al río, ahora la gente con máscara puede ser algo serio. La reflexión metalingüística siempre ensancha los campos de la percepción. También aquí. Vámonos al cine. El siglo XXI adolece de un Hollywood sin ideas, un Hollywood que vive del reciclaje, como un homeless. Secuelas, remakes y adaptaciones. Ya podemos hablar del subgénero de superhéroes. Y también de su revisión. El Caballero Oscuro, de Cristopher Nolan, ha impuesto la seriedad intelectual al asunto. O eso dicen los periódicos. Gente disfrazada que se pelea, pero que también dice frases inteligentes y potencia la elucubración en el espectador. Por ejemplo la ambivalencia entre héroe y criminal, terrorismo y ley. Deconstrucción del mito e ironía despiadada del ojo posmoderno. Ya vemos la simetría. Zack Snyder acaba de estrenar su Watchmen. Si todo se repitiera habríamos iniciado una nueva era de chorradas superserias, y encontraríamos en el camino algún Neil Gaiman o algún Grant Morrison. Pero no. Snyder transforma un abismo en una película más. Carne para Play Station. Un largo videoclip pseudo filosófico. Y sin embargo el eco del eco de un eco sigue siendo atronador. Lo que aún permanece del grito original sigue ensordeciéndonos. Resisten las palabras. Aunque el sonido acabe perdiéndose en la sala de cine entre crujidos de palomitas y toses descontroladas.

12:00 Leo en Internet las reacciones del público al estreno. Discuten sobre si falta aquello o sobra lo otro. El tebeo original es la medida de todas las cosas. Por momentos la película parecía ese tebeo en movimiento. Los aficionados reales, o al menos los más visibles, o al menos los que escriben en los foros de la red, están medianamente satisfechos con el resultado. Precisamente por su fidelidad al original. Saben que el intento es aberrante de por sí, esa noción la corrobora la negativa de Alan Moore a reconocer la criatura. No aceptarían sin condiciones el incipiente parto. Pero están contentos, Snyder ha demostrado que les respeta. Se ve que lo que más deseamos es un espejo para nuestros propios anhelos, una grabación en technicolor de nuestros sueños. Eso. Dicen que la percepción del arte es lo más parecido que hay en vigilia a estar en un sueño. Queremos filmaciones de todo eso. Somos felices con la fotocopia del brillo de una estrella; o mejor dicho, esperamos una fotocopia y al encontrarnos una grabación digital perfecta nos damos por satisfechos. Y escribimos en Internet adjetivos como brutal, indispensable, o cometeríais un pecado si no fueseis a verla. Exactamente lo mismo que dijimos cuando leímos el cómic. Cierro la ventana del foro. Abro el tebeo al azar. Será cierto eso de que los hombres se disfrazan para acercarse más a la verdad.



Raúl Quinto "











Puiblicado previamente en Quimera nº 305, abril de 2009.

miércoles, 6 de mayo de 2009

MORTAL (Gonzalo Rojas)

Del aire soy, del aire, como todo mortal,
del gran vuelo terrible y estoy aquí de paso a las estrellas,
pero vuelvo a decirte que los hombres estamos ya tan cerca los unos de los otros
que sería un error, si el estallido mismo es un error,
que sería un error el que no nos amáramos.






[de Metamorfosis de lo mismo, 2000]

domingo, 3 de mayo de 2009

Manual Básico de Idioteconomía, en Granada

Seguimos en la brecha, en un no parar primaveral. Y vamos tocando todos los palos, con mejor o peor fortuna. Este lunes 4 de mayo a las 22h. En el Café Piaf (antiguo Anäis) presento Manual Básico de Idioteconomía, un pequeño cuadernillo que podemos considerar un adelanto de mi próximo libro, primero en prosa. Género nuevo. Además va a ser la primera vez que lea textos de ese híbrido inédito en público. Podéis ir a oírme no recitar poesía, y vuestras caras me dirán si mi aventura idiótica va con buen pie o no.

Todo esto está englobado en un ciclo llamado De mes en cuando y que coordina la Asociación Cultural Pura Vida, una prolongación "narrativa" de las ya difuntas vitolas poéticas del Anäis.

Pues eso.Existe la posibilidad de que nos veamos en Graná.

viernes, 1 de mayo de 2009

FUNERAL DEL ANARQUISTA GALLI (Carlo Carrá)



Hoy 1 de mayo celebramos el funeral del movimiento obrero. Las banderas ensangrentadas decoran despachos en el edificio de los sindicatos. Los puños en alto son puños apretando billetes bajo la mesa. La luz, la música, el supuesto bienestar enmudece los cánticos. Ahora la consigna es el silencio. Ha muerto el anarquista Galli. Vivimos al otro lado de un espejo trucado, nadie va a dar un paso adelante, nadie va a arrojar un adoquín al escaparate: lleno de cosas inútiles que nos atan. Es lo que hay. 1 de mayo. Crisis mundial. Día de fiesta para no hacer nada.